Los números rojos del BCE
El Banco Central Europeo cerró el año fiscal 2022 registrando un beneficio neto de cero euros después de cubrir las pérdidas con 1.627 millones de su colchón para hacer frente a riesgos financieros. La compra masiva de deuda de los Estados miembros y el abono de intereses a los bancos comerciales deterioró la valoración de su balance de activos hasta un nivel insostenible.
El Banco Central Europeo (BCE) y los bancos centrales nacionales de los países de la Eurozona generan ingresos procedentes de varias fuentes. Estas fuentes comprenden los intereses de los préstamos concedidos a los bancos comerciales, los intereses de los bonos adquiridos en el marco de las iniciativas de compra de activos y los ingresos procedentes de las reservas e inversiones en moneda extranjera. Todos estos componentes representan activos retenidos por los bancos centrales nacionales y el BCE.
Por el contrario, los billetes en circulación constituyen una parte importante de los pasivos de los bancos centrales que no reportan intereses y sirven de base a sus ingresos por señoraje. Así mismo, los depósitos que los bancos comerciales mantienen con el BCE, representan un pasivo significativo que es parte de su política monetaria, y que generan pagos de intereses para los bancos, pero un gasto para el BCE.
En este contexto, el Banco Central Europeo registró pérdidas a causa de sus propias subidas de los tipos de interés para combatir la inflación, que obligaron a depreciar el valor de algunos bonos y provocaron el pago de miles de millones de euros por los saldos creados durante una década de emisión monetaria. Por lo tanto, el BCE se enfrenta a enormes pagos de intereses a los bancos comerciales por los depósitos creados mediante la compra masiva de bonos y préstamos baratos.
Una hucha que se va vaciando
A pesar de que el BCE todavía tiene reservas por un total de 6.600 millones, un capital de 8.900 millones, y una cuenta de revalorización de 36.100 millones pensada para cubrir las pérdidas del mercado, estas provisiones se pueden agotar rápidamente si no se cambia la política monetaria.
El BCE podría pedir a los bancos centrales nacionales de la Eurozona una inyección de capital adicional, o dicho de otro modo, pagaríamos con nuestros impuestos la aportación económica pertinente en concepto de ayudas al BCE, pero esto podría cuestionar su credibilidad e independencia financiera. Por otro lado, a diferencia de los años anteriores y como consecuencia la falta de beneficios, no transferirá ninguna ganancia a los bancos centrales nacionales de la Eurozona, que tampoco derivarán ganancias a sus respectivos Estados.
Así mismo, los Estados miembros de la Eurozona tendrán que reemplazar las compras de deuda del BCE a través de la banca nacional, inversores extranjeros y particulares para financiar su deuda soberana, lo cual puede disparar los intereses de los bonos nacionales de las economías más débiles. Un escenario que a menudo viene acompañado de reformas estructurales, impuestas por el mismo BCE, a expensas del contribuyente.
11Onze es la fintech comunitaria de Cataluña. Abre una cuenta descargando la super app El Canut para Android o iOS. ¡Únete a la revolución!
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Gràcies!
Gràcies a tu, Joan, per ser-hi i per seguir-nos!!!
Doncs caldria canviar la política monetaria
Fer això és complicat i també porta el seu temps. Moltes gràcies pel teu comentari, Jordi!!!
El futur no sembla gaire optimista…
Tens raó! Especialment, quan aquesta mena de disfuncions toca pagar-les a nosaltres, com és habitual. Gràcies pel comentari, Francesc!
👍
Gràcies, Manel!!!