Es hora de reindustrializar la Unión Europea

Bruselas quiere asegurar la soberanía de la Unión Europea mejorando la autonomía, competitividad y resiliencia de su sector industrial, para reducir su dependencia en otros actores globales.

 

El sector industrial de la Unión Europea todavía representa más del 20% de su economía, genera unos 35 millones de puestos de trabajo y equivale al 80% de las exportaciones de bienes, aun así, está en peligro de quedarse a la cola del de las dos grandes potencias del mundo, China y los Estados Unidos, que están promoviendo procesos de reindustrialización masivos.

El desfalco de las cadenas de valor de abastecimiento de materias primas y semiconductores causado por la pandemia y las sanciones a Rusia pusieron de manifiesto la necesidad de reflexionar sobre como impulsar políticas de reindustrialización que garanticen la autonomía estratégica de los 27 Estados miembros.

Era evidente que se tenía que reforzar la base estructural en sectores clave, como la alta tecnología de doble uso, el suministro energético, las materias primas, las tierras raras y la industria de defensa, mientras se favorecía la transición energética hacia un nuevo modelo económico menos dependiente de los hidrocarburos.

 

Financiar la soberanía tecnológica y la transición energética

En este contexto, se lanzaron los fondos Next Generation de la UE, un programa acordado como respuesta económica a la pandemia de la Covid-19 y dotado con 800.000 millones de euros que se tenían que destinar a financiar las transiciones digital y ecológica.

Ahora bien, una gran parte de esta financiación se ha visto obstaculizada por la burocracia. Hasta diciembre del 2023 solo se habían desembolsado alrededor del 30% de las subvenciones y préstamos disponibles, según datos de la UE. Esta pésima gestión de las ayudas del programa, aleja la posibilidad de una transformación del modelo económico que se pretendía cambiar.

El mismo mes de diciembre que los ministros de la UE se ponían de acuerdo en aumentar la producción de tecnologías verdes por medio del Reglamento sobre la Industria de Cero Emisiones Limpias. El objetivo es cubrir el 40% de las necesidades de la UE en productos de tecnologías estratégicas, como los paneles solares fotovoltaicos o las turbinas eólicas, para poder competir con China.

Así mismo, se ponía en marcha la iniciativa de “Chips for Europe” con el objetivo de impulsar la soberanía tecnológica del continente, garantizando que Europa cumpla su objetivo de la década digital de duplicar su cuota de mercado mundial en semiconductores hasta el 20%. Un proyecto que se ha visto reforzado con iniciativas estatales como los PERTE del Estado español o las subvenciones de más de 22.000 millones de euros por parte de Alemania a los fabricantes de semiconductores para que establezcan plantas de producción en su territorio.

 

La soberanía implica actuar como una entidad soberana

Un punto que las instituciones europeas no pueden obviar, es que garantizar la soberanía industrial no solo tiene que basarse en el uso de subvenciones, sino en un cambio de mentalidad en el ámbito geopolítico. Europa tiene que imponer su propia política exterior en vez de actuar como una entidad supeditada a los intereses económicos de los Estados Unidos.

Las sanciones económicas impuestas por los Estados Unidos a Rusia, Irán y China en las últimas décadas, pero especialmente en Rusia a raíz de la guerra en Ucrania, ponen en cuestión el ‘cui bono’ que hay detrás los intereses económicos de los actores involucrados en estos conflictos. Estas sanciones económicas han beneficiado enormemente a los Estados Unidos y han tenido consecuencias devastadoras para las economías de los países miembros de la Unión Europea.

Las crecientes tensiones entre los Estados Unidos y China son el preludio de una repetición del tira y afloja geopolítico que se ha visto con Rusia, que ha desembocado en un conflicto bélico en Europa y que ha perjudicado enormemente al sector industrial europeo. El bloque económico de la Unión Europea tiene el suficiente poder y capacidad de negociación para velar por los intereses de su sector industrial frente a los grandes actores globales, pero esto implica afrontar un hecho que es ineludible, la Unión Europea actuará como una entidad soberana o no será.

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  1. Manuel Bullich BuenoManuel Bullich Bueno says:
  2. Carles MarsalCarles Marsal says:
  3. Joan Santacruz CarlúsJoan Santacruz Carlús says:

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