Cómo nos afectará la crisis del ladrillo china

El estallido de la burbuja inmobiliaria en China puede suponer un duro golpe para la renqueante economía mundial. Hay que tener en cuenta que China supone una quinta parte del PIB mundial y casi un tercio del crecimiento de la economía global, así que la grave crisis de un sector como el inmobiliario, con un peso enorme en su economía, es ya un problema de dimensiones globales.

 

El sector inmobiliario y las industrias asociadas suponen cerca del 30 % del producto interior bruto (PIB) de China, casi el doble de países como Estados Unidos. Los planes de estímulo fiscal y flexibilidad crediticia que arrancaron en 2008 para promover el consumo han provocado un crecimiento descontrolado del sector en los últimos 15 años, por lo que el Gobierno decidió en 2020 tomar medidas para desinflar la enorme burbuja inmobiliaria.

Una de ellas era obligar a los promotores a cumplir estrictos indicadores de salud financiera para poder obtener préstamos de los bancos y otras instituciones financieras con un doble objetivo: por un lado, frenar la especulación para reducir los precios y volver a hacer accesible la vivienda a las clases medias y, por otro, reducir el peso del sector inmobiliario en la economía china.

La realidad es que muchos promotores acumulaban enormes deudas. Al no poder pedir préstamos con las nuevas normas, el sector se ha encontrado con graves problemas de liquidez. Las dificultades por las que están atravesando grandes grupos, como Evergrande o Kaisa Group Holdings, y la quiebra de muchas constructoras ponen de manifiesto el alcance de la crisis.

 

La revolución de las hipotecas

En los últimos meses, el cierre o la falta de liquidez de estas constructoras ha llevado al retraso o a la paralización de muchas promociones, así que decenas de miles de compradores han decidido negarse a seguir pagando las cuotas de sus préstamos, con en problema que esto supone para el sistema financiero. Los préstamos afectados por estas protestas podrían ascender a 145.000 millones de euros, según la consultora S&P Global Ratings, y otros analistas incluso calculan que el importe podría ser mayor.

Toda esta situación ha llevado a que en menos de un año el precio de los inmuebles haya caído hasta un 30 %. Y la economía china sufre las consecuencias de la paralización del mercado inmobiliario. El escenario empieza a parecerse mucho al que afrontaron Europa y Estados Unidos a partir de 2007, con la creación de ciudades y aeropuertos fantasma, así que los dirigentes chinos se esfuerzan por contener el que podría ser el mayor desplome inmobiliario jamás visto en el mundo. Sus consecuencias podrían marcar la evolución económica mundial en la próxima década.

De momento, en el segundo trimestre del año China creció solo un 0,4 % respecto al mismo periodo del año anterior, cuando la previsión era que aumentara un 1 %. Y si comparamos el PIB con el del primer trimestre, se produjo un retroceso del 2,6 %.

Además de la crisis del sector inmobiliario, en estos datos han pesado mucho la política de “cero covid”, que ha provocado grandes restricciones de movilidad y problemas de producción, así como la caída de la demanda exterior por la recesión que se cierne sobre la economía global. Como consecuencia, el paro entre los jóvenes ya se acerca al 20 %.

 

Vientos de crisis

Todo apunta a que la situación empeorará. Si bien el país ha aumentado su cuota de fabricación mundial desde que comenzó la pandemia, la demanda exterior parece que va a caer en picado en los próximos 12 meses a causa de la recesión global.

De ahí el enorme paquete de medidas presentado por el Gobierno en agosto, que incluye la inversión de 300.000 millones de yuanes (44.000 millones de euros) en infraestructuras y una ampliación de los préstamos a los gobiernos locales por valor de 500.000 millones de yuanes, así como la rebaja de los tipos de interés.

Hay que tener en cuenta que China supone casi una quinta parte del PIB mundial y su crecimiento representa casi un tercio del crecimiento global, así que la ralentización del gigante asiático puede provocar graves problemas estructurales en el sistema global. Además, mientras que en la anterior crisis financiera global China acudió al rescate de la economía con la compra de ingentes cantidades de deuda pública de otros países, esa posibilidad será ahora muy improbable.

En un estudio realizado en 2019, la Reserva Federal de Estados Unidos estimaba que una caída del 8,5 % del PIB de China provocaría un descenso del 3,25 % en las economías avanzadas y de casi el 6 % en las emergentes.

 

Un otoño difícil

China afronta con muchas incertidumbres el Congreso de otoño del Partido Comunista, en el que se espera que el actual presidente, Xi Jinping, sea elegido para un tercer mandato. En él, deberá hacer frente a graves problemas estructurales, la desaceleración del crecimiento ante la reducción de la demanda exterior y una altísima tasa de desempleo entre los jóvenes. Incluso podría tener que afrontar la desbandada de muchas empresas extranjeras que operan en el país.

Al igual que Europa se resfría cuando Alemania estornuda, las dolencias de todo el mundo se agravarán si la economía china pierde su vigor.

 

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Equip Editorial Equip Editorial
  1. Joan Santacruz CarlúsJoan Santacruz Carlús says:
  2. Josep RosJosep Ros says:
    Josep

    El món del crèdit, el món del deute.Aixi és el sistema

    • Mònica Cornudella says:

      Així és, Josep! Malauradament la Xina també ha caigut en el parany i malauradament ens arrossegarà, ja que no podem oblidar que la Xina és una cinquena part del PIB Mundial… Gràcies pel teu comentari!

      Hace 2 años
  3. Manuel Bullich BuenoManuel Bullich Bueno says:
    Manel

    Un molt bon article.

    • Pilar Oltra Vigueras says:

      Moltes gràcies Manuel, sempre cercant la informació més actualitzada i contrastada, un plaer tenir-te per La Plaça.

      Hace 2 años
  4. Mercè ComasMercè Comas says:
    Mercè

    Mig món enlluernat pel desenvolupament econòmic de la Xina i resulta que l´ídol tenia peus de fang i poca memòria si ha caigut en el mateix parany que el món occidental fa 15 anys. Es allò de jo soc més llest i a mi no em passarà. El problema és que ens arrossegarà a tots

    • Laura Bunyol Bartrina says:

      Molt cert Mercè, sempre a mercè dels poderosos, a veure com anirà tot. Cal organitzar-se i preveure, així cuidem als nostres. Salut!

      Hace 2 años
  5. Jordi MorenoJordi Moreno says:
    Jordi

    Vaja sembla q xina a pesar d’autonomenar-se “comunistes” també són víctimes de l’excés de capitalisme. La moda del consum capitalista no té aturador…ens caldrà anys i decades o lustres fins q l’esser humà aprengui d’un cop per totes que l’excés de consum passa factura…esperem que ho aprenguem abans de que sigui massa tard

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