China y EE.UU, rivales ante la crisis global

Las dos grandes potencias mundiales, China y Estados Unidos, saben que tendrán que afrontar una inminente crisis global de deuda, pero cada una ha decidido tomar caminos opuestos. Mientras que Pekín necesita continuar estimulando la economía de los países emergentes, Washington considera que hay que subir los tipos de interés para controlar la inflación. Detrás de estas dos estrategias divergentes, hay motivos geopolíticos de peso. En 11Onze hacemos una radiografía de ello.

 

Entre las bambalinas de la economía se esconden siempre motivos políticos que a menudo desconocemos. Si Xi Jinping y Joe Biden quieren que las condiciones económicas se estabilicen es, no solo para salvaguardar la economía de sus países respectivos, sino porque los dos tendrán que encarar en otoño de 2022 reválidas a su liderazgo político. Para conseguirlo, saben que se deben tomar decisiones importantes en cuanto a los tipos de interés. Aun así, cada uno afronta este reto desde perspectivas y estrategias muy diferentes.

Mientras que Estados Unidos (EE. UU.) —como también le pasa a Inglaterra y la Unión Europea— está preocupado por una economía presionada por el alta inflación y las limitaciones en los suministros, que ha disparado los precios y ha hecho caer en picado el poder adquisitivo de la ciudadanía; a China la inquieta que una subida de los tipos de interés perjudique la deuda soberana de las economías emergentes con quienes tiene tratos comerciales —y no son pocas, como veremos—, hecho que podría desencadenar una crisis mundial sin precedentes. ¿Cuál de las dos economías hegemónicas saldrá vencedora de este pulso?

 

Estados Unidos: controlar la inflación para aguantar el embate

Así es como, en una punta del planeta, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tendrá que afrontar en noviembre las elecciones para renovar el Congreso. Si esta contienda no favorece a los demócratas, perderá capacidad para gestionar la crisis inflacionista, en un contexto en que su popularidad no deja de caer. Por eso, Biden está convencido de que hay que contentar la opinión pública atacando el incremento desmesurado de los precios de los productos básicos de consumo por culpa de la inflación.

En este sentido, y haciendo caso a los movimientos clásicos de la economía, considera una estrategia imprescindible subir los tipos de interés. Y esta tarea, está claro, recae en la Reserva Federal de Estados Unidos. De hecho, los principales analistas económicos dan por seguro que la Reserva Federal quiere empezar a subir los tipos de interés en marzo.

Además, EE. UU. no está solo a la hora de abordar este incremento desmesurado de la inflación. La decisión está en sintonía con lo que quiere hacer el Banco de Inglaterra. Y, así mismo, está para ver qué decisión tomará finalmente el Banco Central Europeo, que ha decidido, de momento, dejar los tipos de interés al 0%. A pesar de ello, cada vez está más presionado para que los aumente al menos al 0,5% para demostrar que la eurozona también tiene suficiente determinación.

Pero los equilibrios de la economía son precarios: si se actúa para bajar la inflación en un momento en que la mayoría de países, sobre todo de los mercados emergentes, tienen una deuda soberana fuera de límite, esto puede provocar una crisis de deuda de dimensiones bíblicas. Tal y como hemos explicado en 11Onze, analistas como Bill Dudley en ‘Bloomberg’ alertan que, a medida que la Reserva Federal empiece a endurecer su política monetaria, “los costes de financiación aumentarán y habrá menos crédito disponible”. Esto es así porque los tipos de interés reducen el incentivo de los inversores a la hora de buscar el tipo de rentabilidad que ofrecen estos países emergentes.

Y todo ello tiene que suceder al mismo tiempo que se acaba la moratoria del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial pactada con los países del G-20 durante la pandemia. Dudley propone que el FMI deje el grifo abierto de las ayudas, para que los países emergentes puedan asumir su deuda soberana y no continúen subyugados a los prestamistas privados y a los grandes prestamistas como China.

China: los riesgos de colonizar el mercado emergente

En la otra punta del mundo, Xi Jinping necesita que la Reserva Federal de los Estados Unidos y el Banco Central Europeo continúen su política monetaria blanda, que ha estimulado la economía mundial durante toda la pandemia. Y lo necesita, primero, porque quiere llegar a la Asamblea Popular Nacional de otoño por la puerta grande, puesto que es el acontecimiento político que tiene que refrendar su liderazgo para un tercer mandato de cinco años. Y, segundo, porque la economía colonizadora del gigante asiático se tambalea.

“Si las principales economías frenan su trayectoria o dan un giro de 180 grados a sus políticas monetarias, se producirán graves repercusiones negativas y supondrán un reto para la estabilidad económica y financiera mundial. Los países emergentes se llevarán la peor parte”, aseguraba el líder chino en la pasada conferencia de Davos.

De hecho, si el PIB de China ha mostrado síntomas de recuperación después de la pandemia, ha sido solo gracias a las exportaciones, que han aumentado un 30% durante todo el 2021. En cambio, las ventas mayoristas y minoristas dentro del mismo país no superan el 1,7% y el 3,9% respectivamente, en relación con el 2020, año en que se paró de golpe el crecimiento del líder asiático por los efectos de la Covid-19.

Así las cosas, a China le interesa mucho más seguir exportando sin problemas que controlar la inflación. Y tiene razones de peso para quererlo. Según un informe elaborado por la Universidad William & Mary, China ha colonizado literalmente el mercado emergente los últimos años. Como muestra la gráfica de arriba, cerca de 70 países en vías de desarrollo han contraído deudas con China que superan el 5% de su PIB.

Si una acción combinada de la Reserva Federal de los Estados Unidos, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra incrementa los tipos de interés, esto amenaza la solidez de estas economías emergentes, que se verán con serios problemas para devolver la deuda soberana, tal y como explica Dudley. En este contexto, quién saldrá perdiendo es principalmente China, que ha concedido muchas de estas deudas.

 

Una crisis en cadena de dimensiones desconocidas

Los expertos avisan que los primeros efectos de esta crisis de deuda en cadena arrastrarán a todo el sector inmobiliario chino, que ya ha dado buenas muestras de tensión los últimos meses con la quiebra del segundo gran grupo inmobiliario del país, Evergrande, por unas políticas financieras dudosas que han dado alas a la deuda soberana —y, ahora, la ponen en riesgo.

Según vaticina el Banco Mundial, “los riesgos y costes potenciales de un contagio por el fuerte descalabro de las grandes empresas, especialmente en el sector inmobiliario —con pasivos dentro y fuera de las fronteras que ascienden a casi el 30% del PIB y con fuertes vínculos con varias partes de la economía mundial—, superan con creces cualquier daño potencial derivado de la quiebra de una gran empresa industrial típica”. 

Sea como fuere, y siempre que se confirmen las decisiones de política monetaria del Occidente capitalista, vienen meses complicados, tanto para las economías emergentes como para el gigante asiático —y, por ende, para todo el planeta—. Si las predicciones más pesimistas se cumplen, tendremos que empezar a tomar medidas para afrontar esta crisis de deuda que ya parece inevitable.

 

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Equip Editorial Equip Editorial
  1. Pere SorianoPere Soriano says:
    Pere

    Molt interessant. Geopolítica, de vegades el resultat no és competir per millorar sinó per enfonsar i tot acaba malament.

  2. Manuel Bullich BuenoManuel Bullich Bueno says:
    Manel

    Veurem en q acaba tot plegat. La Xina s’ha fet amb molt deute espanyol, por em fa.

    • Jordi CollJordi Coll says:
      Jordi

      Molt cert, veurem com aniran aquests pròxims mesos i com es gestionarà aquesta crisi global que sembla que ja està aquí mateix… Moltes gràcies pel teu comentari, Manel!!!

      Hace 2 años
  3. Francesc Estafanell PujolFrancesc Estafanell Pujol says:
    Francesc de Borja

    A veure què en sortirà de tot plegat

    • Jordi CollJordi Coll says:
      Jordi

      El temps ens ho dirà, Francesc, i moltes gràcies pel teu comentari.

      Hace 2 años
  4. Antonio AmatllerAntonio Amatller says:
    Antoni

    Molt bon article. Això de Xina “ha colonitzat” ha causat impacte a d’altres lectors, però. Potser ha mancat matissar sota quina colònia som al autoanomenat “món lliure”. De totes maneres, ha estat un article molt ben redactat i molt interessant. Gràcies de nou per aquesta gran tasca formativa i informativa.

    • Jordi CollJordi Coll says:
      Jordi

      Celebrem que t’hagi agradat l’article, Antoni. Moltes gràcies pel teu comentari!!!

      Hace 2 años
  5. Josep RuaixJosep Ruaix says:
  6. Mercè ComasMercè Comas says:
    Mercè

    La geopolítica és apassionant. S’ entenen moltes coses tot i que l’únic que podem fer és posar-nos a aixopluc quan cau el xàfec. Com a mínim cal haver comprat paraigües.
    Occident ha badat permetent que la Xina colonitzés econòmicament els països emergents? 🤔

    • laura bunyollaura bunyol says:
      laura

      La Xina ha colonitzat per tot arreu on ha pogut! Han colonitzat el $.. suposo que com dius no és una cosa de badar…. Sinó que quan plou poca cosa es pot fer… simplement plou.

      Hace 2 años
  7. Joan Santacruz CarlúsJoan Santacruz Carlús says:
  8. Daniela SimónDaniela Simón says:

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