Medios de pago: menos efectivo y más control
Los pagos en efectivo, menos controlables por el Estado que los pagos digitales, están siendo totalmente sustituidos por los pagos con tarjetas, transferencias u otros medios electrónicos. ¿Nos tiene que preocupar? ¿Qué opciones hay en el mercado? Lo hablamos con Iu Alemany, jefe de atención al cliente de 11Onze, en un nuevo episodio de La Plaça, el magacín radiofónico de Territori 17.
El avance de la tecnología, el auge de las compras en línea y la digitalización de las finanzas han propiciado la popularidad de los medios de pago electrónico. Muchos países ya han iniciado un proceso de transición con el objetivo de eliminar progresivamente los pagos en efectivo hasta el punto de su posible desaparición total en un futuro no muy lejano.
Por un lado, las nuevas generaciones de nativos digitales están más acostumbradas a pagar a través del teléfono móvil o reloj inteligente que con dinero en efectivo. Por el otro, los gobiernos ven una buena oportunidad para luchar contra la economía sumergida y el fraude fiscal, restringiendo los pagos en efectivo que son más difíciles de rastrear.
Así pues, cada vez se imponen más límites a los pagos en efectivo, como por ejemplo, la Unión Europea limitando las compras en efectivo a 10.000 euros, o el Estado español yendo mucho más lejos al prohibir las transacciones en metálico de más de 1.000 euros en las operaciones en que alguna de las partes actúa en calidad de profesional.
Una economía supeditada al sistema bancario
La eliminación de los pagos en efectivo facilita la bancarización de la economía, es decir, el control por parte del Estado sobre las transacciones que efectúan personas y empresas a través de la información facilitada por el sistema financiero. Las criptomonedas y la tecnología de cadena de bloques se han posicionado como una alternativa a esta centralización de las finanzas, pero los Estados también han elevado el escrutinio y limitado el uso de este tipo de transacciones.
En este contexto, varios países de todo el mundo han empezado a explorar la posibilidad de emitir monedas digitales emitidas por los bancos centrales (CBDC) – el Banco Central Europeo hace unos años que trabaja en la creación del euro digital – que se les darían un control sobre el dinero de la ciudadanía sin precedentes.
Aumentar la dependencia ciudadana del sistema bancario reducirá la economía sumergida, pero también puede suponer un riesgo para nuestras libertades y afectar a las personas con más riesgo de exclusión social. Cómo apunta Iu Alemany, “detrás de todo esto hay un afán para tener más control sobre la economía y la población y, si es necesario, en un momento dado abrir o cerrar el grifo”.
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Gràcies
Gràcies a tu, Joan, per ser-hi i per seguir-nos!!!
El major control hauria de portar-nos a una millor redistribució de la riquesa…malauradament no sembla que hagi de ser així. Bon article
Gràcies per la teva reflexió, Francesc!
👍
Gràcies, Manel!!!
Anem pel camí del món feliç de Huxley
Tot fa pensar que és així, com ja preveia aquest gran visionari.