Cómo afecta el cambio climático a las minas de oro

Cada año se extraen más de 3.000 toneladas de oro en el mundo. Sin embargo, la industria minera se enfrenta a crecientes problemas relacionados con el cambio climático, desde la gestión de un agua cada vez más escasa en algunas zonas hasta los desprendimientos y la rotura de presas en otras zonas a causa de lluvias cada vez más torrenciales.

 

Nadie puede negar que las minas de oro contaminan. El uso de materiales como el mercurio o el cianuro en el proceso de extracción suponen un riesgo para el entorno. Además, estas explotaciones generan una gran cantidad de gases de efecto invernadero porque son necesarias enormes cantidades de energía para procesar tantas toneladas de material.

Pese a esta contribución negativa al cambio climático, también es cierto que el oro está teniendo un papel relevante en la transición hacia una economía de bajas emisiones de carbono. Entre otras aplicaciones, este mineral mejora la eficiencia de los paneles solares, se emplean catalizadores de oro para convertir el CO2 en combustible y las nanopartículas de oro potencian el rendimiento de las baterías de hidrógeno.

 

Una industria vulnerable al cambio climático

Por su gran valor y utilidad, parece imposible prescindir del metal precioso por excelencia. Pero su extracción no es ajena a los efectos del calentamiento global y los fenómenos meteorológicos extremos. Un informe del World Gold Council expone los principales riesgos del cambio climático para las explotaciones de este mineral y las poblaciones que viven de ellas.

Los impactos físicos agudos se manifiestan normalmente en forma de fenómenos meteorológicos, como tormentas tropicales, incendios forestales, sequías e inundaciones, mientras que los impactos crónicos se refieren a cambios duraderos en, por ejemplo, la temperatura media del aire o de la tierra, el nivel del mar, la acidificación del agua o la calidad del suelo. No se pueden pasar por alto los efectos combinados de ambos tipos de riesgo, amplificando la amenaza para los procesos de las infraestructuras mineras y las comunidades locales.

Hay que tener en cuenta que las minas de oro tienen un papel fundamental en el desarrollo económico y social de algunas economías emergentes. Además, algunas de las naciones que albergan estas explotaciones mineras se encuentran entre las más vulnerables a los efectos destructivos del cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos asociados. 

 

El drama del agua

La gestión hídrica se ha identificado como una cuestión básica para las minas de oro, ya que se requiere una gran cantidad de agua en el procesamiento de los minerales extraídos. La mayor sequía en muchas zonas del planeta puede provocar conflictos con la población local por el reparto de este bien escaso, así como una mayor salinidad del agua, lo que aumenta la corrosión de los equipos de las plantas de procesamiento.

El aumento de precipitaciones extremas en otras áreas también supone un riesgo, ya que pueden provocar la inundación de las escombreras y los pozos, como ha sucedido recientemente en algunas minas de África y Australia, o el desbordamiento de las presas de residuos.

Diversas minas de Perú han alertado del riesgo de que el aumento de las precipitaciones provoque corrimientos de tierras (y, en concreto, aludes de lodo), lo que exigiría un aumento de las medidas de seguridad en el diseño de las balsas de almacenamiento, los muros y los terraplenes. 

 

Incremento de las temperaturas

El aumento de las temperaturas medias, reflejado en el número de días que superan el índice de estrés térmico, está repercutiendo en la seguridad, el bienestar y la productividad de los trabajadores. Un ejemplo es el incremento de enfermedades vinculadas a climas cálidos, como la malaria o la fiebre amarilla.

La eficacia y el rendimiento de los equipos mineros también se ven mermados por la subida de los termómetros. Se prevé que en regiones como Turquía, Grecia, Brasil, Australia y Norteamérica, con alto riesgo de calor extremo, se produzcan averías más frecuentes en los equipos. Además, será necesaria más energía para refrigerar las minas subterráneas y los edificios e instalaciones de superficie.

En algunas partes de Canadá, donde el suelo helado facilita el acceso de los equipos de perforación, el aumento de las temperaturas plantea una serie de retos diferentes. Los ciclos de congelación-descongelación afectarán a la ingeniería de procesos y a los programas de mantenimiento de activos.

Además, el cambio climático es un factor a tener en cuenta en los programas de cierre de minas y regeneración de terrenos, ya que el aumento de las temperaturas puede reducir la eficacia de estos programas y las precipitaciones extremas pueden erosionar las zonas rehabilitadas. 

 

Complicaciones por el suministro de energía

Según el informe, el suministro de energía se verá considerablemente perturbado por los aumentos de temperatura a largo plazo, que generan un desgaste adicional de los sistemas. Además, fenómenos meteorológicos como las tormentas y los incendios pueden afectar a las líneas eléctricas o a las infraestructuras relacionadas con las comunicaciones.

Una fuerte tormenta en 2018 provocó el colapso de las líneas eléctricas que abastecían una mina en Suráfrica. Los generadores de reserva también resultaron dañados durante la subida de tensión en un pozo, lo que dejó sin suministro eléctrico de emergencia al personal, que no pudo ser izado a la superficie hasta que se instalaron líneas eléctricas temporales dos días después.

Por otra parte, tanto el bajo nivel de los embalses como la subida del nivel del mar están afectando a la producción de energía hidroeléctrica de la que se nutren algunas minas de oro.

Ante todos estos riesgos vinculados al cambio climático, a las empresas mineras no les queda más remedio que adoptar medidas orientadas a mejorar la planificación y el diseño de sus infraestructuras, así como aumentar su compromiso con las comunidades locales, como destaca el informe del World Gold Council.

 

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Equip Editorial Equip Editorial
  1. Joan Santacruz CarlúsJoan Santacruz Carlús says:
  2. Manuel Bullich BuenoManuel Bullich Bueno says:
    Manel

    Molt bon article

  3. Jordi MorenoJordi Moreno says:
    Jordi

    Vaja, no m’ho havia plantejat així. Bona alçada de mires 🤓👏👏👏📚👌

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