Purgatori 2017 de la DO Costers del Segre es proclamado Mejor Vino Catalán del año en una gala de los Premis Vinari donde el sector alerta de los efectos del cambio climático.

Anoche se celebró en Vilafranca del Penedès la Gala de Otoño de los Premios Vinari 2021, patrocinados por 11Onze y destinados a conocer los mejores vinos catalanes del año. A la cata que se hizo en septiembre en el Celler de Rubí llegaron 200 finalistas y ahora tocaba conocer el resultado en una gala presentada por el escritor Màrius Serra y amenizada por el Mag Lari.

Las escrupulosas medidas Covid ocultaban las sonrisas tras la mascarilla, pero se podían percibir. El sector del vino tenía ganas de celebrar y, además, si tu bodega estaba invitada a pesar de las restricciones de aforo, era porque te habían premiado. Quien no ganara el premio Gran Oro de cada categoría tenía garantizada la medalla oro o plata, por lo tanto, nadie se marcharía de vacío.

La gala encumbró Purgatori 2017 de la Familia Torres como el Mejor Vino Catalán del año. Se trata de un vino con coupage de cariñena, garnacha tinta y syrah, hecho con uvas de la finca del Mas de l’Aranyó. Esta parcela es conocida como la “finca de los Desterrados” porque enviaban monjes de la abadía de Montserrat a hacer penitencia con el fin de trabajar la tierra y producir alimentos. Fue el segundo premio de la noche para Purgatori, que evidentemente también se había llevado el premio como mejor vino de su categoría (Gran Oro Vinos Tintos de Guarda).

El Mejor Espumoso Catalán de 2021 es el Carles Andreu Brut Nature 2017 de Celler Carles Andreu (DO Cava), con uva macabeo y parellada de la Conca de Barberà y una crianza de 48 meses. Natalia Cugueró, en representación de 11Onze, entregó los Vinari Gran Oro de espumosos de entre 30 y 60 meses de crianza en Carles Andreu Brut Nature 2017 y Indomable 2014 de Bodega Mas Candí.

Los avisos del cambio climático

Pero la gala también sirvió para recordar momentos más amargos como el vivido en la Conca de Barberà en el año 2019 con el desbordamiento del río Francolí. La riada arrasó la Bodega René Masdéu, que se rehizo gracias a la solidaridad de vecinos y clientes. Uno de los hechos que más sorprendió fue el éxito de ventas de los vinos recuperados de la riada, que llamaron “vinos de barro”. Mariona Rendé explicaba que “el vino de barro lo fue todo. También para nosotros, para nuestra cabeza. Se terminó enseguida, porque todo el mundo quería una botella “. Otra historia de destrucción y renacimiento se vivió en el último mes de enero en el Priorat. Una nevada hundió el techo del Celler Vall-Llach de Porrera. Albert Costa de Vall-Llach recordaba el pico de pedidos en línea que hubo después del desastre. “Nunca lo habíamos visto y creo que nunca lo volveremos a ver. Y nos hizo muy felices a Lluís (Llach) y a mí, en el sentido de ostras, la gente la verdad es que nos ama y quiere que sigamos aquí “, explicaba Costa.

A nadie se le escapa que estos fenómenos son avisos muy serios del cambio climático. Lo dejó claro en su discurso una eminencia del sector del vino. Miguel A. Torres Riera recibió un premio que reconocía su trayectoria. Explicaba que estaba muy feliz con el premio, muy feliz de ayudar a su país y al mundo del vino, pero aseguraba que: “No estoy feliz con lo que pasa con el clima. Por favor, esto no son accidentes. Esto es un problema gravísimo que tenemos y todo el mundo debe actuar. Debemos luchar contra el cambio climático, debemos reducir las emisiones. Cada uno. Tomémonos este tema en serio. Es el futuro de las viñas “.

El mensaje del señor Torres arrancó aplausos y algún bravo. La gala continuó con el humor y la magia del Mag Lari y con esta idea en la cabeza. Que el mejor vino del año se llama Purgatori, pero que el futuro de los viñedos depende más que nunca de lo que traiga el cielo.

Puedes consultar todos los premiados por los Premis Vinari aquí.