

¿Es factible la soberanía digital de Europa?
En el ámbito de las tecnologías y la revolución digital, Europa está subordinada a las dos grandes superpotencias, los Estados Unidos y China. La última constatación ha sido la crisis de los microchips y de los semiconductores. En 11Onze analizamos como se distribuye el poder tecnológico en el mundo y como la Unión Europea lucha para construir su soberanía digital. ¿Lo conseguirá?
Europa va surfeó tan superficialmente la primera oleada tecnológica que no consiguió contrarrestar la hegemonía de los Estados Unidos en internet, pero tiene que aprovechar la siguiente. La Comisión Europea reconoce que la transformación digital de Europa y la soberanía son una cuestión de importancia capital, y ha establecido un plan estratégico para desarrollar sus propias capacidades y tecnologías digitales.
La nueva guerra fría y las crecientes tensiones entre los Estados Unidos y China son un incentivo adicional para que Europa logre una independencia tecnológica si quiere evitar el riesgo de convertirse en un campo de batalla en la lucha por la supremacía tecnológica e industrial entre estos dos países. La implantación de las redes 5G y las sanciones económicas de los Estados Unidos contra China, con la excusa del espionaje, son un perfecto ejemplo.
La decisión unilateral de la administración del presidente Trump de sacar a los Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán e implementar nuevas sanciones económicas puso de manifiesto la incapacidad de la Unión Europea a la hora de mantener una mínima soberanía geopolítica. Los tímidos intentos, por parte de los Estados europeos, de crear un sistema de transacciones bancarias alternativo al SWIFT, para eludir las amenazas de Washington y preservar el acuerdo con Irán, quedaron en papel mojado.
Aun así, si algo hemos aprendido de la pandemia de la Covid-19, es que la infraestructura digital ha sido fundamental para el bienestar social y para el funcionamiento de la economía. La conectividad digital nos ha permitido mantener cierta normalidad en el acceso de la población a los servicios de los centros educativos y médicos durante el confinamiento, que difícilmente habría sido posible sin esta metamorfosis tecnológica.
Mantener la competitividad de Europa
El mercado único es el núcleo para hacer de la economía digital europea un líder mundial, y en este sentido la Comisión Europea propuso un plan estratégico para adaptar el mismo concepto al ámbito digital. Un ambicioso proyecto que se ha ido ampliando a lo largo de los años y que pretende reforzar la economía digital de la Unión Europea mediante la mejora de los requisitos de responsabilidad y seguridad de plataformas y proveedores de servicios digitales.
En este sentido, este pasado diciembre, se anunció una inversión de 1.000 millones de euros para apoyar al programa Connecting Europe Facility (CEF), o Mecanismo para Conectar Europa, que define el ámbito de aplicación de las medidas que apoya la Unión Europea, necesarias para la creación de infraestructuras y proyectos de conectividad de interés común de los estados miembros.
Las nuevas normas, anunciadas recientemente, para la distribución de software de código abierto son otra medida pensada para hacer accesible al público el código fuente de sus programas informáticos en beneficio de los servicios públicos, las empresas y la ciudadanía, y así fomentar la innovación.
Todas estas propuestas y medidas buscan asegurar que la Unión Europea no solo sea líder en el ámbito regulador, sino que también pueda competir o mantener un mínimo de soberanía en un sector geo-estratégico que cada vez es más esencial.
11Onze es la fintech comunitaria de Cataluña. Abre una cuenta descargando la app El Canut para Android o iOS. ¡Únete a la revolución!
Sí, històricament Europa sempre s’ha caracteritzat per la cautela, i si amb alguna cosa es experta Europa es en no precipitar-se. Però com en totes les coses, ser cautelós té el seu inconvenient que és la poca ràpidesa en pendre decisions. La veritat, jo preferisc aquesta Europa sense lideratges que encara que es lenta no s’arrisca amb guerres absurdes ni arrastra a ningú amb decisions precipitades. Tot i que els temps canvien i cada cop més tot va més ràpid, i aixó requereix pendre decisions ràpides, la característica lentitud d’Europa ens pot passar factura sí. Però estic convençut que aquest món cada cop més veloç tard o d’hora començarà a frenar-se i tot tornarà al seu lloc de mica en mica i la lentitud Europea tornarà a posar-se de moda amb la seua elegància. 😌
Totalment d’acord amb tu, Jordi! De nou l’evolució i les decisions ens empenyen i hem de saber trobar l’equilibri per sortir-ne benparats. Gràcies de nou pels teus comentaris.😉
👏
👍
Doncs ja ens aniria be, i de passada una bona empenta per nosaltres els Catalans 👏👏💪💪
Doncs sí, Jesús, tota la raó del món… Moltes gràcies pel teu comentari!!!
A veure si espavilem.
Doncs sí, ens anirà bé. Moltes gràcies pel teu comentari, Joaquim!!!
Ok 👍
Gràcies, Josep!!!
El problema es aquest elefant burocràtic que es el parlament europeu i per suposat que l’Unió europea ho és sobre el paper
Malauradament, hi ha massa burocràcia al món… Moltes gràcies pel teu comentari, Alícia!!!
La sensació és que la UE és, de sempre, lenta en les decisions i poc àgil en portar-les a terme.
Reglament rera reglament al qual cada país ha d’adaptar les seves pròpies lleis. Veurem què passa.
Tens raó, Mercè. Com tu dius, veurem que passa…
👌
Gràcies, Joan!!!