Formación, la vacuna contra la desinformación
Todos hemos sido víctimas e, incluso, contribuímos a ello sin darnos cuenta. La desinformación, entendida como aquella información manipulada que se difunde con intención de engañar, es un fenómeno tan antiguo como la comunicación. Combatir las conocidas ‘fake news’ está al alcance de cada uno de nosotros.
“La desinformación tiene una parte de falsedad y una parte de discurso del odio. Para combatirla, hay que trabajar el respeto por la opinión de los otros, la empatía, la ética y la conversación”. Nereida Carrillo, periodista e impulsora de Learn to Check, advierte de la razón principal de la desinformación: el engaño. Intereses, poder e información se mezclan en un contexto social y tecnológico que hace que cualquier contenido de este tipo se viralice y circule por todo el mundo en cuestión de segundos. La veracidad de la información traspasa los roles de los periodistas y queda en manos del usuario.
La desinformación ha aumentado significativamente los últimos años a causa de las nuevas tecnologías, que permiten una circulación de la información más rápida y global. Pero no solo las redes sociales son altavoces de esta desinformación: también lo son los grandes medios de comunicación, aunque a menudo les cueste admitirlo. Porque el fenómeno de la desinformación es tan antiguo como la comunicación y la voluntad del poder hegemónico de imponer su relato. Además, cualquier información, nos explica Carrillo, siempre parte del prisma que aporta el autor: “La información objetiva no existe, siempre hay un relato de los hechos y explicamos qué pasa en el mundo a través de nuestros filtros culturales, de género o de edad”, razona.
Convencer con argumentos
El Colegio de Periodistas de Cataluña describe en el primer artículo del Código Deontológico que hay que informar de manera cuidadosa y precisa. Dejando la búsqueda de la verdad para la filosofía, tanto en periodismo como en los contenidos que se crean y difunden por redes lo que se persigue es la honestidad y la veracidad. La información tiene que ser plural, no tiene que confundir, tiene que ir orientada a informar y hay que contrastar las fuentes para evitar manipulaciones.
Cuando menos, en todo esto es en lo que nos tendríamos que fijar a la hora de verificar la información. Uno de los objetivos ambiciosos de Learn to Check es que cualquier persona sea capaz de contrastar la información que le llegue. Por eso sólo hay un camino: la formación en herramientas y en espíritu crítico. Gracias a los conocimientos que su plataforma comparte en abierto, cualquiera puede verificar, sin depender de mediadores. Una forma de empoderar a la ciudadanía y conseguir, entre todos, frenar la desinformación en lo que se llama verificación distribuida. La doctora en comunicación también advierte que en las redes nos hemos acostumbrado a defender nuestra posición desde los extremos: “Los algoritmos de las redes sociales polarizan, nos sitúan a todos en polos opuestos y parece que los matices no existen, que no pueda haber intercambio o conversaciones”.
Veracidad: el filtro lo pones tú
En entornos cerrados como WhatsApp o Telegram, es muy difícil rastrear de dónde proviene la información, y a menudo esto nos lleva a confundir fuentes de confianza con fuentes fiables, nos explica Carrillo. Las fiables son aquellas que han sido contrastadas y, por lo tanto, parten de la veracidad; mientras que las primeras parten de la confianza hacia la persona que nos lo envía. Este es el principal problema de la gente mayor, que se dejan llevar por la confianza y verifican la información según quien envía el mensaje e, incluso, según qué medio informa de una noticia.
Para combatir la desinformación, especialmente en la era de redes sociales, Carrillo defiende que hay que volver a la conversación y aprender a difundir información y, sobre todo, nuestras ideas, de forma razonada y con argumentos. “Mentir es una forma muy fácil y poco ética de convencer”, remarca, y añade que escuchar a las personas que no piensan como nosotros, aunque quizás no te haga cambiar de opinión, te permitirá entender al otro. Más empatía y más veracidad para encarar la era de la comunicación global.
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Ha sigut molt enriquidor. Crec que avui en dia hi ha molta informació al temps que estem molt desinformats.
Tens raó, Anna. El fenomen de la “infosaturació” o “intoxicació digital”, a conseqüència de la hiper-comunicació (la tendència a la “pan-connectivitat”) comporta conductes compulsives i addictives, i, sovint, ens desinforma, perquè destriar el rigor i la solvència de tota la resta cada cop és una feina més titànica.
I tant! a formar-se s’ha dit, i amb arguments!📑
Moltes gràcies pel teu comentari, Jordi!!!
Molt bo.
Celebrem que t’hagi agradat. Moltes gràcies pel teu comentari, Joaquim!!!
Ah una cosa. El regal de reis O Nadal, si et donen diners hisenda bo que ho declaris perquè és una donació. Sabeu que us dic, que m’enric.
Gràcies per comentar a la plaça Jordi!!!
Si que s’apren
Cert!!! Moltes gràcies, Jordi!!!
Distingir la confiança de la fiabilitat és un gran repte en una societat hiper-informada
Tens tota la raó Francesc, per això és necessari demostrar-ho de forma pràctica.
Excel·lent iniciativa sobre la base de que “Tothom hem d’aprendre”. D’acord amb tot el que s’hi exposa.
De la desinformació el que més em neguiteja és la lleugeresa amb que es comparteix el missatge, moltes vegades sense ni saber de què va.
Moltes gràcies pel teu comentari, Mercè. Mai hem de deixar d’aprendre, que tinguis molt bon dimarts, ens veiem per la Plaça!
Totalment d’acord amb l’ exposicio
Moltes gràcies, Ricard! Que tinguis molt bon dia
Totalment d’acord amb el que s’exposa en l’article
Moltes gràcies, i molt contents que t’agradi l’article, Manuel!
👌
Gràcies, Joan!!!
Amb tanta informació com tenim i rebrem ,no es fàcil saber distingir i com bé han dit filtrar l informació i saber esbrinar la seva Veracitat
Ens cal saber escoltar amb respecte per l’opinió dels altres,i es cert sempre és pot aprendre
Bon dia, Alícia! Cert, sempre es pot aprendre i mai és tard per fer-ho. Que tinguis molt bon dia, ens veiem per la Plaça!