Cuando la Iglesia prohibía los intereses bancarios

Dejar dinero a un cristiano para beneficio propio era considerado usura, por lo que solo se podían realizar préstamos a los enemigos en tiempos de guerra. Los préstamos condenaban a los banqueros al infierno porque implicaban un doble pecado: robar dinero a un hermano y robar tiempo para que te devuelva el préstamo. Y el tiempo, solo pertenece a Dios.

 

Los intereses que los banqueros cobran por el dinero que prestan están en el centro del negocio bancario y siempre han sido polémicos. Actualmente, lo es porque el dinero se crea de la nada utilizando el préstamo como activo, tal y como explicábamos en el primer capítulo de la serie El Diner. Pero siglos atrás la discusión era moral: la Iglesia consideraba usura. El Antiguo Testamento, en el Éxodo, era diáfano cuando decía: “Si prestas dinero a alguna persona pobre de mi pueblo que viva contigo, no te lleves con ella como un prestamista, ni le cubres intereses” (Éxodo 22: 24). La idea esencial estaba clara, no estaba bien enriquecerse con la necesidad del otro. Este precepto ataca directamente, por tanto, la línea de flotación del negocio bancario.

Hacia el siglo XII empezó a florecer el negocio bancario, pero la Iglesia seguía condenando al infierno a los banqueros. En opinión de los eclesiásticos de la época, la usura era un pecado doble porque estabas usurpando dinero a un cristiano, pero también le estabas robando el tiempo que debería invertir para ganar ese dinero que debería devolverte. Y ahí estaba uno de los grandes problemas: el tiempo solo le pertenecía a Dios. Por tanto, con los intereses de los préstamos, los banqueros estaban robando a un igual ya Dios.

La oportunidad judía

La Iglesia, pues, prohibía los préstamos con intereses entre cristianos. Se podían hacer a enemigos, con la idea de debilitarlos. Los cristianos tampoco podían realizar préstamos a judíos, porque la Iglesia los consideraba hermanos. De este modo, por así decirlo, el mercado de potenciales clientes para los banqueros cristianos se reducía notablemente. Y fueron, precisamente, los judíos, quienes aprovecharon ese nicho de mercado. Fue entonces cuando dispararon su fama como prestamistas, colocándose desde entonces en el centro del negocio financiero. No tenían tantos reparos: prestaban dinero a quien lo pidiera a cambio de un interés. Todo ello acabó obligando a la Iglesia a rectificar. Y lo hizo de una forma muy ingeniosa: creando el Purgatorio.

El Purgatorio de los banqueros

Era evidente que la Iglesia había perdido una oportunidad de negocio para la cristiandad. Pero los potenciales banqueros no tenían ganas de ir al infierno. En aquella época los préstamos eran vistos como una forma de aprovecharse del débil y no como una manera de permitir a alguien sacar adelante una idea. Es decir, evidentemente, no existía el concepto de préstamo productivo o emprendedores. En cualquier caso, la Iglesia rectificó creando el Purgatorio. Los banqueros ya no serían condenados al Infierno eterno, sino a un lugar donde estarían temporalmente hasta que pudieran purgar sus pecados y entrar en el Cielo. La medida se basaba en el Tractatus de Purgatorio Sancti Patricii del clérigo irlandés H. de Saltrey, que explicaba el periplo de un caballero para purgar sus pecados.

Así fue cómo la Iglesia buscó un encaje a la usura, ya los préstamos dentro de la Fe. La idea se extendió entre el clero durante el siglo XIII: los banqueros ya podían salvarse y la Iglesia empezaba a construir una relación mucho más cercana con el poder del dinero.

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Equip Editorial Equip Editorial
  1. Manuel Bullich BuenoManuel Bullich Bueno says:
    Manel

    Molt bon article.
    Gràcies

  2. Mercè ComasMercè Comas says:
    Mercè

    Després dels pèrfids jueus venim els pèrfids comerciants catalans.Arremengar-se per a guanyar-se la vida i no viure de la rifeta és mal vist.

    • Jordi CollJordi Coll says:
      Jordi

      Això sembla, Mercè, però no és de calaix l’exterminació humana que fan, amparant-se amb Hammas… Molt parlar del nazisme i ells fan el mateix. Moltes gràcies pel teu comentari, Mercè!!!

      Hace 2 meses
  3. Francesc Estafanell PujolFrancesc Estafanell Pujol says:
    Francesc de Borja

    Així és la història….els jueus podien manegar els diners cosa prohibida als cristians i així els ha quedat la fama. Un prejudici que encara perdura

    • Jordi CollJordi Coll says:
      Jordi

      Ja és així, ja, però jugar amb els diners, avui en dia ho fan els jueus, i també els cristians i totes les altres religions… Moltes gràcies pel teu comentari, Francesc!!!

      Hace 2 meses
  4. Joan Santacruz CarlúsJoan Santacruz Carlús says:

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