Cómo enseñar el valor del dinero a tus hijos
Aprender el valor del dinero puede ser mucho más que un juego para los niños. Transmitirles los valores de la economía les puede aportar valores como la responsabilidad, la colaboración, el ahorro, aprender a negociar o, incluso, a emprender.
Los expertos recomiendan empezar a hablar de la gestión económica, particular y familiar a partir de los siete años, cuando los niños ya pueden tomar conciencia de que el cajero no da dinero porque es mágico, sino que los adultos, con su trabajo, lo ganan y lo guardan en el banco.
Es en el núcleo familiar donde se aprenden los primeros valores sobre el dinero. Actualmente, la mayoría de niños de nuestra sociedad han crecido en un sistema consumista que les ha acostumbrado a tener de todo, y tenerlo ya. En este sentido, la primera lección que hay que aprender es que el acceso al dinero está limitado a la capacidad de producción de uno mismo. Hay que hacerles ver el valor de vivir dentro de sus limitaciones, y que desde muy jóvenes sean conscientes de que saber gastar, es tan importante como saber ahorrar.
Los niños y los adolescentes, los grandes consumidores
Montse Junyent, formada en dirección y administración de empresas, aconseja transmitir a los niños “el valor del dinero, que cuesta de ganar y que se tiene que usar de forma ética”. Mostrarles, desde pequeños, que todas las decisiones que tomamos tienen una incidencia económica, desde la compra y acumulación de juguetes, hasta la práctica de usar y tirar, el desperdicio de alimentos, o incluso el uso de bolsas de plástico. Los niños pueden entender que una de estas bolsas puede terminar en el mar y tardar 450 años en desintegrarse. Concienciarles de que la Tierra es finita y que nos debemos responsabilizar y cuidarla a través de acciones de consumo sostenibles. Adultos y niños deben ser consecuentes con esta idea y actuar con responsabilidad en todos los ámbitos, en nuestra relación con la gente, con el entorno, el mundo o nuestra manera de consumir.
Junyent también defiende la economía del bien común, con el fin de “contribuir a la construcción de un sistema de vida más sostenible y justo”. Apuesta por “transmitir y dar a conocer modelos económicos alternativos sostenibles y ayudar a los pequeños a crecer como personas comprometidas, con criterio, información y voluntad de cambiar lo que no les guste”. Es decir, dar a los niños todas aquellas herramientas que les permitan ser independientes y tomar sus propias decisiones, basadas en valores como el compromiso, la sostenibilidad, la honestidad, la innovación o la creatividad.
Valores que se pueden transmitir de muchas maneras, también a través de juegos o cuentos, y que empiezan en la escuela. La sostenibilidad, por ejemplo, es uno de los temas que más preocupa actualmente, y, por tanto, de lo que se habla, y mucho, dentro del sistema educativo. Por el contrario, según Junyent, hablar de economía desde una visión ética y responsable, no se imparte tanto como se debería.
El valor del dinero a través de la paga
Muchos padres tienen dudas sobre si han de dar dinero a los hijos. A menudo se preguntan cuándo deberían empezar a darles la paga, y cuál es la cantidad ideal.
La paga puede convertirse en una manera determinante de enseñar a los niños a administrar y valorar el dinero, un aprendizaje que les será de gran utilidad de cara al futuro. No hay una edad establecida para empezar a utilizar el dinero, pero es imprescindible que en el momento que lo hagan, comprendan su valor y la importancia del ahorro.
Algunos padres relacionan la paga con la realización de tareas del hogar, una visión que muchos ponen en duda, justificando que todos los miembros de la familia deben colaborar en este tipo de actividades. Sea cual sea la mentalidad, la cuestión es que el modelo de educación que recibe el niño debe ser coherente. Por tanto, no se trata de dar paga o no, sino de buscar la fórmula perfecta para que el aprendizaje sea a través de los valores.
Sugerir a los hijos en que deberían gastarse la paga
A medida que el niño crezca, la paga podrá ir aumentando, siempre en función del uso que se haga de ella. Es importante sugerir a los hijos en qué deberían gastarla, teniendo en cuenta sus deseos y la necesidad que tienen del producto en cuestión. Más allá de evitar la compra de productos que no les puedan beneficiar, es importante establecer una conversación fluida, sin imponer nada, donde les hagamos ver las consecuencias de cada una de sus compras. También será un buen momento para mostrarles nuevas formas de consumo, siempre apostando por un modelo de consumo sostenible, que pueda aportar un beneficio real y lo más prolongado posible en el tiempo, y que entiendan, en definitiva, que el dinero es para facilitarles la vida y que utilizarlos de forma inconsciente puede llevarlos a situaciones negativas.
Lo más común es iniciar este aprendizaje hacia los cinco o seis años, aunque también puede ser beneficioso hacerlo en edad preescolar. Por ejemplo, se les puede mostrar como el hecho de recoger sus juguetes puede tener una recompensa, sea en forma de golosina o de alguna otra cosa, la cuestión es lograr el aprendizaje de que si nuestras acciones tienen un impacto positivo, seremos recompensados. Y quizás en un primer momento será a través de cosas materiales, o cuando empezamos a trabajar será a través del dinero, pero con los años este aprendizaje supondrá que la mejor recompensa es la que se hace uno mismo, desde los propios valores.
Enseñar a ahorrar y compartir
Una buena manera de mostrar la importancia de ahorrar puede ser dividir el dinero que recibe el niño, desde pequeño, en dos partes. La primera en forma de hucha que puede tener en casa, y donde guardará todo aquel dinero que se pueda gastar, lo que vendría a ser la economía diaria. Por otro lado, puede tener una cuenta en el banco donde aportar el dinero destinado al ahorro futuro. De este modo creará una relación con el dinero desde las dos perspectivas y entenderá su trascendencia.
Otro aprendizaje importante será el de compartir. El dinero no tiene por qué ser de posesión individual, también se puede compartir. Una idea que socialmente puede parecer controvertida, ya que nos relacionamos con el dinero desde el punto de vista de la posesión y, por tanto, lo individualiza. Educar a los niños en este sentido les permitirá vivir esta relación desde otro punto de vista, con más visión colectiva y de responsabilidad social. Es importante demostrar, a través del ejemplo, que el dinero puede ser una herramienta para ayudar a los demás, desde hacer donativos para los más desfavorecidos hasta comprar en una tienda determinada donde los beneficios se destinen a proyectos sociales. Hay muchas maneras de ayudar, y vale la pena inculcar este hábito en los niños y jóvenes.
Como conclusión, los niños deben recibir lecciones claras respecto al dinero, y la mejor manera siempre será la práctica, copiando las conductas que ven en casa. Por lo tanto, los padres deben ser el ejemplo de este aprendizaje, enseñarles a no comprar por impulso, sino a planificar sus metas, tanto a corto como a largo plazo. Cuando sea el momento oportuno, se les puede incentivar a hacer pequeñas tareas remuneradas, y si se enfoca desde un punto de vista educativo, darles la paga puede convertirse en una manera determinante de enseñar a los niños a administrar y valorar el dinero, una lección que puede marcar sus vidas. Finalmente, y teniendo en cuenta el peso que tienen las nuevas generaciones de cara al futuro, contribuir a un aprendizaje enfocado a la construcción de un sistema de vida más sostenible y justo para todos.
¿Quieres ser el primero en recibir las últimas noticias sobre 11Once? Pulsa aquí para suscribirte a nuestro canal de Telegram
La monitorización de nuestra conducción ya es ineludible, los coches conectados se han convertido en smartphones con ruedas y son una oportunidad de negocio adicional para todas las marcas, desde poder ofrecer equipación opcional vía suscripciones hasta la venta a terceros de los datos generados por millones de clientes. ¿Debe preocuparnos esta nueva pérdida de privacidad?
Con el avance de la tecnología, los coches conectados a internet se están convirtiendo en una realidad cada vez más presente en nuestras vidas. Los fabricantes de coches argumentan que estos vehículos sin botones físicos, con pantallas gigantes y llenos de cámaras y sensores que monitorizan nuestro comportamiento ofrecen una experiencia de conducción más “segura” y cómoda.
Esta capacidad para comunicarse con otros vehículos, dispositivos y servicios a través de internet también abre nuevas oportunidades de negocio para las marcas. Algunos fabricantes de coches ya han puesto a prueba la paciencia de sus clientes con modelos de suscripción mensual por asientos calefactables, mientras otros ofrecen más potencia a cambio de una suscripción anual o se jadean cobrar una suscripción por las opciones más populares.
Además, gracias a esta interconexión los vehículos pueden recopilar y transmitir datos en tiempo real sobre los hábitos de conducción, la ubicación y el estado del vehículo, que ofrecen un potencial de ingresos adicionales para las marcas dispuestas a vender esta información, lo cual puede suponer una amenaza para el derecho a la privacidad de los usuarios.
De la teoría a la realidad
Un informe elaborado por la fundación Mozilla alertaba que los coches conectados son “terribles en concepto de privacidad y seguridad” y destacaba que 25 de las marcas de coches más conocidas recopilan sin consentimiento un gran número de datos de sus usuarios, no solo relacionados estrictamente con la conducción, como su lugar de residencia o sus destinos habituales, sino también otros mucho más sensibles, como expresiones faciales, estado de salud e información genética o sobre su vida sexual, todo esto mediante dispositivos conectados, micrófonos y cámaras.
Según el estudio, un 84% de las marcas analizadas comparten o venden los datos de los propietarios y un 92% otorga a los conductores poco o ningún control sobre sus datos personales. A pesar de que todas las marcas suspenden en el tratamiento de datos, Tesla obtiene el peor resultado, mientras que tienen Renault, Dacia y BMW, respectivamente, tienen menos mala puntuación.
Algunos calificaron este informe de alarmista, aun así, pocos meses después, el New York Times informaba que algunas marcas ya están compartiendo datos de los hábitos de conducción de sus clientes con las aseguradoras y que a los “males conductores” ya los habían subido las pólizas hasta un 21%, sin haber tenido ningún accidente.
Kenn Dahl, un informático de Seattle, en los Estados Unidos, que conduce un Chevrolet Bolt eléctrico, consiguió un informe de LexisNexis, una agencia de datos con sede en Nueva York que trabaja con aseguradoras, donde se habían registrado las 640 veces que él o su mujer habían cogido el coche en los últimos seis meses, con todo lujo de detalles, como la hora de inicio y fin del trayecto, las distancias recorridas, y todas las veces que pasó de 130 km/h, o cuando hizo frenazos bruscos o fuertes aceleraciones.
Todos estos datos se recopilaron y, sobre todo, se vendieron sin que el Sr. Dahl lo supiera. En este caso se vendieron a compañías de seguros, pero del mismo modo se podían haber vendido a otras empresas de cualquier ámbito.
¿Estamos protegidos por la legislación europea?
La normativa europea sobre el tratamiento de los datos personales aplicada a los coches conectados se basa en el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y en la Directiva ePrivacy, que establecen los principios y derechos que tienen que respetarse en el tratamiento de los datos personales.
Entre otras obligaciones, las empresas responsables del tratamiento de datos tienen que informar los interesados sobre el uso de sus datos, obtener su consentimiento cuando sea necesario, garantizar la seguridad y confidencialidad de los datos, minimizar la cantidad y el tiempo de conservación de los datos y permitir el ejercicio de los derechos de acceso, rectificación, supresión, limitación, oposición y portabilidad.
Básicamente, la misma normativa que ya se aplica en cuanto al tratamiento de datos y privacidad de los dispositivos móviles, como por ejemplo los smartphones. Dicho esto, no es ningún secreto que hecha la norma, hecha la trampa, por lo cual los expertos siempre recomiendan revisar minuciosamente los términos y condiciones y solo facilitar los datos o aceptar funcionalidades que realmente aporten un valor real, a la cual cosa estamos acostumbrados cuando usamos el móvil, pero que hasta hace poco era impensable tener que tener en cuenta cada vez que ponemos en marcha el “nuestro” vehículo.
11Onze es la fintech comunitaria de Cataluña. Abre una cuenta descargando la app El Canut para Android o iOS. ¡Únete a la revolución!
Si te ha gustado este artículo, te recomendamos:

La transformación de la industria automovilística
2min lecturaEn un nuevo episodio de La Plaça en Territori 17 analizamos...
Tenint en compte que vivim en un planeta amb recursos finits, el model econòmic actual basat en un creixement il·limitat sembla destinat al col·lapse. Però hi ha una alternativa viable? Estem preparats per assumir les conseqüències d’una reducció deliberada de la producció i del consum?
El creixement econòmic mundial es va veure esperonat per la revolució industrial i es va disparar a la fi de la Segona Guerra Mundial amb l’eclosió del consumisme. A partir dels anys 50 va començar un ràpid procés de creixement econòmic sense precedents que, tot i les recessions, s’ha mostrat imparable.
El consum d’energia per càpita va seguir un camí paral·lel després d’haver-se mantingut relativament estable durant dècades. I el mateix podem dir sobre l’ús de fertilitzants, consum d’aigua, producció de paper, etc. De la mateixa manera, les emissions de gasos d’efecte hivernacle i la pèrdua de biodiversitat van augmentar exponencialment.
És evident que aquest procés de desenvolupament va lligat a un augment de l’ús de recursos naturals, la contaminació i el canvi climàtic. Per tant, cal plantejar una transformació conscient i planificada de l’estructura econòmica i social per fer-la més sostenible.
Per a avançar cap aquesta transició ecològica es necessiten pactes que facin possible una reducció dels negocis ambientalment nocius en benefici d’altres més sostenibles i que formin part d’una economia circular. Potser més important, cal un canvi de mentalitat de la societat i, encara més difícil, d’una classe política ara supeditada als interessos corporatius.
Fugint d’una falsa dicotomia
A diferència del creixement econòmic, que es mesura per l’augment del producte interior brut (PIB), el concepte del decreixement econòmic és un moviment social i polític que fomenta la reducció deliberada de la productivitat i el consum i que promou la redistribució de la riquesa per assolir una vida més sostenible i equilibrada.
Els debats sobre l’actitud a prendre enfront del canvi climàtic o el model de creixement econòmic imperant sovint es redueixen a la confrontació entre aquests dos extrems. Per una banda, els partidaris de no canviar res per mantenir l’statu quo, per l’altra, els que ho volen canviar tot per desmantellar el sistema actual i substituir-lo per un model de decreixement.
Es tracta d’un fals dilema que divideix a la societat i no representa al públic en general. No té per què ser així. Per exemple, d’igual manera que tots podem estar d’acord a dir que és preferible millorar el benestar social en comptes d’empitjorar-lo, o el funcionament de les institucions públiques, o evitar els conflictes bèl·lics, segurament també ens posaríem d’acord si parléssim en termes de creixement sostenible o decreixement de les indústries contaminants.
Per altra part, no es pot aplicar la mateixa solució en l’àmbit global. El creixement econòmic ve acompanyat de la prosperitat i és molt fàcil i, fins i tot d’hipòcrita, advocar per un model de decreixement econòmic mundial des d’una posició de privilegi envers els països en vies de desenvolupament. Un dilema que no és nou i que ja ha generat tensions quant a les quotes de reducció de gasos d’efecte hivernacle.
De la mateixa manera, un decreixement econòmic imposat requeriria una intervenció estatal i una pèrdua de llibertats sense precedents, almenys en una societat democràtica. Estem preparats per assumir aquest major control governamental després del que s’ha vist amb les protestes dels pagesos en contra d’aquest tipus de mesures que s’han produït al llarg d’Europa? Podem assumir més impostos i més restriccions en el que podem o no podem fer?
No hi ha cap dubte que aquesta transició cap a un model de societat més sostenible és necessària, tanmateix, tant si s’opta per mantenir, incrementar o reduir el creixement econòmic, la solució passarà necessàriament per adoptar un model híbrid que sigui viable i capaç de cohesionar al conjunt de la societat.
11Onze és la fintech comunitària de Catalunya. Obre un compte descarregant l’app El Canut per Android o iOS. Uneix-te a la revolució!
A 11Onze volem que la gent es formi per empoderar-se econòmicament. Pots començar-ho a fer amb la sèrie El Diner.
El diner és una sèrie d’animació que podeu trobar a la Plaça, amb l’objectiu d’explicar de manera amena i molt senzilla el món de l’economia. La sèrie consta de nou capítols amb lliçons com “Història de la moneda”, “La creació monetària” o “La concentració de la riquesa”. En finalitzar cada capítol trobem un qüestionari per saber si n’hem entès els conceptes. Però, quina és la definició del diner? I de l’economia?
El diner és el cor de la nostra economia: és l’eina que ens facilita l’intercanvi de béns (el menjar que comprem, una casa, un ordinador o una bicicleta) i serveis (el temps que paguem pel temps que algú ha dedicat a fer alguna una cosa: un metge, una advocada, una mestra d’escola, un mecànic…) a través d’una moneda.
Aquesta moneda acostuma a tenir forma de moneda central material (en forma de bitllet i de monedes, els diners que podem tocar i portar a la cartera), anomenada també moneda manual, líquida o efectiu. Aquestes monedes són fabricades al Banc Central Europeu (BCE), a banda d’afavorir que l’economia funcioni.
L’altra moneda amb la qual podem pagar els béns i serveis és la moneda escriptural o secundària, és a dir, els números del nostre compte corrent, que no existeixen físicament i que tan sols existeixen dintre del sistema informàtic de la comptabilitat del banc. Aquests diners són gestionats pels bancs comercials privats, els que treballen directament amb la ciutadania i que trobem a la nostra ciutat o al nostre barri. Són els que distribueixen les monedes i els bitllets que crea el BCE.
Satisfer l’oferta i la demanda
Si mirem la lliçó “Aprèn a avaluar l’economia”, de l’apartat Aprendre de la Plaça, també entendrem per què l’economia és un sistema de distribució i de gestió dels recursos limitats per satisfer la demanda de les persones.
Però el terme economia va més enllà, ja que tots contribuïm a fer-la possible. Els nostres actes s’hi reflecteixen: en allò que consumim, les hores que treballem, els béns que posseïm, els diners que podem arribar a estalviar. La suma dels actes que prenem individualment tota la ciutadania és el destí de l’economia global. Dit d’una altra manera: l’economia és el resultat del que nosaltres decidim.
Esperem que amb aquesta petita introducció de la sèrie El Diner, i del resum dels seus conceptes, us hagin vingut ganes d’aprendre sobre economia i sobre el món de les finances. Ja ho diuen: “A la vida, unes vegades es guanya, i d’altres s’aprèn”.
11Onze és la fintech comunitària de Catalunya. Obre un compte descarregant l’app El Canut per Android o iOS. Uneix-te a la revolució!
Últimament, es parla molt de les start-ups i de les possibilitats de futur que generen. Aquestes estan envoltades d’idees creatives, innovadores i amb un fort component tecnològic fent que siguin les grans competidores de les empreses tradicionals. Ara bé, també requereixen certes directrius per tal que puguin arribar a tenir un lloc al mercat.
Els sistemes de control són totalment necessaris per poder tenir certa informació de l’empresa, de com s’estan utilitzant els recursos i de com s’estan assolint els objectius. Sense una mínima informació que diagnostiqui com està anant el negoci, difícilment es podran prendre decisions. Assignar responsabilitats i fer un petit organigrama d’aquestes és bàsic. Normalment, això tothom ho veu clar, i els socis, que acostumen a ser els primers promotors de la idea, de manera informal ja es distribueixen les responsabilitats segons els seus perfils i preferències. Aquest fet és clau, i normalment es fa de manera informal.
Passat un cert temps, això fins i tot pot requerir una certa formalització per evitar problemes amb les persones que es puguin anar incorporant. Però més enllà de tenir aquesta mínima formalització dels rols, funcions i responsabilitats, moltes empreses que comencen no es plantegen formalitzar massa el control de gestió. Si a més aquestes empreses es plantegen anar creixent de manera més orgànica i progressiva, moltes vegades no existeix un control formal fins que comencen a venir determinats problemes. Aleshores es comença a veure la necessitat de formalitzar el seguiment d’objectius, fer un pressupost o pla i fer-ne el seguiment i ulteriors ajustos. El què passa és que aleshores, aquest creixement que ha portat a la necessitat de formalització porta a una formalització excessiva, perquè es dona la responsabilitat de tot el que no va bé a la falta de control formal.
Suposa el control una pèrdua de l’ADN de l’start-up?
Cal en aquests casos ser curosos, i anar incorporant els controls formals i revisant els informals a la vegada. Només cal afegir l’estrictament necessari, donat que el control informal ha anat creant una cultura organitzativa i una organització informal que no es poden menystenir i que cal només variar quan creï problemes. Tot allò que les persones fan més enllà del control i que ha portat també a l’èxit, cal continuar-ho fent. Els canvis bruscs no es trobarien justificats quan una part del sentiment de pertinença a l’organització és el que ha ajudat a fer-la funcionar tot i tenir mancances en els controls formals.
Les start-ups es plantegen creixements molt elevats. Des dels inicis aquests creixements s’han de finançar moltes vegades amb recursos externs, i precisament són aquests inversors qui demanaran com està anant la seva inversió i si dona els resultats esperats. Per tant, aquestes start-up, des dels seus començaments ja incorporen professionals experts en la recerca de finançament i també en el control de com estan anant les inversions. Això porta al fet que calgui formalitzar aquest seguiment amb determinats documents, que mostrin a persones externes a l’empresa, com progressa i si es van complint els objectius. Si en aquest moment la start-up entén la importància d’un cert control formal, és probable que les probabilitats de funcionar correctament siguin molt superiors. És un bon moment per aprofitar i fer un pressupost, un seguiment, complementar el control informal existent amb un cert control formal, o fins i tot incorporar algun gestor extern expert.
És molt important ser conscient que les empreses tenen més garanties d’èxit, i encara més en empreses com les start-ups amb creixement ambiciós, si incorporen certs controls formals des del començament. Això sí, tenint en compte tres aspectes molt importants:
- El control formal ha de ser el mínim necessari i mai ha d’anar en contra dels controls informals o la manera de ser dels emprenedors.
- El control formal sempre ha de donar valor afegit a la gestió, perquè un mal control formal sempre és pitjor que no tenir control.
- Ser conscient que a mesura que l’empresa vagi creixent, la tendència a resoldre els problemes incrementant la formalització és elevada.
En realitat els problemes importants se solucionen mirant als sistemes de control informals. De fet, l’infern és aquell lloc ple de lleis que mai es poden complir, i hem d’evitar convertir la nostra empresa en un infern per les persones que hi treballen.
11Onze és la fintech comunitària de Catalunya. Obre un compte descarregant l’app El Canut per Android o iOS. Uneix-te a la revolució!
Si t'ha agradat aquest article, et recomanem:

Empreses ètiques, una necessitat del Segle XXI
4min lecturaQuan un parla de justícia a les empreses, ben aviat surt el...
Tots estem familiaritzats amb els conceptes bàsics de les assegurances. Però, saps com funciona aquest sector, quina és la seva regulació i d’on provenen els seus beneficis?
Les assegurances no són més que eines financeres que permeten cobrir determinats riscos. Ho fan des de fa milers d’anys. El Codi de Hammurabi, un compendi de lleis de l’antiga Babilònia, ja regulava els préstecs a risc de mar, que feien possible a prestadors i naviliers compartir els riscos i els beneficis del comerç marítim.
A tots ens sonen més o menys els conceptes bàsics de les assegurances. Una pòlissa no és més que un contracte entre l’assegurat i la companyia d’assegurances mitjançant la qual, a canvi d’una prima (preu de l’assegurança), l’entitat asseguradora es compromet a indemnitzar per un mal produït o a satisfer un capital, renda o una altra prestació en cas de produir-se un sinistre contemplat en les cobertures d’aquest contracte.
Tots els detalls de la cobertura de l’assegurança i altres condicions estan recollits en la pòlissa, que estableix els drets i obligacions de totes dues parts. El prenedor, que és la persona o empresa que contracta el segur i paga la prima; l’assegurat, que és qui està exposat al risc cobert per l’assegurança, i el beneficiari, que és qui té dret a rebre la contraprestació convinguda en la pòlissa, poden coincidir o ser diferents persones o entitats.
És probable que aquests conceptes ens resultin familiars. Però, sabem com funciona el sector assegurador? Repassem com es regula i d’on provenen els seus beneficis.
El marc regulador
Existeixen diferents tipus d’entitats asseguradores en funció de la seva constitució jurídica: societats anònimes, mútues, cooperatives i mutualitats de previsió social. A més, cadascuna d’elles pot operar en un o en múltiples àmbits (automòbil, llar, responsabilitat civil…), però sempre requereixen l’autorització de l’organisme regulador.
Per garantir el correcte funcionament del sector, estan regulats tant les característiques com el funcionament d’aquestes entitats, establint límits a la seva activitat i imposant uns mínims de solvència o una certa formació per als seus empleats.
L’1 de gener de 2016 va entrar en vigor Solvència II, la directiva europea per la qual totes les asseguradores europees estimen la seva solidesa financera de la mateixa manera. Aquesta directiva obliga a calcular la quantitat de recursos que ha de tenir un assegurador per afrontar possibles escenaris negatius relacionats amb el negoci (que hi hagi més contratemps de l’esperat o que les indemnitzacions siguin de major import), amb les inversions (una caiguda de la Borsa, per exemple) o d’altres tipus. L’assegurador ha de tenir fons propis suficients com per a cobrir aquest eventual forat.
Solvència II se sustenta en tres pilars. El primer determina els recursos propis mínims requerits a cada asseguradora en funció dels riscos assumits. El segon planteja la valoració qualitativa dels riscos, que són identificats, mesurats, monitorats i administrats segons l’exposició al risc de cada companyia, i estableix un control intern d’aquests riscos a través del govern corporatiu per millorar l’eficiència i la rendibilitat de les entitats. El tercer pilar busca una major transparència de les empreses asseguradores gràcies als informes periòdics que han de presentar.
Aquesta directiva europea es complementa amb la Llei d’ordenació, supervisió i solvència de les entitats asseguradores i reasseguradores, que regula el sector en l’Estat espanyol.
Una primera font d’ingressos
Segons dades del Fons Monetari Internacional, el volum de primes emeses en el món arribava l’any 2016 als 24 bilions d’euros, dels quals el 85% pertanyien a assegurances de vida.
En el cas de les assegurances de vida, el principal canal de comercialització és el bancari, amb una quota de mercat una mica superior al 70%, mentre que els agents i corredors d’assegurances presenten una quota de mercat lleugerament per sobre del 20%.
En canvi, la resta d’assegurances es comercialitzen principalment a través d’agents i corredors d’assegurances, els qui aconsegueixen una quota de mercat del 60% aproximadament, seguits per la venda directa (19%) i el canal bancari (13%).
Una primera via per la qual les companyies d’assegurances guanyen diners és avaluant acuradament el risc de cadascuna d’aquestes pòlisses perquè els ingressos per primes superin a les reclamacions que hagin d’abonar.
La veritable naturalesa del negoci
No obstant això, les asseguradores són sobretot gestores dels recursos que els seus clients els confien a través de les primes, ja que utilitzen part d’aquests ingressos per invertir. De fet, es calcula que el 12% dels actius mundials estan en mans de companyies d’assegurances.
Això sí, a partir de la gran crisi financera, la legislació estableix uns límits prudencials estrictes a l’hora d’invertir. Fins l’any 2007, el sector assegurador va viure un idíl·lic període de tranquil·litat. Però la gran crisi financera, que es va emportar per davant al gegant de les assegurances nord-americà AIG, va aflorar l’estreta relació de les asseguradores amb les entitats bancàries, tant per la participació en el seu capital social com en les seves emissions de renda fixa i variable.
Segons Unespa, que aglutina a prop de 200 asseguradores de l’Estat espanyol, aquestes inverteixen principalment en deute públic i, en menor mesura, en fons i accions privades: per cada euro invertit en aquests últims, es dediquen sis al deute públic. A més, aquesta associació aclareix que, en èpoques de bonança econòmica “les asseguradores han arribat a tenir una capacitat d’inversió equivalent al 2 % del PIB”.
Les reassegurances, un negoci en auge
Una tercera via d’ingressos són les reassegurances. Es tracta d’acords mitjançant els quals un assegurador, denominat cedent, transfereix a un altre assegurador, denominat reassegurador, la totalitat o una part dels seus riscos a canvi d’una part de la prima. Això permet al cedent protegir-se de grans pèrdues potencials en situacions d’excessiva exposició.
El canvi climàtic i la pandèmia de COVID-19 estan impulsant aquesta àrea de negoci, el volum del qual s’espera que superi els 500.000 milions d’euros l’any 2025.
Grans canvis en l’horitzó
Molts senyals indiquen que el sector assegurador es prepara per a una època de canvis transcendentals. En aquest sentit, s’espera que es formin ecosistemes en els quals proveïdors de diferents indústries interactuaran per crear valor a partir de dades compartides. Per tant, no es vendran tant productes i serveis aïllats com experiències creades gràcies a una multitud d’actors.
El 67% dels líders del sector assegurador consideren que els models de negoci actuals seran irrecognoscibles en els pròxims cinc anys i que aquests ecosistemes seran el principal agent de canvi, segons dades d’Accenture Research. A més, el 58% de les companyies asseguradores asseguren buscar ja de manera activa ecosistemes en els quals integrar-se i tres de cada quatre preveuen que almenys la meitat dels seus beneficis procediran d’aquests ecosistemes en els pròxims cinc anys.
Si vols conèixer una assegurança justa per a la teva llar i per a la societat, descobreix 11Onze Segurs.
La industria de la automoción europea se encuentra en un momento crítico a consecuencia de los altos costes de producción, la pérdida de competitividad en verso las marcas chinas y de las polémicas exigencias legislativas de la UE. El nuevo reglamento europeo antiemisiones que entra en vigor en enero de 2025 pretende avivar unas ventas de coches eléctricos estancadas y vendrá acompañado de multas multimillonarias que pueden acabar de hundir unos de los pilares de la industria europea.
La Unión Europea abre el 2025 con la puesta en marcha de la normativa CAFE (por las siglas en inglés, Clean Air for Europe) que obliga a que la media de emisiones de CO₂ en los vehículos de cada fabricante se reduzca en un 15 % en comparación con los niveles del 2021. Entre 2030 y 2034, se exigirá una reducción del 55% de las emisiones de los turismos nuevos y del 50% en caso de furgonetas.
La normativa CAFE se aprobó en 2019 y prevé un plan de reducción gradual de las emisiones de los vehículos nuevos comercializados en la Unión Europea con el objetivo de prohibir las ventas de vehículos de combustión de gasolina, diésel e híbridos a partir del 2035.
Hasta ahora, este tope estaba en 115,1 g/km y desde el enero 2025 se reducirá hasta 93,6 g/km. Además, las marcas se enfrentan a una multa de 95 euros por cada gramo que supere este límite, multiplicado por el número de coches vendidos.
La industria del automóvil europea entre la espada y la pared
La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA, por sus siglas en inglés) hace tiempo que advierte que la industria del automóvil europea probablemente no será capaz de cumplir el reglamento y que puede llegar a pagar hasta 16.000 millones de euros en multas, cifra que amenazaría la viabilidad de toda la industria automovilística europea.
Según declaraciones hechas por la patronal en Europa Press, las ventas de vehículos eléctricos a Europa están estancadas sobre el 13% de la cuota de mercado, 10 puntos porcentuales menos por debajo del que tendrían que estar: “Una brecha demasiado grande para cerrarla a tiempo”.
Los fabricantes de coches advierten que la adopción masiva del vehículo eléctrico, necesaria para cumplir estas normativas, no está avanzando al ritmo esperado. Esto se debe a factores como el elevado precio de los vehículos eléctricos, la falta de infraestructuras de carga adecuadas y las reticencias de los consumidores.
En este contexto, se crea una paradoja según la cual los fabricantes se pueden ver obligados a parar la producción y ventas de coches de combustión para compensar la falta de ventas de coches eléctricos con el fin de evitar las multas multimillonarias. Aun así, afectando todavía más la poca rentabilidad de las marcas y agraviando las reducciones de plantilla y el cierre de fábricas.
Las grandes marcas europeas hablan de “potenciales daños irreversibles” si no se reducen las exigencias medioambientales y ya hace meses que están anunciando recortes de producción, cierres de fábricas y un replanteamiento de su objetivo de convertirse en fabricantes de vehículos puramente eléctricos antes del final de esta década.
El reto chino y la competitividad en riesgo
La competencia del sector automovilístico de China está erosionando la cuota de mercado de la industria del automóvil europea. Los costes de producción en Europa, incluyendo salarios elevados y precios energéticos disparados gracias al gol en propia puerta que han significado las sanciones contra Rusia, hacen que los fabricantes europeos tengan desventajas respecto a sus competidores chinos. Estos últimos, con el apoyo de una cadena de suministro más eficiente y subsidios gubernamentales sustanciales, están expandiendo rápidamente su presencia en el mercado global.
La Unión Europea (UE) ha reconocido este desafío y está intentando responder con políticas de proteccionismo económico, pero de rebote, también está castigando a los fabricantes de coches europeos que han deslocalizado su producción en China.
Por su parte, algunos países europeos como Francia, Italia y Rumanía han intentado sin éxito presionar en Bruselas para retrasar la aplicación de la normativa o de las multas. Sin embargo, teniendo en cuenta que el sector del automóvil representa el 7% del PIB de la UE y el 6,1% de la ocupación, con 13,8 millones de puestos de trabajo directos o indirectos, no se puede descartar que la Comisión Europea proponga posibles cambios a este reglamento ante el Parlamento Europeo después de redactar su informe evaluando la ejecución de la nueva normativa.
11Onze es la fintech comunitaria de Cataluña. Abre una cuenta descargando la app El Canut para Android o iOS. ¡Únete a la revolución!
Poco después de comernos las uvas hablamos de ‘la cuesta de enero’, una expresión muy conocida y propia del mes de enero, a pesar de que últimamente parece tener una tendencia inflacionaria que la alarga al resto del año. Pero ¿de dónde viene esta idea?
La carencia de recursos financieros asociada al primer mes del año es causada por una serie de variables que convierten este mes en especialmente problemático, no solo en referencia a la economía personal sino también en cuanto al estado emocional de muchas personas.
El concepto de ‘la cuesta de enero’ empieza a aparecer en los medios españoles en el siglo XIX, conectado en el mundo teatral. Y es que, después de gastar más de la cuenta durante las fiestas de Navidad, en los teatros se notaba una fuerte bajada de espectadores. Así es como se empieza a popularizar el concepto, que se ve reforzado por la subida de precios de servicios que se produce cada inicio de año. Los precios regulados por las administraciones, se actualizan el 1 de enero, y esto impacta directamente en el bolsillo (ya castigado) del ciudadano.
Es entonces cuando mucha gente se acuerda de los gastos hechos durante las fiestas de Navidad. Además, para combatir la bajada de consumo, los vendedores aplican rebajas. Y se produce esta ambivalencia: el consumidor tiene menos dinero, pero tiene ganas de seguir gastando, por los tentadores descuentos.
En el ámbito internacional se habla del ‘Blue Monday’, o lunes triste, un concepto originario de una campaña publicitaría de Sky Travel, y que hace referencia al tercer lunes de enero como el día más triste del año. No tiene ninguna base científica, no obstante, ejemplifica la bajada a nivel emocional que acompaña estas fechas. La vuelta a la rutina después del periodo vacacional enmarca el final de ciclo de un año en que quizás no hemos conseguido los objetivos que nos habíamos propuesto, con la subsecuente decepción. Un estado anímico y emocional ahora también tocado por la incertidumbre y angustia causadas por la pandemia.
Un fenómeno económico del siglo XX
El fenómeno económico y social de gastar el que no se puede pagar no se originó con el consumismo, pero sí que es verdad que esta tendencia a consumir productos en cantidades muy superiores a las necesarias fue amplificada con la aparición del marketing contemporáneo, creando nuevas necesidades y deseo de compra en la población con el fin de alimentar el crecimiento económico ilimitado propio del capitalismo.
Es a partir de este escenario microeconómico del siglo pasado donde se populariza el concepto de ‘la cuesta de enero’. Espoleada por una alianza de intereses del mundo financiero, empresarial y publicitario que trabajan juntos para perpetuar un consumo basado en un crecimiento continuo. La publicidad nos convence de la necesidad de comprar infinidad de productos que no necesitamos, mientras que los bancos nos dan todas las facilidades para gastar dinero que no tenemos.
En gran medida, el antídoto a ‘la cuesta de enero’ es tan sencillo como asegurar que la población tiene una buena educación financiera. Obviamente, hay gastos inevitables como los de suministros de agua, electricidad, o las hipotecas, pero el uso del crédito y conocimiento de otras herramientas financieras al alcance de una economía familiar son esenciales no solo para prevenir penurias económicas a lo largo del año, sino para mantener cierta salud emocional.
Y es por eso que desde 11Onze damos tanta importancia a la formación financiera de nuestra comunidad, y ponemos al alcance de todo el mundo herramientas de aprendizaje para empoderar a las personas a gestionar sus bienes de la mejor manera posible.
11Onze es la fintech comunitaria de Cataluña. Abre una cuenta descargando la app El Canut para Android o iOS. ¡Únete a la revolución!
La exclusión social, la precariedad laboral y el difícil acceso a la vivienda son algunos de los factores que generan ansiedad y depresión a una gran parte la población. Este deterioro de la calidad de vida está relacionado con uno de los consumos más altos de ansiolíticos de Europa y pone en cuestión la sostenibilidad del modelo socioeconómico actual.
Todo y la pérdida de posiciones en el ranking de los últimos años, según organizaciones extranjeras España se mantiene entre las naciones con un índice de calidad de vida más alto entre los países desarrollados. No solo esto, sino que el conjunto de expatriados o ‘expats’ -eufemismo que define a los inmigrantes de países ‘del primer mundo’- que residen y trabajan en el Estado español, lo siguen eligiendo como el país con más calidad de vida.
Este optimismo, pero, parece no ser compartido por los residentes autóctonos del país. Esta conclusión se desprende de un estudio ecosocial hecho recientemente por la fundación FUHEM sobre la Calidad de Vida en España. De hecho, después de analizar a la sociedad española centrándose en tres ámbitos -gastos, recursos y trabajo- llega a la conclusión que la calidad de vida de los españoles ha empeorado significativamente en los últimos años.
Concretamente, el informe apunta que casi la mitad de los españoles se sienten solos y que el 27% de la población, o una de cada cuatro personas, se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social. Los investigadores sociales que han elaborado el informe afirman que este aislamiento social genera ansiedad y depresión, y conectan este dato con el aumento del consumo de ansiolíticos en el Estado, uno de los índices más altos de Europa.
Trabajo digno, acceso a la vivienda y protección social
La prevalente precarización laboral se traduce en el hecho que alrededor del 15% de la población ocupada de España también se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social y que la pobreza infantil afecta uno de cada tres niños menores de 16 años. En este contexto, dos de cada diez españoles viven en condiciones de habitabilidad deficientes, sin poder mantener una temperatura adecuada ni en invierno ni en verano.
Por otro lado, mientras que el 58,1% de los jóvenes tenía acceso a una vivienda en propiedad en 2007, hoy, esta cifra se ha reducido al 25%. Actualmente, son necesarios siete años de renta para comprar una vivienda, muy lejos de los 2,8 años necesarios de hace tres décadas. Además, a pesar de que el gasto para alquilar una vivienda no tendría que superar el 30% de los ingresos, cuatro de cada 10 personas destinan el 40% de su sueldo y una quinta parte más del 60%, 6 puntos por encima del 2018 y 12 puntos más que en el 2014.
Los recortes en el gasto público se han visto reflejados en la falta de oferta de viviendas de alquiler social, que en 2020 solo representaban el 1,1% del total, un porcentaje claramente insuficiente para dar cobertura a los 4,5 millones de personas que se encuentran en situación de exclusión residencial. Se trata de un modelo inmobiliario que no solo dificulta el acceso a la vivienda a la ciudadanía, sino que da preferencia a grandes fondos de inversión y a las corporaciones bancarias.
La urgencia del cambio hacia un modelo más sostenible
El estudio también cuestiona nuestro modelo de producción y consumo que “ha puesto la vida bajo la tiranía de la eficiencia y el rendimiento”. Llevar una vida poco saludable comporta niveles más altos de “fatiga permanente”, especialmente para los hogares más pobres que no se pueden permitir una dieta más variada y de calidad.
Este es un problema que se ha visto agudizado por el encarecimiento de los alimentos básicos y por la creciente tendencia a realizar las compras en grandes superficies comerciales, que el informe relaciona con el aumento de la obesidad en el Estado español, uno de los países europeos donde se ha incrementado más en los últimos años.
Así mismo, la ONG hace hincapié en la necesidad de parar la fragmentación territorial que provoca un deterioro social y ecológico, señalando que el modelo de movilidad protagonizado por el vehículo privado y la carretera es «altamente ineficiente». En este sentido, avisan que las inversiones públicas que se han hecho para la construcción de grandes infraestructuras responden más a los intereses privados que al interés público. En definitiva, un modelo productivo, de inversión y de sociedad insostenible que facilita las desigualdades, castrando la cohesión social y el equilibrio medioambiental.
Uno de los objetivos de 11Onze es transformar realidades que no nos gustan. Contamos con una comunidad activa, consciente y responsable. Entra en 11Onze se Remanga para descubrir como puedes contribuir a ayudar otras personas en todo el mundo.
La primera sociedad de banca moderna en Cataluña se fundó en el año 1844. Fue el Banco de Barcelona y en sus inicios se orientó en la financiación de empresas.
Esta banca destacó por ser la primera banca del estado en hacer emisión de billetes, tal y como explicaba el periodista Sergi Hernández en la web de Btv. El periodista también hace énfasis en el hecho que el banco no se centró solo en hacer circular billetes por el estado, dado que en aquellos tiempos la emisión de billetes era deslocalizada, si no que también fue el primero en ayudar al comercio y a la industria.
Los primeros billetes del banco eran completamente artesanos. Para evitar que fueran falsificados, se hacían con muchas florituras y se enganchaban en un talonario. Las figuras también eran un punto importante para su difícil reproducción, haciendo que así fuese más difícil poder falsificarlos. Hernández también nos recuerda que había dos figuras femeninas, en algunos billetes de esta época: una figura femenina representaba España, y la otra figura femenina representaba Barcelona, como símbolo de las madres del banco.
En los billetes una figura femenina representaba España, y la otra Barcelona, como símbolo de las madres del banco.
El periodista nos recuerda que el Banco de Barcelona, en sus inicios, fue sobre ruedas hasta que sufrió las primeras crisis. Concretamente, el 1874 dejó de emitir billetes de los bancos provinciales, y esto hizo que dejase de funcionar como banco comercial. Posteriormente, bajo los efectos de la crisis en España después de la Primera Guerra Mundial, el Banco de Barcelona quebró en 1920.
Y el mismo año que quebró, en 1920, nació en Reus el Banco de Cataluña. Este holding bancario fue creado por los financieros locales Fransesc y Eduard Recasens, y Evarist Fàbregas, como escribe Marc Pons, en El Nacional. Estas tres personas, propietarias de diferentes bancos en nuestro país, como explica Pons, cogieron los restos que quedaban del Banco de Barcelona y las añadieron a su nueva entidad bancaria, llamada Banco de Cataluña. Pons también nos recuerda que el banco empezó a crecer y a abrir sucursales alrededor de Cataluña e incluso en el País Valenciano, y el año 1930 se internacionalizó con la apertura de una oficina del Banco de Cataluña en París. Pero la historia de este nuevo banco fue corta. Como bien dice en su artículo del diario El Nacional el periodista Marc Pons, el día 2 de julio de 1931, el ministro Prieto ordenó la retirada de los saldos que tenían Campsa y Cepsa dentro del Banco de Cataluña, y que representaban más del 50% de los depósitos de la entidad. Particulares y empresas también sacaron sus depósitos, y esto hizo caer el Banco de Cataluña pocos días después. Y con la quiebra y el Banco de España negándose a financiar el Banco de Cataluña, se hizo imposible atender las obligaciones comprometidas que venían de la actividad de Campsa y Cepsa. Así, el año 1931 tuvo que cerrar sus puertas.
I con el Banco de Cataluña con la quiebra al cuello, y el Banco de España negándose a financiar al Banco de Cataluña, finalmente el Banco de Cataluña quebró en 1931.
Hoy, en los Países Catalanes, todavía funcionan dos cajas de ahorros, las conocidas como Caja de Ontinyent y Caja de Ahorros de Pollença. También diferentes cooperativas de crédito, como por ejemplo Caja de Ingenieros o Caja de Guissona. Aparte, tenemos una decena de bancos, una entidad de dinero electrónico, diferentes agencias de sociedades de valores, sociedades gestoras de instituciones de inversión colectiva y sociedades cooperativas con servicios financieros, según los datos de la lista de entidades financieras de los países catalanes.
Pero estamos en una época de cambios en la sociedad, la pandemia ha acelerado el que ya se habría producido de manera más paulatina, que es la necesidad de reinventar nuestra manera de vivir, de ser más éticos y más sostenibles. Esto ha creado la necesidad de una banca del futuro, una banca que se adapte a todas las generaciones, con una respuesta clara, que sea transparente y donde sus clientes sean tratados como personas, atendiendo sus necesidades reales con transparencia y de manera simple. Estamos dejando atrás la banca tradicional. Sin desmerecer una historia de bancos y cajas que han marcado y dejado huella en la economía catalana, ahora toca reinventarse, toca arremangarse y con unos cuantos golpes de azada hacer como hemos hecho siempre los catalanes, cultivar la tierra para hacer nacer la nueva banca que el país necesita.
11Onze es la fintech comunitaria de Cataluña. Abre una cuenta descargando la app El Canut para Android o iOS. ¡Únete a la revolución!