

Petitet: “mi padre compraba oro”
Eldiario.es ha publicado una entrevista en profundidad de la periodista Sandra Vicente al Petitet, a raíz del estreno de ‘La rumba dels calerons’. Aquí podéis leer la pieza completa, de la cual hemos seleccionado algunos fragmentos.
Al Petitet no le gustan los premios, ni que lo reconozcan por la calle. Tampoco le gusta el dinero. “El dinero va y viene, pero es la ruina de este mundo. Esto de no darle importancia me viene de mi padre, que con lo que ganaba de las actuaciones con Peret compraba oro. Esto lo puedes tener en un cajón hasta que lo necesites”, dice, acariciando los enormes ‘no me olvides’ dorados que le rodean el brazo. “El dinero es una ruina”, insiste. Por eso, ha querido dedicar su última canción precisamente a este tema.
‘La rumba dels calerons’ es un encargo que le hicieron desde 11Onze, una banca ética catalana. Es una de las tantas propuestas que le han hecho los últimos años, de las cuales solo unas pocas escogidas son aceptadas. “Ellos me gustaron porque no me hablaron de dinero. Tanto me da cuánto me puedas pagar, porque si tomas las decisiones de la vida basándote en el dinero, acabarás cometiendo errores muy graves”, afirma.
En Petitet asegura tener la conciencia tranquila, porque lo avalan dos de sus grandes consejeros. Por un lado, Dios, que, a pesar de que no le contesta las plegarias, se comunica con él, dejándole entrever como lo hacen sentir sus acciones. “Si Dios está triste, sé que algo malo me pasará. Si está decepcionado, es que me he equivocado”, explica muy serio y convencido. El otro aval de su comportamiento lo encuentra en la cama. “¿Sabes donde está la verdad de la vida? En la almohada. Y, a mí, aquello que me dice, me deja dormir tranquilo”, afirma en Petitet.
Este rey de la rumba catalana solo quiere paz. La que trae la música y estar con los suyos. Aunque los suyos cada vez estén más lejos. En el Rabal, que antes era un barrio gitano lleno de duende, cada vez se oyen menos guitarras. “Solo quedan una o dos familias, que pronto se irán”, dice, recordando con nostalgia aquellas veladas a ritmo de cajón y cuerdas, con los grandes de la rumba presidiendo las largas tablas de los bares.
Pero en este barrio “embalsamado” todavía quedan palmas. Las que él toca para llamar a su mujer, que son las mismas que hicieron los coros a Peret y a tantos otros grandes nombres que ahora suenan a través de Spotify en las fiestas de barrio. Porque la rumba no muere, “va por dentro. La rumba es verdad, es amor, es paz y, sobre todo, es señora”, afirma, contundente.
“La rumba, como las cosas importantes esta vida, requiere seriedad, respeto e ir bien vestido. Guapo como un gitano”, dice Petitet que, incluso de camino a un ingreso hospitalario, luce americana, camisa y corbata. Hoy, aunque esté sentado en la butaca, cansado y con una simple camiseta blanca, destila alegría y esta elegancia de patriarca. “En la vida solo hace falta un techo y un plato. Y un poco de rumba”, sentencia mientras junta las manos en este gesto que comparten tanto beatos como palmeros.
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gràcies
A mí també m’ha agradat aquesta rumba!!!👏👏👏
El Petitet, es molt gran 😜💛💛
Que té una entitat financera per seduir un filòsof català gitano a qui no li agrada parlar de diners? Res, només que l´entitat és 11Onze i és una Fincom.
Frescor i novetat, ara a posar-hi empenta!!
i Rumbeta també
M’ha agradat molt aquesta rumba!👏👏👏👌
El Petitet és molt bo!