¿Cuánto contaminan realmente nuestros ‘e-mails’?

En los últimos años se ha extendido el mito de que nuestra mala gestión del correo electrónico es sumamente dañina para el medio ambiente. Las últimas investigaciones relativizan su impacto y apuntan a otros hábitos digitales como responsables de una parte apreciable del calentamiento global.

 

El libro ‘How Bad Are Bananas? The Carbon Footprint of Everything’, publicado en 2010, ha popularizado la idea de que los correos electrónicos provocan una gran huella de carbono. Su autor estimaba que cada mensaje, aunque solo sea para responder “gracias”, genera un mínimo de 0,3 gramos de CO₂ por el consumo energético asociado a nuestros dispositivos y, sobre todo, a los grandes centros de datos. Y hay que tener en cuenta que cada día se envían entre 150.000 y 300.000 millones de correos electrónicos en el mundo, aunque la mayoría son ‘spam’.

Algunas investigaciones recientes relativizan ese supuesto perjuicio medioambiental de nuestros mensajes. Aparte de liberar algo de espacio en los servidores que los alojan, no hay pruebas de que se reduzca sustancialmente el consumo energético de la infraestructura digital si evitamos nuestros correos prescindibles y borramos los innecesarios. 

Muy rara vez encendemos un móvil u ordenador solo para enviar un correo electrónico y tanto los sistemas de almacenamiento como los de transmisión de datos funcionan sin descanso, incluso cuando no los utilizamos, por lo que el consumo de energía se mantiene bastante estable.

Una perspectiva actualizada

Con las nuevas estimaciones, se calcula que calentar agua en una tetera requiere más electricidad que el envío y almacenaje de mil correos electrónicos. Y eliminar ese millar de mensajes de nuestra bandeja tendría un beneficio de carbono de unos cinco gramos de CO₂, lo mínimo que generaría nuestro ordenador en media hora si lo mantenemos encendido para borrarlos. Aunque cueste asimilarlo, borrar manualmente los correos electrónicos puede tener un mayor impacto en las emisiones de carbono que almacenarlos.

En realidad, una primera medida eficaz para limitar la huella de carbono del correo electrónico es reducir en la medida de lo posible el número de dispositivos electrónicos que compramos para gestionarlo y conservarlos el mayor tiempo posible, ya que su fabricación genera una huella de carbono importante. 

Pero, sobre todo, salvaguardar el medio ambiente pasa por utilizar dispositivos que ofrezcan una buena eficiencia energética y racionalizar el tiempo en que los mantenemos encendidos: no hay que olvidar que una parte de la electricidad con la que alimentamos esos dispositivos tiene su origen en combustibles fósiles.

El origen de un tráfico excesivo

Obviamente, evitar correos innecesarios, escribir de forma concisa, incluir hipervínculos a archivos en lugar de adjuntarlos, limitar el número de destinatarios, vaciar regularmente la carpeta de ‘spam’ y darse de baja de boletines que realmente no nos interesan son buenas prácticas que reducirán el tráfico de Internet. Pero, si realmente queremos contribuir con nuestros hábitos digitales a la buena salud del planeta, deberíamos mirar más allá de nuestro correo electrónico. 

Los intercambios de ‘e-mails’ solo representan el 1% del tráfico de Internet, lo cual es una minucia si lo comparamos con los servicios de ‘streaming’ de vídeo, que ya suponen más del 80% de lo que transita por la red. Y eso sí supone una cantidad apreciable de toneladas de CO₂.

 

Si quieres lavar la ropa sin ensuciar el planeta, 11Onze Recomienda Natulim.

Si te ha gustado este artículo, te recomendamos:

Sostenibilidad

El bitcoin consume tanta electricidad como Suecia

3min lectura

¿Cómo es posible que contamine algo que no existe...

Sostenibilidad

Qué son y como funcionan los créditos de carbono

2min lectura

El Protocolo de Kioto asentó las bases para las...

Ahorros

Consumo consciente, clave para cambiar el mundo

2min lectura

Podemos cambiar el mundo? Cuál es nuestra capacidad real...



Equip Editorial Equip Editorial
  1. Manuel Bullich BuenoManuel Bullich Bueno says:
    Manel

    Ufff, gràcies per l’article, m’haig de posar, per tal de reduir la meva petjada en el medi.

  2. alicia Coiduras Charlesalicia Coiduras Charles says:
    Alicia

    Caldrà incorporar les bones pràctiques

    • AlbertAlbert says:
      Albert

      Del tot d’acord, Alícia! Ens hem d’anar formant contínuament i, alhora, aplicar aquesta formació en el nostre dia a dia.

      Hace 1 año
  3. Joan Santacruz CarlúsJoan Santacruz Carlús says:
  4. Mercè ComasMercè Comas says:
    Mercè

    Per parar boig.😔

Deja una respuesta

App Store Google Play