Dirigir con empatía, el liderazgo silencioso
En general, en las organizaciones, el liderazgo que ha destacado es el del líder carismático. Un líder que convence, moviliza y suele tener un ego de considerables dimensiones. Que es frío, poco cercano, no se preocupa por el bienestar mental de su equipo. Quiere trabajo, un buen trabajo hecho y que la compañía o la empresa en cuestión continúe en marcha. Pero el auténtico liderazgo, aquel que aporta positividad y que beneficia a todos de manera sutil e influyente pensando en el bien de los demás, es también el mismo que obtiene mejores resultados. Eso sí, llama poco la atención.
Todos hemos sentido admiración por un líder que despliega seguridad y autoestima (quizás solo aparente, pero creíble). Lo hemos leído en los libros, visto en las películas e incluso, hemos compartido tiempo con este tipo de autoridades. Este sin embargo, no tiene por qué ser el único liderazgo que funcione y sea efectivo. De hecho, un auténtico líder es aquel que crea autoridad alrededor de su trabajo y que no entiende de jerarquías ni poder. El ruido de este “líder silencioso” no es visible porque no existe. No busca mucho protagonismo, incluso lo acepta con cierta resignación. La manera de descubrir a uno de ellos es hablar con personas cercanas, que tienen ganas de comentarte sus bondades.
Una autoridad creada a partir del respeto hacia los demás
Sin ánimo de ser exhaustivos podríamos decir algunas características y quizás descubrimos que tenemos una persona así entre nosotros. El líder silencioso se sube las mangas para trabajar y esforzarse (se levanta muy temprano, muy temprano, y quizás va a dormir bien tarde, bien tarde para estar con la familia o hacer una mano en alguna causa). Se exige y en la misma medida también exige, por lo que valora, los demás. Asumiendo la responsabilidad, incluso cuando no ha sido directamente el que ha hecho la pifia. Podríamos decir que socializa las ganancias y se queda con las pérdidas (al contrario de algunos directivos de bancos de inversión en quiebra, que socializaron con las pérdidas y se apropiaron de las ganancias. Claramente no practicaban el liderazgo silencioso. Bueno, tal vez cuando se fueron con una indemnización millonaria intentaron no hacer mucho ruido, no haciendo sonar las monedas, pero este silencio expuesto, no cuenta.
De hecho, en los tiempos actuales donde parece que la corrupción trota sin freno, algunas voces reclaman más controles para limitar los comportamientos abusivos de los responsables de organizaciones y políticos. Los controles formales son atractivos y la lógica simple nos lleva a creer que más controles crean más control. Pensar así se puede llamar una “ilusión de control”. Y todos nos hemos ilusionado en algún momento, soñando que las leyes y formalidades evitarían que cuatro gatos nos hagan fregar el bolsillo de forma colectiva. Pero no, los controles formales no pueden garantizar una solución definitiva. De hecho, pueden llegar a hacer las cosas tan complejas que nos pongan en un entramado de formalidades que paralicen cualquier acción mientras cuatro gatos están mirando la manera de encontrar en la complejidad un vacío legal para poder continuar abusando.
Y quizás más controles pondrían los directivos honrados en el viacrucis del papeleo. Un cierto control formal es necesario e indica la buena salud de la organización, pero querer evitar cualquier descontrol es algo patológico. ¿Qué preferimos? ¿Evitar cualquier abuso o fomentar y valorar su uso correcto?
Uno más del equipo
Volvamos a nuestro líder. Muy a menudo practica con el ejemplo. Dice, “hacemos esto”, y ya se ha puesto. Sin excusas. Tiene un sentimiento de equipo, de comunidad. Cuida las relaciones entre sus colaboradores, de hecho, hay una preocupación real, por cómo les va el trabajo y la vida. Quiere su bien, en mayúsculas, detrás de cada empleado ve una persona. Y confía. Confía a veces en sus posibilidades más allá de lo que cada uno confía en uno mismo, ayudando a desarrollar el talento que todos tenemos latente. Todos nosotros cuando nos enfrentamos con un trabajo por primera vez pensamos, ¿sabré suficiente? Pues él o ella animan y dan margen al error, ven el esfuerzo que hay detrás de quien tiene ganas de trabajar. Nota que a todos nos gusta aportar nuestro granito de arena y recibir el elogio o el tirón de orejas con puntualidad.
Todo el mundo le encuentra un ego pequeño. No diremos que no tiene, mentiriamos (y nos lo diría). Pero como se conoce, solo le deja decidir cosas menores. Y se disculpa y acepta las críticas. Las hace y puede recibir, no se ofende ni se siente amenazado ante el talento. Al contrario, quiere personas con talento, y sabe decir delante de todos: el mérito es de José o de María, o de todos un poco. Y sobre todo, sobre todo, es silencioso y suave.
Ojalá entre todos pusiéramos de moda este tipo de personas en las empresas. Todos seríamos un poquito más felices y quizás trabajaríamos mejor. No hay que tener miedo de tu superior, esto no generará que el trabajador en cuestión sea más productivo, solo provocará apatía hacia él y al trabajo. Deseo que si alguna vez conoces algún “líder silencioso”, lo elogies de vez en cuando, aunque no le gusten mucho los halagos. Que no desfallezca.
11Onze se está convirtiendo en un fenómeno como primera comunidad fintech de Cataluña. Ahora, lanza la primera versión de El Canut, la super app de 11Onze, para Android y Apple. Desde El Canut se puede abrir la primera cuenta universal en el territorio catalán.
Dirigir amb empatia, es un missatge clau de l’empresa i de la emprenedoria
👏 👏 així s’ha de treballar i ser en tots els aspectes de la vida; empatia!! Treball en equip, transparència, comunicació, honestedat, respecte, saber escoltar, admetre errors aliens i propis, complicitat, ganes de construir i aprendre… Viure amb la consciència tranquil·la 😊
👏
L’article de l’equip editorial més bo que he llegit fins ara a la Plaça. Rodó. Serveix tant pel món empresarial, importantíssim doncs el que mou el món és l´economia i vivim immersos en la feina, com per qualsevol mena de treball en equip, sigui remunerat o altruista. Gràcies
Moltes gràcies pels teus afalagaments, Mercè!
genial
Moltes gràcies, Manel!!!
👍
Gràcies, Joan! Ens veiem per La Plaça!
Crec que es molt important fer sentir als treballadors com a part de l’empresa.
Fer partícips els treballadors de l’empresa, avui en dia, com tu ben dius, és molt important. Gràcies pel teu comentari Anna
Aquest es el tipus de lider que fa créixer l’empresa i fent sentir als treballadors part d’ella, perqu aconsegueix que l’empresa creixi creixent els treballadors
Es el lideratge bò i silenciós
Bon article
Fer partícips als treballadors en una empresa és la clau perquè aquesta evolucioni i s’adapti millor al món tan canviant que tenim avui en dia. Gràcies pel teu comentari.
N’acabo de tenir un lider com el descrit, tal qual el descibiu, per imitar!
Bon dia. Sí, Pilar, és habitual… Gràcies pel teu comentari.