Bienestar económico: más allá del PIB

El producto interior bruto (PIB) es la métrica principal que se usa para medir el rendimiento económico de un país. Sin embargo, este indicador presenta limitaciones significativas y a menudo no refleja el bienestar real de las personas. Para analizar la economía en términos de bienestar económico y social efectivo, varios organismos han propuesto algunas alternativas que pueden ayudar a guiar las políticas públicas hacia unas economías más sostenibles y que ofrezcan una mejor calidad de vida.

 

El PIB representa el valor total de todos los bienes y servicios producidos en un país durante un periodo de tiempo determinado y se estableció como el método principal para medir el éxito económico de un país a partir de la década del 1950. Generalmente, se calcula trimestralmente, pero el dato que se utiliza para medir la medida de una economía y hacer comparaciones entre países es el PIB anual.

Hay varias maneras de calcular el PIB, pero el método más utilizado por los bancos centrales e institutos nacionales de estadística mide tres componentes principales: consumo, inversión y gasto gubernamental, más la diferencia entre exportaciones e importaciones. Esto es útil para obtener una visión general de la actividad económica, pero también tiene algunas limitaciones importantes.

Por un lado, no muestra como está distribuida la riqueza dentro de un país ni tiene en cuenta el bienestar social. Por eso, no refleja la desigualdad que puede ser causada por una riqueza concentrada en un pequeño porcentaje de la población y no toma en consideración factores como la salud, la educación, la seguridad o la calidad de vida de la población.

Por la otra, no contempla la sostenibilidad ni el impacto negativo en el medio ambiente de algunas actividades económicas. Así mismo, tampoco contabiliza la economía sumergida ni el trabajo doméstico no remunerado, que representan una gran parte de la actividad económica de muchos países.

Para abordar estas limitaciones, se han desarrollado varias alternativas que van más allá del paradigma económico dominante con el objetivo de analizar la economía y presentar una imagen más real en términos del bienestar económico y social del conjunto de la población.

 

Midiendo una economía más humana

Varios organismos locales e internacionales defienden que es necesario adoptar una actitud reflexiva en verso las normativas que determinan los modelos e indicadores usados para analizar el crecimiento económico y así mejorar la fiabilidad de la información que se usa en la toma de decisiones. Con este objetivo, han surgido varias propuestas alternativas para medir la calidad de vida, como son: 

  • Índice de Desarrollo Humano (IDH). Creado por las Naciones Unidas, combina indicadores de tipo económico, como por ejemplo los ingresos per cápita ajustados por la paridad de poder adquisitivo, con otras variables de salud como pueden ser la esperanza de vida y la educación. De este modo se ofrece una visión más holística del desarrollo humano que facilita el análisis de las diferencias en la calidad de vida entre países.
  • Índice de Progreso Genuino (IPG). Del mismo modo que el IDH, tiene en cuenta factores como la distribución de la riqueza, la degradación ambiental y el trabajo no remunerado, pero contabiliza a la baja los costes derivados de la degradación ambiental y la pérdida de recursos naturales, las desigualdades de renta, la deuda externa y la delincuencia.
  • Índice de Bienestar Económico Sostenible (IBES). Similar al IPG, el índice de bienestar económico sostenible valora el trabajo doméstico no remunerado y tiene en cuenta la degradación ambiental, la desigualdad de renta y los gastos relacionados con el crimen y el paro para contabilizar factores que no se miden en el PIB.
  • Índice de Felicidad Nacional Bruta (FNB). Desarrollado en Bután, el índice FNB pone el énfasis en la importancia del bienestar emocional y social. Se basa en nueve factores para mesurar la prosperidad de la población: bienestar psicológico, salud, educación, uso del tiempo, diversidad cultural, buen gobierno, vitalidad comunitaria, ecología y nivel de vida.

11Onze es la fintech comunitaria de Cataluña. Abre una cuenta descargando la app El Canut para Android o iOS. ¡Únete a la revolución!

Si te ha gustado este artículo, te recomendamos:

Economía

Economía de la longevidad y el bienestar financiero

7min lectura

A medida que se alarga la esperanza de vida de la...

Comunidad

Economía colaborativa: compartir es vivir

4min lectura

Seguro que has oído hablar de la economía colaborativa, es...

Economía

¿Es factible el decrecimiento económico?

4min lectura

Teniendo en cuenta que vivimos en un planeta con recursos...



Equip Editorial Equip Editorial
  1. Joan Santacruz CarlúsJoan Santacruz Carlús says:

Deja una respuesta

App Store Google Play