¿Operación Biquini? ¡No, gracias!

El año 1946 el ingeniero francés Louis Réard diseñó el bañador femenino de dos piezas. Le puso de nombre bikini inspirándose en el islote donde se estaban haciendo las pruebas atómicas después de la Segunda Guerra Mundial.

¿Y a quién escogió Réard para lucir el primer biquini? A la estríper Micheline Bernardini. El éxito fue tan brutal que, desde entonces, la publicidad ha popularizado la idea de la Operación Biquini, es decir, que cuando empieza a hacer buen tiempo y se acercan las vacaciones de verano las mujeres tienen que esforzarse deprisa y corriendo para que les quede bien un biquini.

Pero la Operación Biquini es una fuente de frustración e incluso, de riesgos para la salud de muchas mujeres que quieren encajar en los cánones de belleza, además de invertir sus ahorros en productos y tratamientos imposibles. En los últimos años, el feminismo está rechazando la Operación Biquini e impulsando el concepto de belleza natural femenina. Es decir, que si te quieres comprar un biquini, te lo compres, más allá de si encajas o no en el tópico del 90-60-90.

De la belleza natural nos habla la Nuria Rambla, agente 11Onze.