

Una Navidad sostenible está en nuestras manos
¿Has escuchado alguna vez la expresión “Luces más que un árbol de Navidad”? Cuando llegan las fiestas navideñas, parece que todo cambia de aspecto. Las calles, las tiendas, los monumentos, las plazas y las casas se llenan de decoraciones diversas. ¿Pero nos hemos parado a pensar si todo este ritual puede ser algo más sostenible?
Árboles, cintas, bolas, calcetines, luces, figuritas, espumillones, candelabros… Cada año, a principios de diciembre, las luces de colores se expanden por toda la geografía de los países que celebran la Navidad. El encendido de las luces en espacios públicos se ha convertido en un ritual social, pero también es un ritual para muchos hogares dedicar un tiempo a decorar espacios con elementos navideños.
Aunque el plástico continúa liderando el material con el cual están hechas las decoraciones navideñas, los últimos años el modelo de sociedad desechable parece que se empieza a poner en entredicho. Es con esta exigencia que los elementos naturales cada vez están más presentes en las ferias y son una buena alternativa.
Los elementos naturales, además, una vez acabadas las fiestas, son 100% compostables y se descomponen en un espacio corto de tiempo. Por otro lado, si en las muchísimas ferias que hay en el país no encuentras lo que buscas, siempre hay la opción de hacerlos tú mismo, con el que tienes por casa y te ofrece la naturaleza. ¡Con un poco de imaginación se consiguen hacer ornamentos únicos!
Árbol, espumillones y bolas, ‘Do it yourself’
Si bien es cierto que tener un árbol de Navidad artificial, que se puede guardar y volver a colocar el año siguiente, alguno lo puede considerar una práctica sostenible, porque lo reutilizas, también es cierto que acostumbra a ser de plástico, y, por lo tanto, tardará unos 400 años a descomponerse. Por otro lado, se suelen fabricar en la otra punta del mundo y su transporte ya supone una huella de carbono importante.
Atendiendo todos estos puntos, los árboles de Navidad naturales son una de las opciones a tener en cuenta. Su venta está regulada, son de proximidad y los ayuntamientos acostumbran a hacer una recogida pasadas las fiestas. La mayoría los reciclan, convirtiéndolos en algunas ocasiones en compostaje. Otra alternativa es hacer uso de la imaginación y hacer un árbol de Navidad con materiales naturales como por ejemplo maderas, cuerdas, palés, cintas, etc.
Lo mismo pasa con los espumillones y las bolas de decoración de los árboles. Acostumbran a fabricarse con material plastificado. Tenemos alternativas más naturales, como las bolas y espumillones hechos con ropa, lana, fruta natural (con pieles de naranja y limón secadas, que además aromatizan el ambiente). En internet encontraréis muchos tutoriales de cómo hacerlo.
Coronas y centros de mesa
Las coronas de Navidad que se cuelgan en la puerta también pueden ser hechas por uno mismo. Con alambres, rellenos y cartón, podemos hacer la circunferencia que después podemos cubrir con piñas, cáscaras de cítricos secas, bellotas, nueces, ramas de abeto, bolas y coronas de fieltro, de ropa, de papel, etc. Podemos pintar o no los diferentes elementos con colores dorados, cobre, rojo y plateado; y poner cintas de colores, como por ejemplo azules, rojas, doradas y plateadas.
Navidad es tiempo de encuentros. Las comidas son uno de los momentos más relevantes de las fiestas. Las comidas de Navidad y San Esteve, la cena de Fin de año y el día de Reyes son ocasiones que requieren una atención especial en el menaje de la mesa.
En ocasiones especiales, una vez más, tener cura de los detalles es importante y usar vajilla y cubertería desechable nos puede aligerar el trabajo, pero también nos supone hacer un montón de desechos y que la ocasión pierda glamour: la comida no tiene el mismo gusto si se sirve con platos de papel que con vajilla de porcelana; tampoco saborearemos igual el vino, ni el agua.
Así que, si podemos, siempre es mejor emplear cubiertos de metal, vajilla de cerámica o porcelana y copas y vasos de vidrio o cristal. Una buena vajilla, también se merece unos buenos manteles y servilletas y, si son de algodón o lino, mejor que de papel o plastificadas. Y, para dar a la mesa un toque personal, se puede decorar el centro haciendo un camino con ramas de abeto natural y velas que no sean perfumadas, piñas, frutos secos, etc. Nada de centros altos, ¡que nos impiden ver al invitado de enfrente!
Envoltorios de regalos: la ‘furoshiki’
Cada uno de nosotros, según datos del Idescat, generamos 1,44 kilos de desechos diarios. En Navidad, los residuos generados por la ciudadanía aumentan un 3%, según datos de la Agencia de Residuos de Cataluña. Los restos de comida, de vidrio y de papel y cartón son los que más aumentan. Por eso, es importante calcular bien las cantidades de comida y pensar bien los regalos que se hacen. Si los regalos son útiles o intangibles (entradas a espectáculos, conciertos, masajes, suscripciones, etc.), el volumen de desechos se reduce.
En cuanto a los envoltorios de los regalos, también representa una generación extra de residuos. Por eso, es crucial ser, también, creativos a la hora de envolver los regalos. Hay muchas maneras de hacerlo, desde usar papel de revistas y diarios, hasta reutilizar papel de otros regalos. Y, una manera innovadora es utilizar un método japonés, conocido como ‘furoshiki’.
La ‘furoshiki’ es una tela cuadrangular tradicional del Japón, que se emplea para envolver y transportar objetos, desde ropa, botellas y regalos. Vendría a ser como un pañuelo de hacer fardos. El regalo se envuelve con este pañuelo y el que lo recibe lo puede reutilizar para envolver otro regalo. Incluso, puede volver a tus manos envolviendo otro regalo.
Otra manera de reducir residuos es regalar algún objeto que no utilizamos. Para hacer el amigo invisible es una buena idea: lo que tú no utilizas o no te gusta le puede gustar a otra persona. Conseguir que Navidad, una de las épocas más consumistas y generadoras de residuos del año, sea sostenible está, también, en nuestras manos.
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Aprofitem i reutilitzem quan podem. L’important és a l’interior del regal.
Si, és més especial saber que la persona que t’ho regala ha estat un temps per embolicar-ho i els detalls que hi posi i com ben dius l’important és a l’interior. Bones Festes!
Està molt bé aquesta manera de fer paquets al Japó.
Doncs sí, sempre aprenem coses noves. Moltes gràcies pel teu comentari, Joaquim!!!
Quina bona idea l’embolcall com un mocador de farcell, m’ha encantat
🙏
👌
Gràcies, Joan!!!
Suggeriments interessants. Per a mi els “furoshiki” són un invent importable que m’agrada
Gràcies, Francesc, seguim aprenent. Ens veiem per la Plaça
Benvingut de nou l’ arbre de Nadal a casa. No vaig entendre mai que es substituís pel de plàstic en nom d’una més que errònia argumentació de que no es podien tallar arbres. Per qui tingui vinyes a la vora : Els ceps morts decorats són ideals com ornament nadalenc. Si són grossos inclús poden substituir l’arbre. Benvinguts també els jocs de taula de lli i cotó , i les vaixelles de pedra o porcellana i les copes i gots de vidre o cristall. El problema es clar, és que hi ha més feina a rentar, planxar. Però una bona festa s´ho mereix.
És un bon punt de vista i una encertada opinió, la teva, i a partir d’aquí que cadascú faci el que li sembli. Moltes gràcies pel teu comentari, Mercè, i que gaudeixis del Nadal i de les festes.