La Unión Europea no puede comer tanques

Los agricultores europeos están en pie de guerra. El aumento de costes, la supresión de subsidios, las nuevas medidas medioambientales y los recortes para financiar la guerra en Ucrania, estrangulan a un sector esencial para la soberanía alimentaria del continente que se ha convertido en la cabeza de turco de los eurócratas.

 

Después de ver las imágenes de media Alemania bloqueada por la avalancha de tractores dirigiéndose hacia la puerta de Brandeburgo, alguien podría pensar que quien siembra vientos, recoge tempestades. Y es que la clase política europea hace tiempo que fomenta la discordia contra el sector agrario y solo era una cuestión de tiempo que un día u otro pagara las consecuencias.

Estas protestas son las últimas de una serie de manifestaciones de agricultores que se han producido en todo Europa. Anteriormente, se han podido ver manifestaciones similares en los Países Bajos, Bélgica, Francia, España y otros estados europeos, donde los agricultores también han salido a la calle para expresar su malestar por los efectos de las reformas medioambientales previstas y los elevados costes de producción.

 

El casus belli de la revuelta agraria alemana

Aunque es tentador agrupar todas las manifestaciones bajo un denominador común, estas se han desencadenado principalmente por situaciones nacionales específicas. El sector agrario alemán se opone a los recortes propuestos en las subvenciones a los combustibles utilizados en la agricultura. Una política de austeridad que el Gobierno alemán argumenta que se hizo necesaria después de que un veredicto del Tribunal Constitucional prohibiera a la coalición de gobierno el traspaso de 60.000 millones de euros de crédito para paliar los efectos de la pandemia en la lucha contra el cambio climático.

Con los recortes se querían eliminar las ventajas fiscales existentes para el diésel y la exención del impuesto de circulación para los vehículos agrícolas y forestales. Esto habría permitido en el Gobierno federal registrar casi 1.000 millones de euros en ingresos adicionales a restar del montante oficial que tiene que ahorrar durante el ejercicio del 2024 -pendiente todavía de aprobación parlamentaria- de unos 17.000 millones de euros sobre un presupuesto de 450.000 millones.

Esto pasa en el contexto de la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia. Un conflicto bélico instigado y perpetuado por los Estados Unidos y sus estados clientelares en Europa, que ha sido devastador para la economía y el sector industrial alemán. Aun así, Berlín se ha comprometido aportar más de 17.100 millones de euros en ayuda militar a Ucrania desde el 24 de enero de 2022, la misma cantidad que tendría que ahorrar con recortes durante el 2024.

Pero está claro, estos miles de millones de euros en “ayuda” militar se reciclan hacia la industria armamentística alemana que, como la de los Estados Unidos, está haciendo el agosto con esta guerra, cortesía de los contribuyentes y campesinos que sufren los recortes porque no hay dinero y de los ucranianos que sirven de carne de cañón de los intereses corporativos que hay detrás de estos conflictos. Como no se cansa de repetir el presidente Biden para evitar que se cierre el grifo, el dinero que se destina a “Ucrania” es una buena inversión.

 

Objetivos climáticos vs. soberanía alimentaria

A pesar de que se han perdido más de 5 millones de explotaciones agrarias desde el 2005, un descenso del 37%, Europa es en general autosuficiente en la mayoría de alimentos. No obstante, las ayudas a los agricultores que proporciona la Política Agrícola Común son esenciales al asegurar la continuidad de granjas y cultivos en la UE. Especialmente, desde el incremento de costes causado por la crisis sanitaria, el embudo logístico y la guerra en Ucrania.

Los eurócratas de Bruselas ven con nerviosismo la revuelta agraria en el continente. La Unión Europea se ha fijado el objetivo global de conseguir emisiones cero en 2050 y a sus funcionarios les preocupa el retroceso que esta avalancha de protestas puede provocar en los ambiciosos objetivos climáticos plasmados por la Comisión Europea.

Según Greenpeace, el sistema actual, que empuja a los agricultores a gestionar grandes explotaciones intensivamente industrializadas, está roto y protestar para que las cosas sigan igual no servirá de nada. En cualquier caso, la situación de abandono político en que se encuentra el mundo rural es claramente insostenible y la transición hacia un modelo más sostenible tiene que garantizar mucho más que la mera supervivencia del sector.

 

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Equip Editorial Equip Editorial
  1. Alexis FerrerAlexis Ferrer says:
    Alexis

    Al meu parer, la unio europea és profundament injusta contra els pobles. Es bel.licista, i no busca el benestar de la gent. Busca el poder de les multinacionals. El poder de la borsa, dels grans conglomerats, de les armes. No veig ja l’intérès que tenim en aquesta UE totalment desconnectada de la gent. L’Ursula VDL ha estat elegida per burocrates, mai per la gent. Fa pocs anys era totalment desconeguda, ara té un poder immens sobre les decisions d’Europa, i uns criteris poc comuns. Benvinguts els pagesos que defensen la terra, la seva feina humil i molt dura, i el fet que ens alimenten amb menjar veritable. Ajudem-los. Tornem a les bases, a la vida. Deixem de fer guerres que no hem escollit, preocupem-nos per nosaltres i els nostres fills.

    • Jordi CollJordi Coll says:
      Jordi

      Tens tota la raó del món, Alexis, però malauradament, a Europa, mana la mateixa democràcia, estúpida i manipulada per les elits, que hi ha a tot arreu, amb matisos, es digui Catalunya, Espanya o EEUU. Ja a petita escala, guanyen els interessos particulars d’aquells polítics per mantenir la seva cadira i el seu sou vitalici, els dels seus partits polítics, que només miren per mantenir el seus vots i subvencions, i que faran tot el possible per aconseguir-ho, fins i tot vendre’s per quatre xavos, i així ens va tot… Imagina’t, doncs, si a petita escala això va així, com dèu anar a gran escala, i quan parlem dels interessos dels gegants, EEUU o Xina, o Europa. Vivim en una època a on tot es blanqueja per fer-nos passar per on volen els que manen, encara que molts sabem que ja no toca… Es valen de que a nivell social, ens és molt difícil organitzar-nos a nivell massiu, tot i que a petita escala, ara, els pagesos, ho han aconseguit, però amb quatre promeses, que molt probablement no cumpliran, els faran baixar de l’ase, i a continuar amb l’engany… Moltes gràcies pel teu comentari, Alexis!

      Hace 2 meses
  2. Joan Santacruz CarlúsJoan Santacruz Carlús says:

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