Geopolítica: de la hegemonía a la multi-polaridad
El tira y afloja geopolítico de los últimos años entre Oriente y Occidente ha puesto de manifiesto un cambio de paradigma que es cada día más evidente. Hemos vuelto a un mundo multipolar donde la hegemonía de los Estados Unidos va perdiendo fuerza año tras año. Analizamos las causas y consecuencias de este reequilibrio y reparto del poder global.
El mundo está más interconectado que nunca, pero el poder está más repartido. La distribución del poder en la geopolítica mundial ha variado históricamente entre los Estados. Del sistema bipolar establecido durante el periodo de la Guerra Fría, en que dos grandes potencias compartían el poder, se pasó en un mundo unipolar después del colapso de la URSS y el bloque comunista. Este cambio del orden mundial estableció una hegemonía norteamericana sustantivamente basada en dos columnas: el poder militar y el económico.
Aun así, el alcance y la preeminencia de la influencia geopolítica estadounidense era única e iba mucho más allá de la definición de una superpotencia tradicional. D. Hubert Vedrine, ministro de Asuntos exteriores francés, acuñó un nuevo término, hiperpotencia, para describir un dominio de poder que no solo dictaba el ámbito económico, tecnológico o militar global, sino que también incluía el imperialismo cultural que detallaban sarcásticamente los miembros del grupo de música alemán Rammstein en la conocida canción Amerika.
Dicho esto, la comunidad internacional no tardó a plantar las semillas para desafiar este nuevo statu quo. Economías emergentes, como el bloque formado por los BRICS, empezaron a situarse de manera organizada en la escena internacional, dando sentido al concepto de mundo multipolar que definía las bases de un nuevo orden político y económico.
El ascenso de Asia y el declive de Occidente
En 1988, el líder chino Deng Xiaoping dijo al entonces primero ministro indio Rajiv Gandhi
que la llegada del ‘siglo asiático’ estaba lejos de ser un hecho hasta que China, India y los países vecinos se desarrollaran. Tres décadas después, pocos dudan que estamos viviendo una nueva época dorada del continente asiático. Asia es la región de mayor crecimiento del mundo y el contribuyente más grande al PIB global, con China como la segunda economía mundial.
Los ciclos económicos y los mercados financieros se centran cada vez menos en los Estados Unidos. El uso y abuso de las sanciones económicas hacia cualquier corporación o país, incluso países aliados, que no se somete a los intereses del gigante americano, no hace más que consolidar los esfuerzos por parte de China, Rusia y otros países no alineados al bloque geopolítico occidental a crear sistemas económicos alternativos.
Pekín, con su enfoque en conseguir la independencia tecnológica y vinculación de otros países a la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda (de su nombre en inglés Belt and Road Initiative), invierte su capital, ayudando a levantar las economías regionales de partes del mundo olvidadas por Occidente, o a las que los antiguos poderes coloniales exigen mucho más, a menudo con el uso de la fuerza, para recibir muy poco a cambio. Todo un conjunto de múltiples alianzas que dividen y distribuyen todavía más los centros de poder e influencia.
Aunque nos encontramos ante un reequilibrio necesario e inevitable del orden mundial, en última instancia, que los Estados puedan hacer un buen uso de la resurgencia de esta nueva tendencia hacia la multi-polaridad dependerá de su ubicación geo-estratégica, demografía, recursos energéticos y, sobre todo, de su poder económico, que demarcará los límites de su autonomía relativa a las superpotencias establecidas.
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Gràcies
Gràcies, Joan!!!
Ok 👍
Gràcies, Josep!!!
Bon article.
Gràcies, Pere. Seguim!
El món en constant moviment… va canviant el poder i geoestratègia cada vegada amb més acceleració
Això ens fa estar en constant aprenentatge, i més pel que sembla que es veu venir. Gràcies, Laura.
Moltes gràcies per aquesta lliçó d’historia👍
Gràcies a tu per ser-hi i per haver-t’hi interessat… Moltes gràcies pel teu comentari, Jordi!!!
👍
Gràcies, Manel!!!
Des que el món és món hi ha hagut imperis. Neixen, s’expandeixen i després ve el declivi. El poder és una droga. A veure quin gegant asiàtic ens vindrà al damunt.
No seran tan barruers com els EEUU perquè la tecnologia els permetrà ser més sibil·lins, més manipuladors. Com a país petit, haurem d’estar amatents a que no ens xuclin l’ economia i la identitat ( Amb el veí que tenim tot i no ser un imperi, ja li vé de poc.)
Moltes gràcies pel teu comentari, Mercè!!!
👏👏👏
👍