¿Cuánto contamina el transporte de mercancías?

El transporte de mercancías sigue en auge, impulsado por un modelo económico globalizado. Las cadenas de suministro se han vuelto más complejas y la emisión de gases de efecto invernadero se ha disparado en los últimos años. Solo un cambio en nuestros hábitos de consumo puede revertir la tendencia.

 

La globalización y el auge del comercio ha hecho que cada año se muevan miles de millones de toneladas de carga por el mundo en camiones, barcos, trenes y aviones. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) estimaba en 2018 que este movimiento de mercancías genera el 8 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, y hasta el 11 % si se incluyen los producidos en almacenes y puertos. Si no se toman medidas, el transporte de mercancías se convertirá en el sector más contaminante en 2050.

El transporte terrestre, básicamente en camión y furgoneta, representa el 62 % de estas emisiones. Aunque el combustible utilizado en el transporte marítimo es mucho más contaminante, el hecho de que la capacidad de carga por vehículo sea muy inferior en el terrestre lo hace mucho más ineficiente desde un punto de vista medioambiental. Por la misma cantidad de carga y distancia, el transporte por carretera genera más de 100 veces más CO₂ que el marítimo. 

Además, el transporte de mercancías por carretera es un sector en rápido crecimiento, en parte por el auge del comercio electrónico y la entrega a domicilio. Y se trata del segmento de transporte más difícil de descarbonizar, ya que la utilización de energías limpias está mucho menos desarrollada que en el transporte de personas.

 

La ley del mar

El transporte marítimo es la columna vertebral del comercio mundial. En 2018 se transportaron 11.000 millones de toneladas de mercancías por mar y las emisiones de CO₂ relacionadas ascendieron a más de 700 millones de toneladas. 

La importancia de este sector es tal que quedó fuera del Acuerdo de París de 2016 y se prevé que en 2050 represente hasta el 10 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero si no se toman medidas. La demanda de materias primas y el transporte de contenedores no deja de crecer.

Hay que tener en cuenta que los grandes barcos funcionan con combustibles fósiles muy contaminantes, sobre todo fuelóleo pesado, que contiene altas cantidades de azufre, cenizas, metales pesados y otros residuos tóxicos.

 

Un problema llamado azufre 

Hasta 2020, el límite máximo de azufre en los combustibles para el transporte marítimo era del 3,5 %, mientras que el permitido por la Unión Europea en los carburantes para el transporte por carretera es del 0,00001 %. Un dato publicado por el periódico ‘The Guardian’ hace unos años resulta muy revelador: 15 de los barcos más grandes del mundo contaminaban tanto como 760 millones de automóviles. 

Tras años de consultas, la Organización Marítima Internacional (OMI) redujo en 2020 el nivel de azufre permitido en el combustible para barcos del 3,5 % a alrededor del 0,5 %. Aun así, la previsión de que el tráfico marítimo de mercancías siga aumentando hasta duplicar en 2050 los niveles de 2005 reduce notablemente el alcance de esta medida.

 

Más contaminación

Los informes de la OMI publicados en los últimos años han revelado que, en lugar de reducirse, las emisiones de los buques han aumentado un 10 % desde 2008 y seguirán haciéndolo si no hay cambios drásticos. De hecho, si todo el transporte marítimo fuera un país, sería el sexto más contaminante del mundo, por delante de Alemania.

El Comité de Protección del Medio Ambiente Marino de esta organización planteó en 2020 una reducción parcial de emisiones de CO₂ para esta década y ampliar la rebaja hasta el 50% en 2050. Sin embargo, la organización que regula el tráfico marítimo internacional prescindió de las recomendaciones y solo acordó medidas a corto plazo y no vinculantes.

La consecuencia es que las emisiones de CO₂ de los barcos de carga seguirán creciendo en los próximos años. Si el sector naviero no pone en marcha estrategias verdes, su producción de gases de efecto invernadero aumentará un 15% de aquí a 2030. Y si sigue las recomendaciones de la OMI, ese porcentaje apenas variará.

En este contexto, la única solución para frenar el impacto del transporte de mercancías en el medio ambiente pasa por cambios en nuestros hábitos de consumo personales: sobre todo reducir el volumen y el peso de nuestras compras, y priorizar los productos de proximidad.

 

Si quieres lavar la ropa sin ensuciar el planeta, 11Onze Recomienda Natulim.

Si te ha gustado este artículo, te recomendamos:

Ahorros

Consumo consciente

2min lectura

Lara de Castro, HR Business Partner de 11Onze, explica qué es el consumo consciente y

Sostenibilidad

Qué es la huella de carbono

6min lectura

Tras una reducción temporal provocada por la pandemia, la

Comunidad

Empresas de proximidad que inspiran

6min lectura

Las tendencias de consumo toman un nuevo rumbo



Equip Editorial Equip Editorial
  1. Joan Santacruz CarlúsJoan Santacruz Carlús says:
  2. alicia Coiduras Charlesalicia Coiduras Charles says:
  3. Manuel Bullich BuenoManuel Bullich Bueno says:

Deja una respuesta

App Store Google Play