Cómo montar tu propio cine al aire libre
Noche de verano, buena compañía, una bebida fría, palomitas y una buena película: un plan ideal, tanto para los niños como para los adultos. Requiere un poco de inversión y esfuerzo, pero aun así, vosotros y vuestros amigos obtendréis los beneficios durante toda la sesión… o durante todo el verano.
Hay empresas que se dedican a ello profesionalmente, tales como MEDIRFLASH SL o Mestras Videocinema, con sesenta y cinco años de experiencia y un catálogo de más de cincuenta películas (la mitad de ellas, en catalán), y que pueden montarnos un cine al aire libre en un santiamén. Estas empresas ofrecen la ventaja de un servicio integral, con el que nos podemos desentender de montajes y gestiones. Eso sí, tenemos que adaptarnos a la oferta existente, sin mucho margen para la creatividad y la imaginación. Todo lo contrario de lo que proponemos aquí.
Requisitos para usar el espacio
Para los espectadores, la principal obsesión al empezar una de estas sesiones es encontrar el mejor lugar posible, muy centrado, y… ¡A disfrutar de la película!
Para quien lo organiza, sin embargo, el evento requiere una cierta dedicación y preparación.
Si tenemos suficiente espacio en el ámbito privado, esta tendría que ser nuestra opción predilecta; nos será mucho más cómodo de acondicionar y nos ahorraremos el pago de los derechos legales de exhibición de películas en espacios públicos. Este año, además, con la pandemia de Covid-19, tendremos que aplicar todas las recomendaciones de prevención de contagios y esto también será más sencillo en nuestro espacio privado.
Si forzosamente tenemos que usar un espacio público, el primer requisito será conseguir la autorización del Ayuntamiento o de la institución que tenga la titularidad. También tenemos que saber que la proyección de una película en un espacio no privado requiere derechos de exhibición pública y derechos de autor, tal como explicaremos más adelante.
La infraestructura técnica
La infraestructura técnica imprescindible consta de los tres elementos básicos de todos los cines: pantalla, proyector y sonido.
- Pantalla
La pared en blanco del jardín o de la terraza, o el muro blanco de un espacio público de nuestra ciudad, puede ser la pantalla de proyección de una encantadora noche de cine al aire libre. Esta es la opción sin coste. Con todo, en cuanto a calidad de imagen, el contraste, la saturación del color y la nitidez serán de nivel justito.
Si no tenemos acceso a una pared blanca, la siguiente alternativa de bajo coste es una sábana, cuanto más blanca mejor, que tendremos que aguantar y elevar con algún tipo de apoyo que mantenga muy tensa y plana la superficie. ¡Pero cuidado con el viento!
Si nuestra intención es proyectar varias sesiones, o hacerlo con una cierta frecuencia, merece la pena comprar una pantalla. Podemos comprar una pantalla transportable, de marco plegable, desde 200 €, o una pantalla ultraportátil, desde 140 €, tanto en formato 16:9 (formato para la alta definición) como 4:3 (formato estándar de la televisión convencional). La última moda son las pantallas hinchables, que incluso se pueden meter en el agua, a partir de unos 315 €.
- Proyector
Llegados a este punto, tenemos que saber que el elemento más importante es el proyector. Los proyectores domésticos —los que se utilizan más habitualmente— se centran más en el contraste que en la brillantez, que está más potenciada en un proyector profesional. Los domésticos los podemos utilizar en una noche de verano, pero requieren estar cuanto más a oscuras mejor.
A la hora de elegir el proyector, los lúmenes son esenciales: cuantos más lúmenes, mejor resultado de proyección con luz ambiente. Además de los lúmenes, hay que prestar atención al tipo de lámpara interior: los tradicionales llevan una incandescente, mientras que los más nuevos llevan led y tienen una lámpara que dura cinco veces más. Además, los filamentos de las lámparas incandescentes son más sensibles a los movimientos y se pueden romper cuando están calientes.
Si queremos ver películas en la máxima calidad, tendremos que escoger un proyector Full HD. De estos, hay de buena relación calidad-precio a partir de 400 €. Algunos modelos permiten conectar Google Chromecast, Amazon Fire TV o Apple TV y enviar los contenidos directamente desde el móvil o la tableta.
- Sonido
En cuanto al sonido, cabe decir que la mayoría de los proyectores tienen altavoces, pero de calidad y potencia limitadas. Aun así, si la sesión es en petit comité, podríamos tener bastante. De lo contrario, tenemos varias opciones alternativas aquí. Una opción que tiene bastante aceptación hoy en día son las barras de sonido, que normalmente necesitan conectarse a la corriente y al proyector, donde es posible hacerlo tanto por cable como por Bluetooth que incorporan los proyectores actuales.
Escoger la película y pagarla
En el ámbito privado, podemos escoger una película de alguna plataforma de pago y enviarla directamente al proyector. En caso de que hagamos una proyección en público, hay que abonar los derechos de exhibición, que pueden oscilar entre los 150 € y los 320 €, según el film. Cuando hayamos pagado este importe, la empresa distribuidora nos enviará la copia de la película para poderla proyectar, en el formato adecuado para nuestro dispositivo de reproducción.
A este importe habrá que añadir el de derechos de autor que —según informa la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE)— se generan cuando se realiza la exhibición de la película debidamente autorizada. Este importe es de 10,48 € más IVA por sesión. Conviene aclarar que, para la SGAE, una sesión puede constar de hasta dos películas proyectadas consecutivamente y también que, de estos derechos de autor, podremos deducir hasta un 5% si la sesión de cine la hacemos bajo el amparo de alguna entidad cultural sin ánimo de lucro.
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Gràcies, Joan! Ens veiem per La Plaça!
Com m’agradat, nit d’estiu cinéma a la fresca, per fer-ho a casa amb els amics
Gràcies
Potser aquest, sigui un dels millors plans de les nits d’estiu!