El trabajo del futuro: 56 aptitudes para prosperar
¿Cómo será el trabajo del futuro y qué habilidades nos harán falta para prosperar? Para responder estas dos preguntas, el McKinsey Global Institute ha desarrollado una investigación exhaustiva y ha llegado a la conclusión que tendremos que dominar al menos 56 competencias fundamentales para asegurarnos un puesto de trabajo, sueldos más altos y más bienestar laboral.
El instituto ha clasificado estas 56 habilidades en el estudio en cuatro grandes bloques: las habilidades manuales y físicas, que cada vez tendrán menos interés; y las habilidades tecnológicas, sociales y cognitivas de alto valor, que ganan peso. El McKinsey Global Institute ha encuestado a más de 18.000 personas de 15 países y pretende que los gobiernos y las empresas prioricen equipos de trabajo que cumplan con estos requisitos.
De entrada, el instituto señala en el informe que, a pesar de que seguirá habiendo muchos trabajos especializados, la nueva revolución tecnológica hacia la que nos encaminamos, que se ha acelerado a causa de la pandemia, cada vez requerirá personas más dinámicas, creativas y digitales. Por eso, será imprescindible añadir valor a los sistemas automatizados y con inteligencia artificial que se están imponiendo en muchas empresas. También habrá que adaptarse y formarse constantemente en el entorno digital, logrando nuevos aprendizajes. Por eso, consideran que los gobiernos tienen que empezar a promover nuevos planes educativos para que adultos y jóvenes se preparen para el nuevo escenario.
Las habilidades cognitivas: creatividad y adaptabilidad
- Resolver problemas de forma estructurada.
- Controlar el razonamiento lógico.
- Entender los rasgos diferenciales.
- Saber buscar información relevante.
- Organizar un plan de trabajo.
- Priorizar las tareas en un tiempo determinado.
- Agilidad de pensamiento.
- Facilidad para aprender.
- Tener buena capacidad de oratoria.
- Acertar las preguntas a hacer.
- Sintetizar los mensajes.
- Saber escuchar.
- Imaginación y creatividad.
- Trasladar los conocimientos a contextos diversos.
- Adoptar perspectivas diferentes.
- Adaptabilidad
Las habilidades interpersonales: empatía y colaboración
- Modificar el rol cuando haga falta.
- Llegar a consensos.
- Tener una visión siempre inspiradora.
- Conciencia organizativa.
- Demostrar empatía.
- Inspirar confianza.
- Mantener la humildad.
- Ser sociable.
- Fomentar la diversidad.
- Motivar situaciones emocionales.
- Resolver conflictos.
- Colaborar.
- Ayudar.
- Empoderar
Las habilidades de liderazgo: integridad y motivación
- Entender las emociones de los otros.
- Tener autocontrol.
- Conocer las fortalezas propias.
- Integridad.
- Saber motivarse.
- Tener confianza en uno mismo.
- Tomar decisiones arriesgadas.
- Dirigir el cambio y la innovación.
- Energía, pasión y optimismo.
- Romper esquemas.
- Decisión.
- Dirección clara.
- Persistencia y perseverancia.
- Aceptar la incertidumbre.
- Luchar por la emancipación.
Las habilidades tecnológicas: ciberseguridad y ética
- Más alfabetización digital.
- Ampliar los conocimientos digitales.
- Conocer redes de colaboración digital.
- Tener ética digital.
- Aprender programación.
- Saber analizar datos y estadísticas.
- Tener un pensamiento algorítmico.
- Formarse en Big Data.
- Saber sobre ciberseguridad.
- Estar al día en sistemas inteligentes.
- Saber traducir la tecnología en acciones útiles.
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El efecto marco, conocido en inglés como ‘framing effect’, es un sesgo cognitivo según el cual una misma información, planteada de diferente manera, puede llevarnos a conclusiones dispares. Lara de Castro, del equipo de Recursos Humanos de 11Onze, nos explica cómo esta distorsión de la percepción puede afectar nuestras decisiones del día a día.
A todos nos gusta pensar que a la hora de tomar una decisión o hacer una elección seguimos nuestro criterio con cierta objetividad, pero como explica Lara de Castro, “nuestro pensamiento crítico no es tan imparcial como nos pensamos, sino que respondemos de acuerdo con como nos plantean la pregunta en cuestión”.
Podemos encontrar infinidad de ejemplos de como el sesgo cognitivo determina la toma de decisiones de las personas. Se trata de un marco cognitivo donde las personas deciden una opción o la otra en función de si las opciones se presentan con connotaciones positivas o negativas. Ponemos por caso que te tienen que hacer una intervención quirúrgica y has de firmar un documento para dar tu consentimiento: si te dicen que tienes un 90% de posibilidades de que salga bien, es más probable que firmes el documento, que si te dicen que tienes un 10% de posibilidades que salga mal.
Aprovechar este sesgo cognitivo intrínseco de las personas en función de como el cerebro hace comparaciones entre positivo vs. negativo, pérdida vs. ganancia, mejor vs. peor, etc., facilita que “personas, gobiernos y empresas que dominen la comunicación, puedan hacer con nosotros lo que quieran”, apunta de Castro.
De Castro nos hace una reflexión en este sentido: “Si lo centramos en el mundo de las finanzas, este sesgo todavía hace más miedo, porque sugiere que las decisiones que tomas en relación con tus finanzas personales viene determinada por la forma como se plantea, y quien plantea, la pregunta”. De aquí viene la importancia de la educación financiera, puesto que estar informado es el único antídoto que se ha mostrado efectivo contra las técnicas de marketing que aprovechan el sesgo cognitivo para influenciar nuestra toma de decisiones.
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Seguro que has oído más de una vez esta palabra, start-up. ¿Qué significa eso? ¿Qué aptitudes se necesitan para trabajar en una?
Se denomina start-up, en terminología anglosajona, a una empresa emergente, de nueva creación, con un alto potencial de crecimiento, vinculada a las nuevas tecnologías o a modelos de negocio innovadores, y con una alta tasa de rentabilidad.
Para trabajar, debes tener pasión por su proyecto, motivación para llevarlo a buen puerto, flexibilidad para dedicarle las horas y hacer las tareas que convengan, y compromiso con la empresa. Pero si haces lo que te gusta, ¿se puede considerar que trabajas?
5 aptitudes clave para trabajar en una start-up
- Proactividad: este tipo de empresas no se limitan a buscar gente que simplemente busque trabajo, sino que quieren profesionales que les ofrezca servicios y crean en la idea.
- Actitud positiva y profesionalidad. No solo miran los currículos, sino que también valoran la energía que desprenden los candidatos. La actitud será clave.
- Adaptación: personas que se adapten a todo y dispuestas a perseguir su pasión, que lleven la contraria, también, y no se conformen con todo.
- Diferenciación: buscan pasión más que talento, personas que crean en el proyecto, que compartan los mismos valores de la start-up. Hay que ser diferentes y creativos.
- Flexibilidad: gente polivalente y con autonomía.
Enfocado al trabajo por objetivos
Ya puedes decir adiós a los horarios: la tradicional jornada laboral de oficina no tiene cabida en una start-up, y se prioriza el proyecto y los plazos de entrega. Hay que tener cuidado, porque esto se convierte en un arma de doble filo: favorece la flexibilidad de horarios de los trabajadores, pero a la vez se pueden trabajar más horas de las que toca si no se gestiona correctamente.
En la mayoría de casos será indiferente si prefieres trabajar por la mañana, por la tarde o el domingo de madrugada: lo que importa es que la tarea se entregue cuando toca. Cada cual se tiene que organizar de la manera que le sea más productiva. Generalmente, se busca gente especializada, pero, teniendo en cuenta la metodología de trabajo, es igual de importante que sean flexibles, de mentalidad abierta, con facilidad para trabajar en equipo, para aprender y con rápida adaptación a los cambios.
Desmontando mitos sobre start-ups
La flexibilidad y el cambio constante en que se encuentran las start-ups implica, aunque parezca el contrario, más organización que las empresas convencionales. Si no te han seleccionado como candidato, lo mejor que puedes hacer es mantener el contacto, ya que en un futuro puede haber un sitio para ti. Tampoco es cierto que se limita a la gente joven: necesitan gente con experiencia y, a diferencia de lo que popularmente se piensa, si la empresa tiene buenas perspectivas futuras, los sueldos suelen ser competitivos.
El proceso de selección tampoco suele ser tradicional, puesto que se valoran características personales y profesionales que van más allá del currículo. La preparación de la entrevista será clave: infórmate de qué hacen y cómo trabajan, y busca aspectos del proyecto en los que puedas contribuir. Y sobre todo sé diferente. Cualquier persona de recursos humanos está acostumbrada a ver cientos de currículos al día. No desaproveches la oportunidad y saca tus mejores armas para llamar la atención. Huye de lo convencional. Es buena idea conseguir otras competencias aparte de la actual, formarte en otras competencias como Excel, HTML o WordPress. Ten en cuenta que la mayoría de start-ups giran en torno a la tecnología y más temprano que tarde deberás usarlas.
Proactividad e inteligencia emocional: la combinación del éxito
Trabajar en una start-up será una aventura donde nada es permanente. Incluso tu posición puede cambiar y puedes acabar en otro departamento. Recuerda las aptitudes que hemos comentado y no tengas miedo a equivocarte. La proactividad será tu mejor aliado.
Por último, tienes que tener conocimientos de inteligencia emocional, para gestionar el comportamiento, las relaciones y las decisiones. Para que todo lo que pase te lleve a buen puerto, tienes que reducir las emociones negativas, saber gestionar el estrés, ser más asertivo, mantenerte proactivo y rebotar contra la adversidad. Nos ayudará y mucho prestar atención a las emociones de uno mismo y de los otros, sobre todo en momentos difíciles o de cierta intensidad.
Lo que importa en una start-up es la voluntad de mejorar, de hacer todo lo que hay que hacer y tener pasión para hacerlo.
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Sembla obvi, però, per aprendre a administrar els nostres diners, és primordial, primer, que ens els hàgim guanyat. Aconseguir diversificar els nostres guanys és una estratègia que ens pot blindar enfront d’una possible recessió o d’un imprevist. A 11Onze recopilem tres consells bàsics per fer-ho.
En moments d’incertesa és clau saber respondre a: com estalviar, com fer créixer els estalvis i com controlar les despeses. Difícilment serem experts a trobar respostes per totes tres preguntes alhora, però, si entenem els conceptes que s’amaguen rere cadascuna d’elles, tenim moltes més possibilitats de gestionar els nostres diners adequadament. No només aprendrem a cobrir les necessitats bàsiques, sinó que sabrem gaudir-ne i tindrem molt clar quan hem de prescindir d’aquelles que no ho són tant com ens pensàvem.
Estalvi: almenys un 10% dels ingressos
Sovint es diu que l’estalvi és la base principal de l’èxit financer. Tenir diners estalviats és el que ens dona la capacitat de respondre a situacions imprevistes —bé sigui una incapacitat per malaltia o càrrecs inesperats—, començar un negoci o tornar a estudiar. Però és important no confondre l’estalvi amb la inversió: mentre que el primer ens dona tranquil·litat, fins i tot en moments de crisi econòmica global, la inversió pot fer que els nostres estalvis es multipliquin, però també pot ser una font de maldecaps i la causa que perdem la nostra liquiditat.
Un dilema que ens podem trobar és si liquidar el deute o estalviar. Tot dependrà del tipus d’interès que tingui aquest deute. En casos d’interessos alts, com poden ser els de les targetes de crèdit, és generalment preferible deixar aquest deute a zero abans de plantejar-se l’estalvi. Però, en casos en què l’interès del deute sigui baix, com pot passar amb una hipoteca o, fins i tot, un crèdit personal, és raonable estalviar i alhora liquidar el deute lentament.
Creixement lent, risc baix, i a la inversa
Un compte d’estalvi ha estat la manera més tradicional que creixin els nostres diners, sobretot per a la gent més conservadora i poc aficionada al risc. Però, amb interessos relativament baixos i una inflació que ens visita molt més sovint del que seria desitjable, altres formes d’inversió van guanyant terreny, especialment davant d’una clientela cada dia més erudita en temes financers i amb un poder adquisitiu relativament superior a les generacions precedents.
En aquest punt, l’oferta de productes d’inversió és extensa i variada, amb diferents nivells de risc. Cadascú ha de ser conscient dels seus coneixements financers i, sobretot, de la quantitat de diners que s’està disposat a arriscar i perdre, especialment si l’expectativa de creixement és elevada i a curt termini. Cal tenir en compte que un gestor d’inversió pot ser una molt bona opció a l’hora d’escollir un producte financer que millori la rendibilitat dels nostres estalvis d’una manera substancial.
Despeses: necessitat vs. desig
Evidentment, no estalviarem tot el que guanyem, però hem de distingir entre dos tipus de despeses:
- Despeses de primera necessitat. Aquí hi comptem les despeses en el que és bàsic que necessitem per viure, com poden ser el menjar, l’allotjament, els subministraments d’electricitat, l’aigua, el transport públic, entre d’altres.
- Desitjos i productes més superflus. Per eliminació, hi incloem tot el que no és estrictament necessari. Hi trobaríem les compres impulsives, articles de luxe, viatges de lleure, etc.
Fer aquesta distinció no implica que no puguem gastar diners en coses que desitgem, però que no necessàriament ens calen. El desig i les accions que no tenen una finalitat merament pràctica són part de la condició humana. Això és un fet. Per tant, també ens hem de permetre aquestes despeses, sempre que ens adherim a un pressupost preestablert, bé sigui setmanal o mensual.
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¿Has tenido nunca la sensación de que estás perdiendo el tiempo mientras asistes a una reunión con tus compañeros de equipo y/o tu jefe? Estás en la reunión, pero ¿piensas en otras cosas? ¿Se pueden evitar estas sensaciones haciendo que las reuniones sean más eficientes? Intentamos explicarte cómo.
Según dicen los especialistas en Construcción de Equipos (o team building, en inglés) y liderazgo, una de las cuestiones esenciales es tener claro el motivo por el que se convoca una reunión. A veces, se tiene la sensación que nos encontramos en aquella sala, simplemente porque toca o porque lo pone en el calendario, sin que haya un objetivo definido.
Hoy en día, y después de todo lo que ha pasado este último año, también hay quién distingue entre la organización de reuniones presenciales, y reuniones virtuales, dado que estas últimas no siempre son fáciles de controlar, ya sea porque todo el mundo habla a la vez, o porque empiezan a fallar las conexiones de los asistentes.
Pero en cualquier caso, las pautas esenciales son las mismas:
- Antes de convocar una reunión, sea presencial o virtual, tenemos que tener claro el objetivo: ¿Qué queremos extraer? ¿Es realmente necesaria?
- Si es posible, se tiene que planificar con suficiente tiempo para informar a los interesados, y que estos se puedan preparar la reunión igual que el/la convocante, de forma que el tiempo se aproveche al máximo. Del mismo modo, si se tercia, es recomendable facilitar la documentación necesaria a los asistentes.
- La convocatoria tiene que llegar solo a las personas imprescindibles. De nada sirve la asistencia de 20 personas, si los realmente interesados y/o afectados son solo 5. Para la empresa, el tiempo es oro, y no es productivo que haya mucha gente haciendo de espectadores forzados.
- Calcular la duración de la reunión, también es importante para evitar que se alargue más de lo imprescindible, y evidentemente se tiene que ser puntual para que el cumplimiento del horario sea real. En el cálculo tenemos que pensar en reservar un tiempo para ruegos y preguntas que se pueden dar al final de la reunión.
- El espacio donde se celebra la reunión, en caso de las presenciales, tiene que ser adecuado para el número de personas convocadas, y tiene que contar con todas las herramientas tecnológicas y analógicas necesarias para exponer claramente todas las cuestiones sobre las cuales se tiene que hablar.
- Ya en la reunión, tenemos que asignar el “papel” que tiene que asumir cada uno de los asistentes, si es que se tienen que marcar las intervenciones. Lo que está claro es que tiene que haber un moderador, que habitualmente será el convocante, para evitar que se diluya el objetivo por el cual estamos reunidos.
- Para un correcto desarrollo, antes de empezar, el moderador tiene que leer el orden del día para tener claros los temas a hablar o a resolver, y dejar claro el motivo de la reunión. Y a partir de aquí, se tiene que asegurar que se respeta el tiempo asignado a cada uno de los temas y de los intervinientes, para que se cumpla el horario establecido, y todo el mundo pueda exponer lo que corresponda.
- Finalizadas todas las intervenciones previstas, es el momento de los ruegos y preguntas, para acabar de pulir los temas tratados, resolver las dudas surgidas, y decidir si se tienen que hacer nuevas aportaciones antes de dar por acabada la sesión.
- En el cierre es importante definir las conclusiones extraídas, así como las soluciones a los problemas que se hayan planteado durante la reunión, y los plazos de ejecución de las acciones a emprender.
- Por último, es importante hacer un resumen o un levantamiento de acta que recoja todo el que se ha expuesto, intervenciones, conclusiones, e incluso, que detalle cuáles son las decisiones que se han tomado y las acciones que se tienen que llevar a cabo a partir de ahora.
La consecución de todas estas premisas nos tendría que garantizar la realización de reuniones internas, con proveedores, o con clientes, efectivas y eficientes, para no acabar teniendo sensación de pérdida de tiempo. Es especialmente importante, en una empresa, aprovechar el tiempo al máximo, para poder lograr unos objetivos de productividad y de eficiencia, que generen los beneficios económicos necesarios para la supervivencia de una organización, garantizando así, la estabilidad profesional y personal de todos los implicados.
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La pujada generalitzada de preus està complicant les finances de moltes llars. Cada vegada és més difícil quadrar els comptes per a arribar a final de mes i encara més dedicar una part dels nostres ingressos a l’estalvi. Davant aquesta situació, recollim onze consells per a millorar l’economia familiar.
- Aplicar la fòrmula del 50/30/20. Es tracta d’intentar distribuir els nostres ingressos de forma que el 50 % es dediqui a les despeses (llum, aigua, lloguer, hipoteca, telèfon, menjar, estudis…), el 30 % al nostre oci (les nostres sortides en esmorzars o dinars fora de casa, vacances, regals…) i el 20% restant a l’estalvi.
- Retallar subscripcions innecessàries. A quantes plataformes digitals estem subscrits? Les fem servir totes? Cal que les continuem pagant? I aquella subscripció a aquella revista que mai acabem llegint? Totes les subscripcions automàtiques s’han de revisar per valorar si són necessàries. Avui en dia existeixen diferents plataformes amb contingut en línia que són legals i gratuïtes, només cal fer una ullada per Internet per trobar-les. I recordem que les biblioteques també són una gran font de llibres i contingut audiovisual.
- Revisar els nostres contractes de llum, gas i telèfon. Cal revisar amb molta cura els contractes que tenim amb les diferents companyies de serveis. És una de les partides on més diners se’ns en van sense adonar-nos al cap de l’any. No podem prescindir d’aquestes despeses, però sí reduir-les.
- Fer més àpats a casa. Reduir les vegades que sortim a menjar fora de casa o que comprem menjar per emportar-nos pot arribar a ser una molt bona font d’estalvi. No cal deixar d’anar als restaurants, però sí reduir la quantitat d’àpats que fem fora de casa, i més si som una casa de família nombrosa.
- Reutilitzar. Quan una cosa se’ns faci malbé, mirem si podem reparar-la i allargar-ne la vida abans de llençar-la a les escombraries. També és una bona eina d’estalvi comprar roba de segona mà, llibres, mobles i fins i tot electrodomèstics.
- No comprar impulsivament. Una de les raons principals per les quals no fem un bon ús dels nostres diners són les compres compulsives. A partir d’ara, quan vulguem una cosa, donem-nos un marge de temps per saber si de veritat la necessitem. Ens sorprendrà comprovar que podem prescindir de gran part de les coses que volem comprar a cop de targeta.
- Comparar preus. Quantes vegades ens ha passat que comprem un telèfon mòbil, per dir un exemple, i l’endemà veiem una oferta del mateix producte en una altra botiga? Això ens passa per no comparar. Hem d’aprendre a comparar tot el que comprem, fins i tot el menjar.
- Fer servir menys el cotxe. Tot i que molta gent no pot prescindir del transport privat, sí que en podem reduir l’ús. Mirem d’utilitzar el transport públic o compartir cotxe si és possible. I fem ús també de la bicicleta, i sobretot, de les nostres cames, que caminar és sa i gratuït.
- Escollir una bona entitat financera. Són necessàries totes les nostres targetes de crèdit? Quines comissions ens cobra la nostra entitat financera? Revisem si aquesta entitat financera ens ajuda a tenir una bona economia personal, o si, per contra, cal que fem un canvi. Actualment, hi ha moltes entitats financeres amb eines que ajuden a controlar les teves despeses i que alhora et donen un cop de mà per estalviar: escollim una bona entitat financera pel nostre futur.
- Adaptar-nos a la nostra butxaca. Si ingressem una certa quantitat de diners, no fem més del que la nostra economia es pot permetre. No cal “estirar més el braç que la màniga”, com diem els catalans. Fem un ús responsable dels nostres diners segons els nostres guanys.
- Ser previsors. Hem d’analitzar l’evolució de les nostres despeses en els últims mesos per comprovar en què se’ns va els diners i on podem retallar. Davant l’actual situació inflacionària, en alguns casos serà necessari aplicar una “economia de guerra” segons com estimem que evolucionaran els nostres ingressos i despeses.
- Ja fa dies que sabem que els diners no fan la felicita. Però podem aportar estabilitat a la nostra economia personal per evitar-nos disgustos. A més, en aquests temps d’incerteses econòmiques, val la pena recordar la frase que ens va deixar el filòsof Sèneca: “No és pobre qui té poc, sinó qui molt desitja”.
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Hemos escuchado muchas veces que los sueldos de los directivos se encuentran por encima de lo que sería razonable y justo. Que, de hecho, las diferencias entre el que cobra más en una empresa y el que cobra menos no pueden ser infinitas. Y de hecho deberían ser muy finitas y acotadas. No es razonable pensar que en una empresa tenga que haber alguien que tenga una responsabilidad infinitamente más alta que la del resto de los trabajadores. Pero si miramos la realidad veremos que aceptamos que sea al contrario. ¿Y eso es bueno?
Si miramos las empresas que han quebrado, sobre todo por las acciones irresponsables de unos pocos, veremos que en general no se les puede hacer devolver lo que se han llevado, o reparar lo que han estropeado. En algunos casos se pueden perseguir ciertas responsabilidades de manera penal, pero son los mínimos, dado que el lucro o la avaricia excesivos no parece que estén contemplados como delito en el código penal. De hecho, ser avaricioso (pero diciéndole ambicioso), es una conducta que se anima de manera bastante general en las empresas.
Pero no siempre el directivo negligente se mueve por avaricia cuando toma conductas que pueden llevar al desastre. Y muchas veces estas conductas y decisiones de personas que se encuentran en el cargo de situaciones de mucho riesgo, no pueden ser detectadas a tiempo, para evitar las consecuencias indeseables. Podríamos encontrar casos recientes, como lo serían por ejemplo aquellos donde peligra el futuro económico de personas que tenían ahorros para la jubilación (casos de quiebra de bancos) o aún más importantes, aquellos casos en que se pueden perder vidas humanas.
Más control… ¿Menos problemas?
Nos preguntamos como puede ser que se deje en manos, a veces, de una sola persona cuestiones tan cruciales, y que pueda ser la negligencia de una sola persona (por un exceso de avaricia o por una posible dejadez), la única causa de una desgracia que no se ha podido evitar. Estos casos nos hacen pensar en cómo se podría resolver la situación para poder evitar tan nefastas consecuencias. ¿Se podrían poner controles que hicieran posible evitar estas consecuencias? ¿Y qué controles deberían ser estos? Pero aún más importante, ¿tiene sentido que determinadas decisiones, acciones y conductas se encuentren en manos de pocos directivos? ¿Es esta la manera más eficaz de ejercer el control con el fin de evitar lo que no se quiere de ninguna manera?
Parece claro que en un sistema donde el que tiene responsabilidad se le premia de manera demasiado generosa, y se le hace responsable e infalible, no es bueno para nadie. A largo plazo, ni por el directivo mismo, aunque a corto plazo pueda parecer que sí. Crea una falsa motivación aspiracional, del tipo pirámide, donde todo el mundo quiere llegar arriba. Pero cuando llega debe ser infalible: cero defectos y ninguna posibilidad de fallar. En caso de que no tenga mala fe puede terminar muy mal, si las consecuencias de su acción u omisión son desastrosas.
Y a pesar de actuar de mala fe, si mide bien las consecuencias de la acción, y no son punibles, puede acabar con el bienestar de mucha gente y resultar impune. E incorporar controles formales no resulta factible, dado que crear controles que puedan preverlo todo no es posible. ¿Cómo lo podemos hacer entonces? Parece que una manera sería fomentar la cultura de la corresponsabilidad. Todos podemos ser avariciosos, pero si entre todos tenemos que llegar a un objetivo, y nos debemos apoyar los unos con los otros, las tentaciones son menores. Del mismo modo, los errores humanos se compensan porque que una persona pueda ser negligente o tener un exceso de confianza es posible, pero que todos lo tengamos al mismo tiempo, ya parece más complicado. La presión disminuye, el control de unos a otros nos hace más cautelosos, y además, y muy importante, tenemos que compartir el mérito cuando las cosas van bien. Esto nos ayuda a ser realistas de que uno solo llega mucho menos lejos que un equipo bien avenido.
Compartir para explotar el potencial de las personas
Las organizaciones funcionan mejor cuando las personas dan el máximo de sí mismos y lo hacen motivadas más allá del sueldo percibido o del estatus que obtienen en el trabajo. Y hacen su trabajo sin seguir la letra grande y pequeña de su contrato laboral, y, por tanto, tienen una implicación que va más allá de sus obligaciones contractuales.
En momentos de dificultad, las empresas pueden salir adelante si los trabajadores tienen motivaciones internas que hacen que vayan más allá de sus obligaciones, aportando aquella calidad que no se puede medir, pero que es clave para crear un clima laboral favorable a la colaboración y donde trabajar puede aportar satisfacción a todo el mundo. Parece utópico decir esto, pero muchos empresarios tienen claro que sus empresas funcionan cuando las personas están valoradas en el lugar de trabajo y pueden realizarse profesionalmente. Y, por lo tanto, fomentan de manera activa este ambiente de confianza donde los trabajadores tengan ganas de aportar ese plus que no se encuentra ni remunerado económicamente ni especificado en un contrato laboral.
La solidaridad tiene una naturaleza espontánea y voluntaria. Fomentarla se debe hacer desde el reconocimiento de que el trabajador lo hace porque quiere, y que tiene mérito, precisamente, porque lo hace así. Lo que es espontáneo por parte del trabajador puede ser reconocido. Pero debe ser reconociendo su naturaleza espontánea, nunca a través de un incentivo asociado al cumplimiento de un objetivo. Hay que tenerlo presente para no perder esa calidad tan especial que requiere un reconocimiento auténtico, sin forzar que esté.
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Te haremos diez recomendaciones para que puedas disfrutar de tus vacaciones y ahorrar en tus reservas y en muchas cosas más.
Este año se espera que un gran número de personas hagan sus vacaciones en los meses de julio, pero ¿tendremos dinero para nuestras vacaciones tan deseadas? Seguro que todos estamos pensando en verano y, por tanto, en vacaciones. Muchos de vosotros ya tiene en la cabeza a la que desea viajar, pero está esperando nuevas recomendaciones para saber si finalmente podremos coger un avión y disfrutar de una desconexión merecida.
Las vacaciones son necesarias para hacer un reset, disfrutar de los nuestros, lo que es muy necesario, y recargar las pilas para volver al trabajo con la cabeza serena. También es un momento en el que intentamos no estar tan pendientes de los gastos: solemos hacer excesos en las comidas, al comprarnos lo que sabemos que no encontraremos en nuestra ciudad y aprovechamos para ir a aquel hotel que tanto nos apetecía. Por eso, le explicamos algunos consejos para ahorrar en vacaciones, y que la vuelta en septiembre sea más tolerable y sin quebraderos de cabeza.
- Ahorra a un año vista siempre que puedas. El primer paso recomendable es crear un presupuesto estimado del importe que vas a invertir en tu próximo destino y así poder crear un plan de ahorro a un año vista. El método más cómodo es abrir una cuenta de ahorro o monedero en tu banco y realizar una transferencia automática mensual de forma recurrente; así, antes de empezar las vacaciones ya tendrás la cantidad ahorrada que te permitirá realizarlas sin gastos imprevistos.
- Reserva anticipada. El mundo online nos proporciona una alta oferta de precios. Además, si tienes la posibilidad de tener las fechas de tus vacaciones confirmadas a principios de año, podrás ahorrar mucho dinero, obtendrás mejores precios en tu billete de avión, tren, o el transporte que quieras. Cuanto antes lo reserves, ¡mucho mejor! Y lo mismo ocurrirá con el hotel, incluso te recomendamos que reserves en ese restaurante que has estado siguiendo por Instagram, mediante aplicaciones que ofrecen descuentos muy interesantes, incluso del 50%. Es importante que revises en tus reservas los gastos de cancelación, por si fuera necesario.
- Aprovecha el desayuno. Todo el mundo sabe que el desayuno es la comida más relevante del día y que es necesario para grandes caminatas. Haz uso del desayuno si está incluido en tus noches de hotel y prepárate y come como un rey, aprovecha y llévate una fruta para media mañana por si te apetece antes de que llegue la comida.
- Planifica los sitios. Si te encanta hacer una presentación de tu próximo viaje y compartirla con el resto de la gente con la que irás, estás de suerte, porque esta es otra forma de ahorrar dinero. Si haces un listado de los lugares que quieres visitar, tienes la opción de entrar en su sitio web y realizar la reserva. Podrás encontrar promociones, incluso, si son varias personas, podrá beneficiarse de descuentos por grupo. Además, teniendo el ticket comprado es posible que incluso evite largas colas para adquirirlo.
- Cambio de divisas. Aunque la cotización de las monedas no se puede controlar, antes de cambiar dinero, consúltalo con tu banco de confianza unas semanas antes de tu viaje, para informarte si es mejor esperar a los días antes de la salida. En muchos casos, la recomendación será hacerlo en el aeropuerto, ya que las casas de cambio tratan de ofrecerle el mejor cambio. Algo importante, en caso de que durante tu viaje quieras realizar tus compras con tarjeta de crédito, es que cambies una cantidad, aunque sea pequeña, por si surge cualquier imprevisto (ticket de tren, propina, etc.).
- Uso moderado de tarjetas. Como hemos mencionado, cuando estás de vacaciones, lo último en que quieres pensar es en lo que te estás gastando, pero casi siempre tenemos algún exceso… Intenta aplicar las recomendaciones que te hemos hecho hasta el momento y trata de evitar al máximo el uso de las tarjetas de crédito si no está planificado dentro de tus prioridades. En el momento será una compra impulsiva, pero después te llegará una suma importante de gastos.
- Ruta en carretera. Si tu opción vacacional es coger el coche y recorrer algunos pueblos de tu alrededor, utiliza el GPS, que siempre te recomienda la mejor ruta para que evites realizar kilómetros innecesarios y, por tanto, ahorrar en gasolina. Visitar destinos cerca de casa es una opción muy recomendable; a menudo olvidamos los maravillosos lugares que tenemos cerca de nuestra ciudad y que podemos visitar sin tomar un avión.
- Evita restaurantes turísticos. Planifica bien tu tiempo y, cuando visites algún sitio determinado, si es en una zona turística, evita las horas punta para comer o cenar: normalmente, los restaurantes de estas zonas suelen ser de escasa calidad y de alto coste. Es preferible andar cuatro pasos y buscar alternativas de lugares que suelen frecuentar los locales, preguntar en la recepción del hotel, al taxista y, por supuesto, mirar las opciones que encontrarás en los buscadores de Internet.
- Contrata free tours. Búscalos en los centros de las grandes ciudades o pregúntale a ese amigo que viaja mucho, que seguro que ha utilizado. Son guías turísticos que te hacen un recorrido por la ciudad explicándote un montón de cosas muy interesantes sin una tarifa concreta. Si te gusta, es optativo dejarle una propina.
- Financia tus vacaciones. Si ha sido un año difícil y algunos de los consejos que hemos mencionado no los has podido seguir, como hacer una previsión anticipada, no renuncies a unos merecidos días de descanso, encuentra tu agencia de viajes más cercana y financia ese viaje que tanta alusión te hace; también puedes realizar la consulta en tu banco y ampliar tu tarjeta de crédito para poder hacer frente a los gastos o pedir un pequeño préstamo que irás pagando cómodamente mes a mes.
El verano ya está aquí. Aprovecha estas recomendaciones y comienza a soñar despierto. Y recuerda, de la cantidad que te hayas fijado para tu disfrute, divídela entre los días de vacaciones y no gastes más de lo previsto.
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¿Debes contratar un seguro de hogar cuando te conceden una hipoteca? La respuesta es sí. Pero eso no significa que estés obligado a contratarlo con el banco que te ha concedido el préstamo. Y si lo has hecho, tienes derecho a cambiar a cualquier aseguradora que te ofrezca mejores condiciones. Te ofrecemos todas las claves para conseguirlo.
Tradicionalmente, los bancos han aprovechado la concesión de una hipoteca para forzar la contratación de otros productos, sobre todo seguros de hogar y vida, que en la mayoría de los casos ofrecen unas condiciones poco competitivas. Por suerte, la ley hipotecaria de 2019 deja claro que, si bien la entidad financiera puede exigir la contratación de un seguro de hogar, el cliente tiene todo el derecho a contratarlo con la compañía que mejores condiciones le ofrezca. E incluso puede cambiar de aseguradora si le interesa.
La única condición para cambiar es esperar al vencimiento anual de la póliza contratada con el banco. Mediante notificación formal realizada con dos meses de antelación al vencimiento de la póliza, el cliente puede indicar a la entidad bancaria su decisión de no renovar el contrato del seguro de hogar a su vencimiento.
Además, el usuario debe presentar al banco una copia de la nueva póliza, en la que ha de figurar la cesión de derechos correspondiente al capital que aún está sujeto a hipoteca. Se trata de un formalismo que la nueva compañía te puede ayudar a hacer correctamente.
Intereses vinculados
Un asunto espinoso a la hora cambiar de seguro suele ser la vinculación del tipo de interés de la hipoteca con la contratación del seguro con el banco. De hecho, es probable que las cláusulas de la hipoteca contemplen una subida del tipo de interés si el seguro no se contrata con el banco.
En ese caso hay que ser cuidadosos para no salir perjudicados económicamente y calcular cuánto ganamos y cuánto perdemos con el cambio. Puede producirse un leve perjuicio económico en los primeros años de hipoteca, cuando la parte de la cuota correspondiente a intereses es muy alta y la de amortización de capital es muy baja. En cambio, con el paso de los años, el impacto del tipo de interés se convierte en mínimo porque casi todo lo que pagamos es capital, así que esa cláusula coercitiva ya no supone ningún impedimento para cambiar el seguro de hogar a otra compañía.
Utilizando una calculadora hipotecaria es posible saber cuál es la fecha exacta en la que nos interesa cambiar de aseguradora para beneficiarnos de mejores condiciones y precio. El ahorro es significativo en más ocasiones de las que nos imaginamos.
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Llega el verano y muchos ya empiezan a planificar las vacaciones para poder desconectar de la rutina haciendo un viaje o saliendo unos días fuera de la residencia habitual. Aun así, antes de dejar la casa sola tenemos que tener en cuenta algunos aspectos importantes para evitar sorpresas a la vuelta.
La vuelta a la normalidad después de la crisis sanitaria fue motivo de alegría para muchos ciudadanos que finalmente podían disfrutar de las vacaciones de verano sin restricciones, pero también animó a las personas propensas a la cleptomanía, a las cuales el virus había trastocado su línea de ‘negocio’ usual.
Los siniestros por robo en plena pandemia se redujeron un 23,5% respecto al 2019, pero durante los últimos dos años nos hemos ido acercando a las cifras previas a las restricciones de movimiento. En los periodos vacacionales y fines de semana los robos a las viviendas suelen aumentar y, según un estudio de Unespa, Cataluña, con un 58%, es la comunidad autónoma donde tenso más probabilidad de sufrir un robo en el hogar.
Así pues, te queremos dar unos sencillos consejos que puedes seguir para evitar un robo en tu casa mientras estás fuera de vacaciones o, cuando menos, paliar las posibles consecuencias.
Precauciones básicas antes de salir
- No dejes objetos de valor en lugares fácilmente accesibles. Si no tienes una caja fuerte, es preferible llevarlos a una empresa especializada para almacenarlos antes de esconderlos por algún rincón de la casa. Si esto no es posible, apunta el número de serie, la marca y el modelo de los objetos para facilitar su identificación en caso de robo.
- Avisa a alguna persona de confianza de tu ausencia para que recoja la correspondencia o suba y baje persianas con cierta frecuencia, pero evita comentarlo a todos los vecinos o publicarlo en las redes sociales.
- Asegúrate de cerrar bien las puertas, ventanas, aperturas en patios interiores y el garaje. No te olvides de poner la alarma. Aun así, intenta que la vivienda parezca ocupada con la ayuda de una persona de confianza que pueda entrar de vez en cuando o con un sistema de domótica que te permita programar el encendido y apagado de las luces de la casa.
- No dejes ningún mensaje al contestador automático del móvil o del teléfono fijo indicando que estás fuera. Siempre puedes activar el desvío de llamadas o responder a los mensajes cuando tengas acceso a wifi si estás fuera de Europa y no quieres gastar dinero en llamadas.
- Un seguro de hogar con cobertura por robo es una opción muy recomendable. Hay que tener en cuenta que también nos protege ante imprevistos, como un escape de agua, y puede ofrecer coberturas en caso de okupación o robo a personas fuera del hogar.
A la vuelta, en caso de robo
- No dudes en llamar inmediatamente a la policía o al teléfono de emergencias 112 si oyes ruidos dentro de casa o encuentras puertas o ventanas forzadas.
- Ponte en contacto con tu seguro y ten a punto el inventario de objetos sustraídos.
- Formaliza la denuncia y avisa a tu banco si sospechas que se han llevado un ordenador o cualquier otro dispositivo digital que pudiera contener información relevante sobre tus datos financieros, de manera anulen las contraseñas de acceso a la banca en línea.
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