Euro digital y privacidad: ¿qué dice la UE?

Bruselas propone los pilares legales para garantizar la aceptación del euro digital y su coexistencia con el dinero en efectivo. Los bancos comerciales serán los encargados de distribuir y limitar las cantidades de esta divisa digital. Pero ¿respetarán la privacidad y el anonimato de los ciudadanos?

 

La Comisión Europea y el Banco Central Europeo han presentado un paquete de propuestas legislativas para convencer al Parlamento Europeo y al Consejo de la UE de apoyar al lanzamiento del euro digital. Las autoridades europeas justifican la necesidad de una CBDC porque cada vez hay más ciudadanos -un 55% según sus encuestas- que prefieren pagar a través de métodos electrónicos.

Se trata de un conjunto de medidas que buscan ofrecer un método de pago alternativo y complementario al dinero en efectivo para los ciudadanos y las empresas. El Banco Central Europeo decidiría quién podrá usar el euro digital, como se usará internacionalmente, y los bancos comerciales se encargarían de distribuir y limitar las cantidades de esta nueva divisa digital.

Por un lado, se quiere garantizar que los euros en efectivo continúen siendo accesibles y ampliamente aceptados por todas las personas y negocios de toda la zona euro y, por el otro, se establece el marco legal para un posible euro digital como complemento de los billetes y monedas en euros, que será de aceptación obligatoria en los comercios de la eurozona, “excepto entre comerciantes muy pequeños que opten por no aceptar pagos digitales”.

 

Tranquilizar a los bancos y a los ciudadanos

 

Según las autoridades europeas, las propuestas presentadas permitirían a los ciudadanos almacenar hasta 3.000 euros digitales en monederos seguros que garantizarán la privacidad. “Tener un monedero digital en euros recargado en el teléfono -u otro dispositivo- será lo mismo que tener monedas y billetes en el bolsillo. Podrás pagar con la misma facilidad. Ni siquiera será necesario tener conexión a Internet“, apuntaba durante la rueda de prensa Valdis Dombrovskis, vicepresidente ejecutivo de la Comisión, pero añadía que “la cantidad estaría sujeta a un límite máximo como manera de proteger la estabilidad financiera y evitar salidas sustanciales de dinero de los bancos”.

En este contexto, la protección de la privacidad es una de las cuestiones que más preocupan a la Eurocámara, a las asociaciones de consumidores y a los ciudadanos que dejaron comentarios durante el periodo de consulta pública del proyecto. El vicepresidente de la Comisión afirma que no debemos preocuparnos por nuestra privacidad y protección de datos, que “los datos personales estarían totalmente protegidos. Los bancos, ni siquiera el BCE, no verían ni podrían rastrear los datos o detalles personales de la gente. Los pagos sin conexión ofrecerían un nivel de privacidad similar al que ofrece hoy el dinero en efectivo”.

Esto, pero, es un punto contencioso entre los proponentes y críticos de estas medidas legislativas. Mientras que posibilitar pagos fuera de línea para pequeños importes, en los cuales no queden registrados los datos del pagador y el beneficiario, puede garantizar cierto nivel de privacidad, la tecnología permite reconstruir estas transacciones si las autoridades pertinentes lo requieren.

Del mismo modo, no se puede garantizar el anonimato que ofrecen las transacciones en efectivo. Cómo admitía Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, “El anonimato total -como el que ofrece el dinero en efectivo- no parece una opción viable. Contravendría otros objetivos de política pública, como garantizar el cumplimiento de las normas contra el blanqueo de capitales y luchar contra la financiación del terrorismo. Y también haría prácticamente imposible limitar el uso del euro digital como vehículo de inversión”.

 

Centralización vs. descentralización

 

A pesar de que el euro digital podría ayudar a reducir la economía sumergida y el riesgo de fraude gracias a la completa trazabilidad sobre la mayor parte de las transacciones, los gobiernos tendrían un control sobre nuestro dinero sin precedentes. Lo cual les permitiría saber exactamente cómo los gastamos y les otorgaría la capacidad de parar pagos o confiscarlos, como pasó con las protestas de los camioneros contra el gobierno canadiense.

En este contexto, las criptomonedas ofrecen una alternativa a la banca centralizada controlada por el Estado, democratizando la creación de moneda mientras diluyen el monopolio bancario tradicional. Además, en términos prácticos, la introducción de las CBDC no acaba de ser entendido del todo por una ciudadanía que, de hecho, ya hace transacciones digitales bancarias y en el comercio diariamente a través de los métodos de pago existentes.

Y es precisamente en este punto, donde la supuesta necesidad de introducir un nuevo método de pago, o todavía más importante, donde los conceptos de privacidad, anonimato y libertad que ahora tenemos con el dinero físico y las criptodivisas pueden ser decisivos al determinar si la propuesta de un euro digital no es nada más que una solución en busca de un problema -al menos en lo que corresponde a los intereses de los ciudadanos- que está destinada al fracaso a no ser que sea impuesta por la fuerza.

 

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Equip Editorial Equip Editorial
  1. Daniela SimónDaniela Simón says:
    Daniela

    👏👏

  2. Joan Santacruz CarlúsJoan Santacruz Carlús says:
  3. Manuel Bullich BuenoManuel Bullich Bueno says:
    Manel

    Molt bon article

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