

¿Desaparecerá el dinero físico?
Los medios de pago digitales, las criptomonedes, las divisas digitales impulsadas por los propios bancos centrales… Todo ello está arrinconando cada vez más el dinero físico como herramienta de intercambio de bienes y servicios. Te ofrecemos algunas claves de cómo está cambiando el sistema monetario internacional.
La covid-19 hizo que en 2020 las tarjetas desbancaran por primera vez al efectivo como medio de pago preferido por los ciudadanos de muchos países. En el Reino Unido, por ejemplo, el uso del efectivo se redujo en la mitad.
El sistema monetario está en pleno proceso de transformación con la irrupción de las criptomonedas e incluso la creación de monedas digitales impulsadas por los propios bancos centrales. En este contexto, la moneda física parece tener los días contados.
A pesar de que el dinero en efectivo se resiste a dejar de ser la principal herramienta para comprar y vender, se calcula que actualmente el dinero físico solo supone entre un 5% y un 8% de todo el dinero que existen nominalmente en el planeta. En pocos años los mercados financieros se han llenado de nuevos productos, divisas y activos de todo tipo.
Del mismo modo que las primeras monedas acuñadas por los orfebres cambiaron los sistemas económicos de las sociedades antiguas, el dinero electrónico cambiará la economía tal y como la conocemos hoy. Como explica el agente de 11Onze Laura Buñol, en esta nueva etapa de la globalización, parece que “el sistema quiere hacer cambios estructurales”.
Hacia las divisas digitales
La popularización de Internet y la telefonía móvil junto con el auge de las criptodivisas nos empujan hacia un mundo de dinero digital que supondrá “la muerte del dinero físico”. De hecho, como explica Laura Buñol, en 2019 el entonces gobernador del Banco de Inglaterra “ya planteó la creación de una moneda digital global, apoyada por diversos bancos centrales”, que sustituyera al dólar como moneda de referencia mundial.
Suecia ya cuenta con una e-corona en fase de pruebas, que se utiliza para algunas transacciones. Y tanto en Estados Unidos como Europa se están realizando estudios relacionados con la implementación de las monedas digitales. De hecho, ya existe el proyecto de un euro digital, como explicamos en el artículo “El euro digital, ¿el final del dinero físico?”.
Todavía existen muchas incógnitas sobre cómo serán las divisas digitales, pero parece que, como las criptomonedes, también se basarán en la cadena de bloques o ‘blockchain’ para garantizar la seguridad. De todas formas, el cifrado de sus códigos no será diseñado para quedar fuera de la vigilancia de los bancos centrales. Y parece que será un recurso útil para los gobiernos para acabar con la economía sumergida.
El papel de los bancos centrales
Los bancos centrales no pueden obviar la progresión de las criptomonedas, así que se tienen que adaptar a los nuevos tiempos o perderán los sienta sentido y “a la larga dejarían de existir”, como apunta Laura Buñol. Los Estados no se pueden permitir el lujo de perder el control de las políticas monetarias.
De hecho, el sistema financiero tradicional se está esforzando de lo lindo para regular e incorporar las criptodivisas a su lógica de funcionamiento. El ’establishment’ sabe que, de no hacerlo, corre el riesgo de acabar arrinconado en el panorama económico mundial.
Todo apunta que, como indica Buñol, probablemente en un futuro no muy lejano tengamos que buscar fórmulas alternativas al cara o cruz o al actual sistema de desbloqueo de los carros de los supermercados.
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Gràcies
Gràcies a tu, Joan!
Segur. Estaria bé que onze tingués criptomonedes tambe
Segur que les tindrem més endavant, quan el mercat de les criptomonedes estigui regulat pel Banc Central Europeu. Moltes gràcies pel teu comentari, Jordi!!!
👍
Gràcies, Manel!👌🏾