¿Quién ganó con el 11 de septiembre de 1714?
Y el día siguiente, nada volvió a ser igual. El estado catalán desapareció ‘ipso facto’ con la abolición de la Generalitat, la desmembración municipal y la anulación de las constituciones catalanas a raíz de la pérdida de la guerra de Sucesión (1701 -1714). Después de esto, la única administración que restó activa en Cataluña fue el ejército de ocupación, que manteniendo unos 25.000 soldados permanentes dentro del Principado, consolidó el objetivo borbónico a base de una dura represión que se prolongaría hasta mediados de siglo XVIII. Pero no todo el mundo salió mal parado…
A raíz de la victoria, se instalará en Cataluña de manera permanente la élite del ejército borbónico: las Reales Guardias Castellanas y las Reales Guardias Valonas, reforzadas con otros contingentes especiales de ocupación militar. El total de tropas desplegadas por todo el territorio catalán fue de un 47% respecto al resto de la península Ibérica. Y si le sumamos las desplegadas por el resto de los territorios de los Países Catalanes -València, Mallorca y Aragón- la cosa se ensarta hasta el 65%. Una invasión en toda regla.
La redacción del Decreto de Nueva Planta convertirá Cataluña en una provincia más de una nueva monarquía centralizada que gobernará para toda la península Ibérica sin diferencias legales. Por lo tanto, el sueño de una monarquía hispánica fundamentada en la existencia de diferentes reinos y realidades culturales peninsulares se desmenuzará, pero no desaparecerá. A partir de entonces solo existirán unas únicas Cortes, las de Castilla, que representarán el conjunto de los territorios peninsulares, pero se enfocarán hacia una nueva construcción política vertebrada alrededor de identificar Castilla con el nuevo Estado.
La Cataluña del siglo XVIII será un territorio gobernado únicamente por militares. El jefe supremo de la administración de Cataluña será el Capitán General. La administración territorial -los corregimientos- estarán en manos de los ‘corregidores’, que siempre serán militares. El orden público -en primera instancia- estará siempre a cargo del ejército y de las famosas “Escuadras de Veciana”. Esta institución fue fundada el 1719 por Pere Anton Veciana Rabassa, un desertor de la causa austracista que a principios del 1713 decidió ponerse al servicio del rey Borbón y crear una organización paramilitar y policial que trabajaría al servicio del Capitán General -Francisco Pío de Saboya y Moura-, con la misión de continuar reprimiendo la resistencia borbónica interna.
Veciana pondrá en marcha un sistema de fichas criminales -conocidas como ‘sumarias’- que permitirán al cuerpo sistematizar la información policial. También creará una red de confidentes por el territorio y organizará los primeros agentes infiltrados dentro de la resistencia. En 1735, Veciana tendrá que renunciar al cargo por motivos de edad y será entonces cuando el Capitán General traspasará las responsabilidades del cuerpo a su hijo, Pere Màrtir Veciana. Desde entonces, el mando del cuerpo recaerá hereditariamente en la familia Veciana durante cinco generaciones, hasta el 1836.
“Pere Anton Veciana y Rabassa, un desertor de la causa austracista que a principios del 1713 decidió ponerse al servicio del rey Borbón y crear una organización paramilitar y policial que trabajaría al servicio del Capitán General -Francisco Pío de Saboya y Moura-.”
Represión y terrorismo de Estado
Durante once años, Cataluña será un país sometido a una durísima represión militar, la cual se prolongará hasta el 1725, cuando intermediando el Tratado de Viena celebrado entre los representantes de Felipe V de Castilla y Carlos VI de Austria, ambas partes se reconocerán mutuamente los derechos sucesorios y se pondrá fin al pleito dinástico.
Y ¿qué pasó con los partidarios que lucharon a favor de la opción del archiduque de Austria? Durante la guerra, a medida que los ejércitos borbónicos fueron ocupando el Principado, se aplicó un tipo de ‘terrorismo militar’ que consistía en perseguir a la población local, independientemente del grado de vinculación que se hubiera tenido con la causa austracista, con el objetivo de minar la moral. Después de la caída de Barcelona, se persiguió indiscriminadamente a los principales mandos militares que no habían podido huir hacia Austria -como por ejemplo Antoni de Villarroel- y serán enviados a prisiones diseminadas por la geografía ibérica. La mayoría acabarán muriendo sin recuperar nunca la libertad u otros serán enviados a galeras.
La larga posguerra permitirá mantener la represión contra todos los elementos armados que todavía luchaban contra el nuevo ordenamiento jurídico, como por ejemplo los conocidos ‘carrasclets’. Pero también se perseguirá a todas aquellas familias que tenían miembros exiliados en Austria, y a las cuales se les prohibirá mantener cualquier relación epistolar. A los perdedores de la guerra se les embargarán propiedades y se les anularán todos sus derechos. Incluso, se les prohibirá la participación en todos los concursos públicos o la solicitud de ayudas del Estado.
El establecimiento de contingentes permanentes en Cataluña supondrá un aumento importante de la demanda militar derivada del necesario abastecimiento de las tropas reales. Según se desprende de los Manuales Generales de la Intendencia de Cataluña -institución creada para gestionar la posguerra– entre el 1714 y el 1735 se encuentran recogidos un total de 271 ‘asientos’ o contratos directamente relacionados con el abastecimiento de materiales al ejército y a la armada: pólvora, armas, trenes de artillería, uniformes, comida, herrajes por los caballos.
Los ‘asientos’ también servían para la construcción o el abastecimiento de cuarteles, como la Ciutadella, y para producir todo lo necesario para las posteriores campañas militares borbónicas, como las de Italia. Y este abastecimiento se dará gracias a la existencia de una considerable estructura productiva, comercial y financiera que se había mantenido inalterada a pesar de la guerra, y que será capaz de producir de manera solvente los ‘asientos’ que la monarquía necesitará durante las siguientes décadas.
“A los perdedores de la guerra se les embargarán propiedades y se les anularán todos sus derechos. Incluso, se les prohibirá la participación en todos los concursos públicos o la solicitud de ayudas en el Estado.”
Colaboracionismo catalán
Entonces, la pregunta a formularnos es clara: ¿cómo fue posible mantener una estructura productiva catalana dentro del contexto bélico de principios del XVIII? ¿Cómo se pudo abastecer el ejército borbónico durante la invasión de Cataluña y el asedio de Barcelona en un territorio que desconocía completamente? Pues con la ayuda de personajes locales que abastecieron, prestaron o ayudaron al ejército de ocupación borbónico con víveres, dinero y logísticas durante todo aquel convulso periodo. Se trata de un grupo de comerciantes que cambiaron de bando -igual que Pere Anton de Veciana- a la busca de una situación personal más favorable y aprovechando las circunstancias para mejorar su posición social y económica.
Nombres como los Milans de Arenys, los Mates y los Lapeira de Mataró o los Massiques de Vilassar y muchos otros serán grandes alcurnias familiares que fundamentarán su prestigio a lo largo del siglo XVIII por haber obtenido importantes privilegios como agradecimiento por los servicios prestados durante la ocupación del Principado. Muchos de estos “ilustres” personajes serán colocados en instituciones claves para el despliegue y ejecución del Decreto de Nueva Planta, porque de otro modo no habría sido posible.
El nuevo régimen pasaría “un algodón desinfectante por encima Cataluña”, para construir posteriormente una nueva red de fidelidades locales que lo consolidara dentro del territorio. Por este motivo, colocaron al frente de instituciones claves, como por ejemplo el Tesoro General (la fiscalidad de Cataluña), la Intendencia General (abastecimiento y logística de Cataluña), las Confiscaciones de Cataluña (embargo de propiedades) o la Mesa de cambio (Banco comunal), un sector minoritario, pero nutrido, de la población del Principado que, por diferentes razones, se posicionaron al lado de la propuesta borbónica. De este modo, la monarquía combinará el principio de autoridad, representado por las leyes desplegadas al Decreto de Nueva Planta, con una gran burocracia institucional y una flexibilidad con ciertos sectores sociales locales, principalmente los maestros artesanos y mercaderes, con suficientes recursos económicos para dinamizar la economía.
La vinculación interesada de estos sectores de la sociedad catalana hacia el nuevo estado Borbón les comportó el acceso a nuevas fuentes de renta derivadas directamente de las nuevas políticas del absolutismo borbónico. La fidelización les permitirá acceder a grandes contratos públicos, lo cual les llevará a una corrupción generalizada en todos los niveles de la gestión pública.
Hasta finales de la década del 1740, Cataluña vivirá un periodo doloroso de adaptación en la nueva condición de nación vencida, siempre sospechosa de desafección. A partir de entonces, las decisiones en materia de política económica ya no se tomarán en Barcelona, sino en la Corte borbónica, siguiendo unos criterios basados en los sueños de grandeza de la nueva monarquía reinante, independientemente de las necesidades de sus súbditos.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
Benet Oliva y Ricós:‘Els proveïdors catalans de l’exèrcit borbònic durant el setge de Barcelona de 1713/1714, Universitat de Barcelona, Barcelona, 2014.
David Ferré Gispets: Los efectos del “Contractor State” borbónico en la Cataluña de inicios del siglo XVIII, Universitat Autònoma de Barcelona, Bellaterra, 2019.
Josep Maria Delgado Ribas: ‘Barcelona i el model econòmic de l’absolutisme borbònic: un tret per la culata’, Barcelona Cuadernos de Historia, 23 (2016), pág. 225-242.
Josep Juan Vidal: ‘Les conseqüències de la guerra de Successió: nous imposts a la Corona d’Aragó, una penalització o un futur impuls per al creixement econòmic?’, Universitat de les Illes Balears, Palma de Mallorca, 2013.
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Gràcies, Joan. Ens veiem per La Plaça!
Gràcies 11Onze!
Gràcies, Daniela. Seguim a La Plaça!
Marededéu Senyor!!!!😡😡😡😡
Espero que t’hagi agradat l’article, Santiago! Ens veiem per La Plaça.
Guau! Quina feinada! M’agradat molt l’article! Amb referencies històriques y documentació de primer nivell. Gràcies per la magistral classe d’història 👏👏👏👏👏
Gràcies, Jordi pel comentari i que t’hagi agradat. La cosa important és aportar coneixement lluny dels formalismes acadèmics. Seguim activament a La Plaça!
Un plaer llegir te Oriol!! Gràcies per compartir història i coneixement.
Moltes gràcies, Jacint per llegir-nos. Segur que amb 11Onze anirem fins al final. Seguim a La Plaça!
Quin article més enriquidor!
Grata en la part sempre fosca dels col·laboradors necessaris.
Felicitats per aquest article
Moltes gràcies, Francesc pel teu comentari. De vegades, cal treure la bena dels ulls per avançar cap endavant. Seguim a La Plaça!
Genial article Oriol!
Moltes gràcies, Laura. Celebrem que t’hagi agradat l’article. Seguim a La Plaça!
Hola! Merci per l article. Les esquadres de Veciana tenen alguna relació a amb els mosso d esquadra?
Correcte, Eloi. Les “Esquadres d’en Veciana” són els protoMossos d’Esquadra. Ens veiem per La Plaça!
Gràcies Oriol, 👌
Gràcies a tu, Carles per seguir-nos i llegir-nos. Ens veiem per La Plaça!
Excellent 🎩
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Gràcies 11Onze, gràcies Oriol, per prendre-us seriosament la nostra història.
Un regal per a la vigília de l’ 11 de setembre. Vejam si aconseguim entre tots que s’acabi la comèdia.
Gràcies, Mercè pel comentari. La història sempre ens posa a lloc a tots! Esperem que acabi ben aviat tota aquesta comèdia. Seguim a La Plaça!