El Banco de España (BdE) ha comunicado que da su apoyo al proyecto del euro digital, poco después de que el Banco Central Europeo (BCE) anunciara sus planes de avanzar hacia una nueva fase en el desarrollo del nuevo dinero electrónico.

El euro digital es lo que se conoce como una CBDC (Central Bank Digital Currency), es decir, una divisa electrónica gestionada y supervisada por un banco central, en este caso por el Banco Central Europeo (BCE). Podrá ser utilizada tanto por particulares como por empresas y, al menos en principio, no tendría que sustituir, sino complementar el dinero en efectivo.

A pesar de que la emisión de un euro digital no es una certeza, después de dos años de un estudio preliminar sobre la posible introducción de la nueva moneda digital, el pasado miércoles la institución europea daba la luz verde a sus funcionarios para avanzar hacia la siguiente fase del proyecto. Con la publicación de un informe sobre el diseño y la distribución de la CBDC europea, el BCE anunciaba que quería “empezar a establecer las bases para la posible emisión de un euro digital” a partir del 1 de noviembre.

Está previsto que esta segunda fase dure aproximadamente dos años, hasta el 2025. Durante este periodo de preparación del proyecto se finalizará el código normativo y la selección de proveedores para desarrollar la plataforma y la infraestructura. Según el BCE, esta fase también servirá para “allanar el camino para una posible decisión futura sobre la emisión de un euro digital”.

El Banco de España se posiciona a favor del euro digital

Después de que el Banco Central Europeo (BCE) anunciara la segunda fase del proyecto, el Banco de España (BdE) emitía un comunicado destacando lo que considera como las ventajas de la CBDC y dando su apoyo al BCE. Juan Ayuso, director general de Operaciones, Mercados y Sistemas de Pago del Banco de España, afirmaba que el euro digital conserva las ventajas de la moneda física.

El banco afirma que el formato de efectivo físico “no permite aprovechar todas las ventajas que ofrece la creciente digitalización de la economía y la sociedad”. Un punto contencioso entre los proponentes y críticos de las CBDC, que argumentan que las monedas digitales centralizadas no pueden garantizar el anonimato que ofrecen las transacciones en efectivo. Cómo admitía Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, “El anonimato total —como el que ofrece el dinero en efectivo— no parece una opción viable”.

Por otro lado, Josep Borrell, vicepresidente de la Comisión Europea, afirmaba que no tenemos que preocuparnos por nuestra privacidad y protección de datos, que “los datos personales estarían totalmente protegidos. Los bancos, ni siquiera el BCE, no verían ni podrían rastrear los datos o detalles personales de la gente. Los pagos sin conexión ofrecerían un nivel de privacidad similar al que ofrece hoy el dinero en efectivo”.

Para tranquilizar a la población y a las asociaciones de consumidores, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo presentaron el junio pasado un paquete de propuestas legislativas para convencer al Parlamento Europeo y al Consejo de la UE de apoyar el lanzamiento del euro digital. Las autoridades europeas justifican la necesidad de una CBDC porque cada vez hay más ciudadanos —un 55% según sus encuestas— que prefieren pagar a través de métodos electrónicos.

Aun así, Javier Rupérez, presidente de la plataforma Denaria que apoya al uso del dinero en efectivo, reaccionaba al anuncio del BCE señalando que, a pesar de que cree que el euro digital podría ser un medio de pago gratuito que “convivirá con el dinero físico, todavía no existen garantías firmes que aseguren esta coexistencia”.

Queda por ver si las CBDC podrán garantizar los conceptos de privacidad, anonimato y libertad que ahora tenemos con el dinero físico y las criptodivisas, pero el debate está servido y parece que el euro digital está cada vez más cerca.

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