No somos más listos, somos más libres

¿Es posible que las crisis lleguen por sorpresa? ¿Que nadie sepa nunca nada hasta que suceden? Formar parte de 11Onze nos da una ventaja esencial: la de poder decir las cosas tal como son, de podernos preparar para cuando las cosas vayan mal dadas.

Toni Mata, director de contenidos, comunicación y medios de 11Onze

Lo más sorprendente cuando se producen fallidas de bancos o grandes crisis en el sistema financiero es que… ¡Nadie sabía nada! Todo iba perfectamente bien justo hasta unos segundos antes de que todo explotara. ¿Alguien se lo sigue creyendo, esto? La imprevisibilidad de la economía, que esencialmente son matemáticas, es un absoluto desafío para la lógica más elemental.

Que Credit Suisse no iba bien se sabía desde hace mucho de tiempo. Lo explicaba el Financial Times en un breve documental que publicó en julio de 2022. Solo fijándonos en esto, pensad en los tiempos de preproducción y producción de una pieza así. ¿1 año desde que decidieron tocar el tema? Por lo tanto, como mínimo desde julio de 2021 era público y notorio que Credit Suisse andaba por terreno pedregoso. De repente, en pleno 2023 el tema explota a los informativos de todo el mundo, con la entidad mirando al abismo y provocando un riesgo sistémico. Como si no hubiera habido ningún aviso.

Y con el Silicon Valley Bank, tres cuartos de lo mismo. ¿Cómo puede ser que acabara de pasar con nota una auditoría? ¿Nadie sabía que la subida de tipos les afectaría tanto? ¿Nadie hizo los números? No es que no parezca verdad, es que sencillamente no es posible.

Sorprende, estos días, ver a expertos en economía de varios medios asegurando que todo va bien. Es comprensible llamar a la calma, porque el miedo es el peor veneno para el mundo del dinero, pero hay que tener un poco de integridad moral e informar al grosor de la población de lo que hacen y deshacen las élites. Para que no pase aquello que, cuando se volatilizan los depósitos de los ahorradores no dé la tremendísima casualidad que los grandes inversores ya se habían apartado. Es feo, pero acostumbra a pasar que quién tiene la información no la comparte, la usa.

Misión de 11Onze

Una de las misiones de 11Onze es formar e informar a su comunidad para que pueda prepararse para momentos turbulentos como el actual. En este sentido, hace mucho tiempo que estamos hablando de la gran crisis de la deuda, del gran reinicio económico, de la regulación de las CBDC y de la importancia del oro en un momento de gran desdolaritzación. Desdolaritzación, recordémoslo, provocada por la falta de confianza en una moneda sobreimpresa y por el auge económico de unos países que quieren liberarse del férreo liderazgo americano. No lo parece, pero curiosamente, todos estos temas son prácticamente el mismo. Desgraciadamente, no se habla de ello.

Todo aquello que hemos ido advirtiendo se está consumando, mientras en gran parte de los medios no se dice nada. ¿Cómo puede ser? ¿Es posible que los de 11Onze seamos más listos? En absoluto. Sencillamente, somos más libres. Podemos observar, pensar y después decir las cosas tal como son gracias a no depender de nadie ni a tener que hacer la pelota al poder.

Por eso, hemos decidido compilar algunas de las cosas que ya hace dos años que explicamos. Lo iremos haciendo durante las próximas semanas, en medio de los latigazos de esta crisis sistémica que nos quieren hacer pasar por anécdota. Es una de las ventajas de formar parte de La Plaça. Estar registrado en 11onze.cat es una manera de estar a la vanguardia económica. Porque con la información y la formación correcta, las crisis se ven a venir. Y de las crisis no te puedes esconder, te atraparán allá donde estés. Lo único que puedes hacer… es prepararte.

Y esto es, justamente, lo que hacemos.
Preparémonos.

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En medio del debate sobre los cambios que hay que hacer en la educación para revertir el bajo nivel del alumnado catalán, el director de contenidos y medios de 11Onze, Toni Mata, aporta una nueva pregunta: ¿por qué no se educa financieramente a los ciudadanos del futuro?

De los malos resultados del alumnado catalán en el informe PISA se ha hablado tanto que parece que la única solución será seguir hablando. Parole, parole, parole, que parafraseaba Xavier Massó de “Profesores de Secundaria” hace unos días en Rac1. La verdad, pero, es que, de repente, el país parece preocupado porque los jóvenes no entienden lo que leen. ¿Es que es extraño? ¿Es que alguien le interesa que los nuevos ciudadanos aprendan algo que, realmente, les haga capaces de vivir una vida llena y tan libre y feliz como sea posible? Si de esto se tratara, seguramente, el currículum educativo sería bastante diferente y daría un espacio central, a buen seguro, a la educación financiera.

En Cataluña los jóvenes salen de secundaria y del bachillerato sin saber leer una nómina. Sin comprender como se calculan los impuestos ni a que se dedican. Sin tener ni la más remota idea de cómo se calcula una prestación de paro o una baja. Sin comprender como se crea el dinero, qué es la inflación o como se calculan los intereses de un préstamo. ¿Cómo pueden ser ciudadanos libres nuestros hijos si no son capaces de comprender como se gestiona un bien tan esencial para sus vidas como es el dinero? Alguien dirá que en el bachillerato humanístico y social se imparte una asignatura de economía. Y es cierto. Vale, quedémonos tranquilos que seguro que estos alumnos lo explicarán a los de las otras modalidades.

¿Y los adultos?

Evidentemente, no salen muy bien parados. Según los estudios de la OCDE, solo el 34% de los adultos europeos tienen conocimientos mínimos en educación financiera. Es, muy probablemente, este desconocimiento generalizado lo que hace posible que demos tan poca importancia a la educación financiera. Es bien cierto que los centros de secundaria pueden pedir participar en el programa de educación financiera en las escuelas. Pero ya estamos: ¿qué escuelas lo pedirán si es opcional? ¿Cuántos talleres se ofrecerán? Y, sobre todo, ¿quién los hará? Porque detrás del programa de educación financiera en las escuelas que ofrece la Generalitat hay toda la gran banca española y española (antes catalana y española). ¿De verdad confiaremos la educación financiera de nuestros hijos e hijas a unos talleres impartidos por los banqueros? Y ¿hasta qué punto los banqueros tendrán interés en que nuestros hijos e hijas se cuestionen si el actual es un modelo aceptable?

Es francamente desalentador ver como el Departamento de Educación no ofrece a nuestros niños las herramientas mínimas para comprender el mundo y moverse con cierta autonomía. Pero todo ello tiene un gran sentido sistémico porque garantiza generaciones de ciudadanos dependientes y, por lo tanto, muy cómodos. Si no conoces como funciona el mundo, es imposible cambiarlo.

Eso sí, ¡todo el mundo tranquilo! El Departamento de Educación anunció la creación de una comisión de expertos donde, a buen seguro, habrá representantes de prestigiosas fundaciones que a su vez están llenas de más expertos y que están muy regadas de ayudas. Así, cuando se reúnan en esta comisión estarán muy contentos y nadie levantará la mano para decir que, si tienen que contratar expertos, comisiones y fundaciones para hacer el trabajo del Departamento de Educación, exactamente ¿para qué sirve el Departamento de Educación? De este modo podríamos volver a la educación financiera y nos daríamos cuenta de que saber como se gestiona el dinero público también es un tema peligroso porque alguien se podría hacer este tipo de preguntas que no convienen a nadie.

Intentemos ponerle remedio

En 11Onze estamos comprometidos con la educación financiera desde el principio. Hay cursos disponibles en Aprender, empezamos a desplegar el proyecto de 11Onze Escuela, pusimos en marcha la serie El Diner, y seguimos formando e informando sobre economía y finanzas cada día desde 11Onze Magazine. Intentamos hacer que la economía sea comprensible para que los ciudadanos sean capaces de tomar decisiones fundamentadas.

Pero la verdad absoluta es que los ciudadanos estamos solos. Y que pasan los años y la sensación de soledad se incrementa. Y que solo hay un camino: juntarse y esforzarse. De aquí la voluntad de 11Onze de crear una comunidad educada y formada financieramente. Solo la educación nos hará libres. Y, está claro, este es el problema.

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Si hay un momento clave en la historia de España, este es la llegada a América y el posterior saqueo. Aquella riqueza fue la semilla de lo que se denominaría Imperio Español y que, tal como explica el historiador de 11Onze Oriol Garcia Farré, no fue nada más que una tomadura de pelo a unos catalanes.

Toni Mata, director de contenidos y medios de 11Onze

El 12 de octubre es la fecha preferida del nacionalismo español. La celebran a mano extendida los fascistas en Montjuic y rememora, con nostalgia, aquel Día de la Raza de la época franquista que, a su vez, se reflejaba en “el Imperio Español donde nunca se ponía el sol”. Qué dolor de estómago les cogería si supieran que el ‘descubrimiento’ fue cosa de los catalanes. La cursiva de ‘descubrimiento’ se debe, efectivamente, a que en las tierras americanas ya vivía gente y que tanto chinos como vikingos ya habían llegado. Pero los españoles fueron los que se decidieron a expoliar riquezas y a esclavizar indígenas. Por lo tanto, en este sentido sí, la primicia es 100% europea. Desde entonces, estos hechos llevan el mote de “colonización”.

¿Colón era catalán? ¡Venga hombre!

Pero vamos a lo que nos ocupa: si decís en voz alta “Colón era catalán”, os caerá encima una avalancha de descalificaciones que os tildarán de fanático, iluminado, supremacista o ves a saber qué. Y, para evitar el ruido, cualquier catalán dirá “dejémoslo estar”. Ahora bien, los historiadores tienen la obligación de analizar los hechos y esto es lo que hemos pedido al historiador Oriol Garcia Farré. Mirándolo con un poco de detalle, tal como podéis leer en este artículo, cuesta sostener el relato español.

¿Por qué? Veámoslo. En 1492 España no existía. Era la unión de dos coronas: la Corona de Castilla y la Corona catalanoaragonesa. El tan estimado (en España) Fernando el Católico, era el rey catalán, pero esto no quiere decir que fuera muy estimado en Cataluña. Era de la familia Trastámara, que había accedido al trono después de la extinción del linaje de los condes de Barcelona con la muerte de Martí l’Humà, y que en aquella época tenía bastante seguimiento social en Cataluña. De hecho, el padre de Ferran, Juan II de Aragón, protagonizó la Guerra Civil catalana contra las instituciones catalanas para obtener el control político. También se enfrentó con los campesinos, en las famosas guerras remensas que todavía recordamos con el grito de “¡Vía fuera!”.

Desde entonces no eran la dinastía más estimada de la historia de Cataluña. Es más, el 7 de diciembre de 1492, en el Palacio Real de Barcelona, un remensa del Maresme intentó asesinar a Fernando el Católico. El magnicidio estuvo a punto de culminarse, y, si queréis profundizar, lo puedes hacer con este capítulo de El Lloc dels Fets que escribí hace unos años para TV3.

Por lo tanto, la boda de Fernando el Católico con Isabel de Castilla era por los Trastámara, aquello que ahora dicen los ‘influencers’, escritores o cantantes catalanes que trabajan en castellano: buscaban más público. La ampliación de la corona hacia Castilla era la mejor opción para mantenerse en el poder para los Trastámara. Y un buen día, un señor llamado Cristóbal Colón los propone una idea loca: ir a descubrir las tierras del otro lado del océano Atlántico. ¿Cómo sabemos que esta era una empresa catalana? Usando los datos y la lógica.

Por un lado, la Corona catalanoaragonesa era una potencia naval, mientras que en Castilla no debían saber ni si el mar era salado. Pensad que estamos en el siglo XV y que las distancias no eran las mismas. Cataluña, en cambio, había dominado el Mediterráneo y había impulsado el Llibre del Consolat de Mar, que regulaba el derecho marítimo internacional desde el siglo XIV.

Pero si vamos a los hechos, la cosa es todavía peor. En la contabilidad de la corona castellana de la época no consta ninguna inversión por la expedición de Colón. Recordamos que se trata de dos coronas y solo constan pagos en ducados, que es la moneda que se utilizaba en la Corona catalanoaragonesa. ¿Qué nos dice esto? Simple y llanamente que la expedición la pagaron los catalanes. Y si la pagaron es porque tenían experiencia en el comercio marítimo y confiaban que aquel tal Colón traería riquezas. Por cierto, Colón cuesta bastante de encontrar como apellido español. Parece, más bien, una apropiación castellana. De hecho, lo mismo que pasó con todo lo que comportó el ‘descubrimiento’ de América.

Cuando en Castilla se dieron cuenta de que el negocio era demasiado lucrativo para dejarlo en manos catalanas, cambiaron los acuerdos con Colón, lo acusaron de traición (¡sedición no era un término utilizado en la época!) y la familia cayó en desgracia. Vaya, que todo ello tenía que servir a la gloria de España. Esto explica también la destrucción de documentación de todos aquellos hechos. Resulta evidente que se quiso borrar la huella catalana del hito español más grande de toda la historia.

Colón quizás fue, pues, el primer catalán engatusado por el proyecto español. Se empezaba así la tradición catalana de contribuir al proyecto español, quedar apartado de las buenas noticias y maldecirle por haber contribuido. Una tradición que ha seguido vigente hasta nuestros días con una bonhomía agobiante.

No me lo acabo de creer

Es normal no creerse esta historia porque estamos tan avezados a la historia oficial (adoctrinados, se dice), con el impulso de pensar que todo ello es una invención. Pero hay que revisar los hechos de manera crítica y tan fría como sea posible. ¿Qué puerto tenía Palos de la Frontera en el siglo XIV? Y ¿qué puerto tenía Pals en la misma época? Es importante informarse, ver los estudios de restos arqueológicos y atar cabos. ¿Y los famosos hermanos Pinzón? Valencianos que tenían sus negocios en tierras gerundenses, muy cerca de Pals. En próximos artículos, Oriol Garcia profundizará sobre estas pruebas borradas por la historiografía española. La verdad, pero, parece obvia. La tomadura de pelo quizás empezó en 1492.

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Durante la ‘Diada’ los catalanes nos dejamos llevar por el romanticismo y los ídolos de la resistencia que intentaron preservar las libertades. Casanova, Villarroel, Moragues, Carrasclet… pero las guerras son una cuestión de dinero y hay que mirarlas con frialdad y autocrítica. Hay un grupo de catalanes que optaron por hacer negocio con el invasor, siendo así decisivos en su victoria.

Toni Mata. Director de contenidos y medios de 11Onze.

Que las guerras las ganan el dinero es una cosa que se sabe desde hace más de 2.400 años. Ya lo dejó escrito Tucídides hablando de las guerras del Peloponeso. Pero cuando se acerca el 11 de septiembre los catalanes tendemos a sacar la lista de agravios en lugar de ponernos a pensar donde la cagamos. El jefe del general Moragues expuesto durante doce años en una jaula, la brutalidad de la represión, la resistencia de Villarroel, la persistencia de Carrasclet, el pueblo enterrando los traidores fuera murallas porque “en el ‘Fossar de les Moreres’ no se entierra ningún traidor”… Todo esto está muy bien. Pero cualquier país que pretenda serlo se tiene que tomar algo más seriamente a sí mismo y dejarse de cuentos. Si en 1714 Cataluña cayó fue porque se perdió una guerra y, si se perdió, fue por muchos factores. Uno de los que fue clave es el colaboracionismo.

¿Quién se hizo rico con la victoria de Felipe V?

El avance de Felipe V por Cataluña no habría sido posible sin que una serie de catalanes contribuyeran priorizando el beneficio económico individual ante el país. Quizás aquellos ciudadanos no tenían conciencia de país, pero quien sí que la tenía era el ejército borbónico que, tal como explica el historiador de 11Onze Oriol Garcia en este artículo, mantuvo el 65% de sus tropas en los Países Catalanes durante años para consolidar la invasión.

Efectivamente, hay catalanes que decidieron hacer negocio con Borbones mientras estos destruían el país y las libertades de todos. ¡Y se hicieron ricos! Se hicieron ricos suministrando alimentos o todo tipo de necesidades que tenía el ejército invasor a medida que avanzaba. ¿Qué habría pasado si estos suministros básicos hubieran quedado cortados en la retaguardia? ¿Felipe V habría podido mantener la contienda bélica? Hace de mal decir, pero es muy sabido que la flota naval austracista (que contaba con el apoyo catalán) era capaz de mantener el suministro de sus tropas, pero la borbónica no. Dependían de lo que pudieran comprar en tierra firme.

Por eso, desde 11Onze hemos querido pedir a nuestro historiador que se sumergiera en los estudios sobre esta idea: ¿qué catalanes ganaron con la victoria de Felipe V? Es decir, ¿quién lo ayudó y se benefició? Y el resultado es escalofriante. Cerca de unas treinta familias catalanas se hicieron ricas traicionando su propio país. Familias que abrieron las puertas al invasor y fueron convenientemente recompensadas con contratos públicos a partir de 1714. La nueva élite catalana se configuró durante la guerra de Sucesión. El pueblo intentaba resistir, pero algunos apostaban por intentar hacer fortuna a expensas de entregar el país al enemigo. Hemos listado los casos más relevantes, con nombres y apellidos, para que más de 300 años más tarde seamos más conscientes que nunca que algunos catalanes tuvieron un papel clave en la derrota de Cataluña.

Romper la dependencia

Es lo que podríamos denominar, las paguitas de 1714, haciendo un símil con la terminología actual. La historia es reiterativa y es imprescindible conocerla para detectar los errores que llevan a las desgracias. ¿Es posible defender Cataluña y que tu negocio o el de tu familia dependa directamente de las ayudas españolas del ICO? ¿O tu sueldo? La historia dice que no. De la historia sabemos que es imposible hablar cara a cara o defenderse de alguien de quien tienes una dependencia económica. Y sabemos que hay catalanes capaces de vender a Dios y a su madre por un plato de lentejas. La conciencia nacional estaba en el siglo XVIII (y ¿quizás ahora?) en un segundo término, para algunos.

En cualquier caso, para empezar a cambiar las cosas está claro que lo primero que tenemos que hacer es decirnos la verdad. Es un compromiso que tenemos en 11Onze. Por eso hemos querido hacer esta revisión histórica para podernos decir claramente: Cataluña no fue derrotada en 1714 porque que fue abandonada por los ingleses. No todo es culpa de otro. Cataluña fue vendida por algunos catalanes.

Descubre a las familias que se enriquecieron con la derrota de 1714 en 11Onze TV.

El departament de continguts i mitjans té l’objectiu d’explicar què és 11Onze o, millor dit, d’ensenyar-ho. Enfoca la comunicació de l’empresa transmetent-ne els valors i les ganes de canviar-ho tot.

Toni Mata, director de continguts i mitjans d’11Onze

No us molesta quan qualsevol banc o empresa que us vol vendre alguna cosa us tracta com si tinguessiu problemes de comprensió? Com si el públic, el client potencial, fos un ramat al qual se li han de donar unes indicacions concretes per a que entri dins del tancat? A mi m’emprenya molt. I crec que els ciutadans (per a empreses: els consumidors) ja comencem a tenir prou cultura audiovisual per entendre quan ens estan intentant prendre el pèl i quan no.

La meva feina al capdavant del departament de continguts i mitjans d’11Onze va en una altra direcció. M’agrada que siguem útils, m’agrada que expliquem les coses tal com són, m’agrada que siguem imprevisibles. Per això no contractem caríssimes agències de publicitat que ens convencerien d’idees suposadament modernes però preconcebudes, amb una fotografia perfecta i uns actors guapíssims. No ho fem això. No ens interessa. Ja ho fan tots els altres. I fa una mica de riure, la veritat.

Deixeu-me explicar-me amb exemples. Quan La Caixa fa un espot que sembla una peli universitària ianqui on ens parla d’un noi que han ajudat i que no sap si fer-se ‘traper’ o jugar a futbol americà… està molt bé, però és mentida. Sóc de Sabadell i això està rodat a les pistes de la JAS (Joventut Atlètica de Sabadell), amb els preciosos cingles que obre el Ripoll de fons. El problema és que a Sabadell no hi ha cap equip de futbol americà i que en els equips de rugbi de la ciutat (que estan a l’altra punta de Sabadell, no pas allà), no hi consta aquest noi.

Però si busques en Munic HB veuràs que sí que li va molt bé en la música. Tot i que, és clar, aquesta potser no és la imatge que volen els promotors de l’espot. És el barri de Les Termes de Sabadell, allò s’assembla més al Baltimore de The Wire que a l’upper Diagonal dels directius de l’entitat valenciana. Total: que tot és mentida. Que s’han gastat una pasta per explicar-nos un conte de fades perquè la veritat, la realitat suburbial, no els deu agradar.

Un bany de realitat

Aquí som diferents. A 11Onze ensenyem realitat. Maca? Lletja? Això tant hi fa, és la que tenim. No és només La Caixa qui ho fa això, ho fa tothom, en una lamentable carrera per edulcorar el món en lloc de fer-lo comprensible o transformar-lo.

Aquests són per a mi els eixos de la comunicació d’11Onze. D’entrada fem servir el Magazine, 11Onze Podcast, 11Onze TV i Aprendre per entendre com funciona l’economia, quins són els mecanismes del món financer. Perquè, ens agradi o no, és la música que sona. Per tant, val més que aprenguem a ballar-la. 

Un cop la comunitat sigui prou gran, ja mirarem de canviar la música. Perquè el següent pas és transformar la realitat, però això sí que ho haurem de fer entre tots. Per això els nostres treballadors fan l’esforç de fer-nos abastables temes d’interès, per posar damunt la taula coneixements que ens cal tenir. I pel mateix motiu transformador ens agrada comptar amb veus joves com les del Pasta Z o amb gent que posa en marxa idees en les que creu i que anem descobrint a Impulsors. Això és el que volem: persones que miren el món, es qüestionen què hi poden fer i es posen a construïr-ho. D’abaix a dalt.

Aversió a la mentida

Mireu, és que soc escriptor, de formació periodista i de trajectòria guionista de programes d’entreteniment. És un poti-poti estrany, ho sé. Ho dic perquè es comprengui la meva aversió absoluta cap a l’artificiositat i la mentida. Quan un escriptor escriu des del cor, de coses que li importen, es nota. Quan un periodista explica els fets, és diàfan, no li cal recargolar l’explicació. Quan un guionista és divertit, la gent riu o no riu. Doncs per a mi, el funcionament empresarial hauria de seguir aquestes directrius: si el que fa la teva empresa és bo per a la gent, fes-ho. Si no, tanca. Si el que has dir és veritat, fes-ho. Si no, tanca. Si vols explicar una història, que sigui interessant. Si no, tanca. No m’atabalis.

És per això que per a mi la veritat no és que superi la ficció, és que la tritura. La mentida (en banca, en publicitat, en política, en màrqueting) ha fet massa mal i ha enveritat la comunicació. Prou. Ja no sabem què és veritat i què és mentida. Els missatges corporatius i la desinformació es barregen en una amalgama indestriable, per això vam posar en marxa 11Onze Check, perquè ja n’hi ha prou d’aquest putiferi on s’alliten la banca i els mitjans contínuament. Tenim dret a que no ens enganyin.

El pes del documental

En definitiva: el meu repte és força divertit. Entre d’altres coses perquè puc veure com l’antic model es dessagna intentant fer el que nosaltres fem, que els hi és antinatural. Nosaltres només hem de posar càmeres en el dia a dia d’11Onze, donant molt pes al documental. Amb L’Academy vam ensenyar com formàvem els treballadors, amb Coneixent van descobrir els primers caps d’11Onze, amb En 4 dies vam ensenyar el procés de llançament d’El Canut i vam destapar totes les traves que ens va posar la banca tradicional. Què més farem? Seguir explicant aquesta història. Tot just estem a la primera temporada.

Hem vingut a aprendre, a créixer junts, a triturar les mentides i a canviar allò que no ens agrada. I a més, ho farem fent festa, ballant rumba. Havíeu vist mai una entitat financera anunciada per gitanos? Bé, doncs hem vingut a fer coses que no s’han fet mai.

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