La creciente brecha entre los más ricos y los más pobres en el mundo continúa aumentando a un ritmo alarmante. Según un estudio de Oxfam Internacional, los más ricos amplían su fortuna a un ritmo de 2.500 millones de euros en el día, mientras que la mitad más pobre de la población mundial ve disminuir su riqueza.

El informe de Oxfam, “La ley del más rico”, publicado el día en que empezó el Foro Económico Mundial en Davos, detalla que el 1% más rico ha acaparado casi dos tercios de la riqueza generada en los últimos dos años, prácticamente el doble que el 99% restante de la población. Este fuerte aumento de la desigualdad es motivo de preocupación, puesto que agravia problemas sociales como la pobreza y la inestabilidad económica.

Así mismo, esta concentración de la riqueza en manos de un pequeño número de individuos puede ahogar el crecimiento económico y conducir a una falta de competencia en un momento delicado en que el mundo está sufriendo la acumulación de múltiples crisis. Mientras millones de personas se enfrentan a una inflación desbocada que ha hecho subir los precios de incluso los productos básicos y hace difícil asumir los elevados costes energéticos, fortunas multimillonarias aumentan su capital de manera exponencial.

El estudio también destaca que la pandemia de la COVID-19 ha exacerbado la desigualdad, puesto que el 1% más afortunado ha visto aumentar su riqueza en más de 2,8 billones de euros desde que empezó la pandemia, mientras que la mitad más pobre de la población ha visto disminuir su riqueza en un 11%.

Hecha la ley, hecha la trampa

Uno de los principales factores que contribuyen a esta tendencia es la popularidad de los paraísos fiscales y otros mecanismos que permiten a los ricos evadir impuestos y mantener su riqueza oculta de la agencia tributaria. Oxfam Internacional calcula que las empresas y grandes fortunas ocultan al menos 7 billones de euros en paraísos fiscales, dinero que se podrían usar para financiar servicios públicos y reducir la pobreza.

Estas prácticas permiten a los ricos acumular riqueza y evitar pagar la parte que les corresponde, agraviando todavía más la desigualdad. Para hacer frente a este problema, Oxfam insta en los gobiernos a que se tomen una serie de medidas, como el cierre de los paraísos fiscales y la introducción de sistemas impositivos progresivos que redistribuyan la riqueza.

Además, la organización apunta que los gobiernos tendrían que invertir en programas de educación y formación para ofrecer a las personas oportunidades de mejorar sus capacidades y aumentar su potencial de ingresos. Finalmente, pide en los gobiernos que garanticen que los planes de recuperación económica surgidos a raíz de la pandemia den prioridad a la reducción de la desigualdad y a la creación de una sociedad más equitativa.

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