Dirección de empresas: ¿Cómo puede evolucionar un directivo? Evolucionando personalmente
Desde fuera, el directivo de una empresa puede parecer una figura omnipotente. Aquel que tiene más experiencia y que sabe coordinar y gestionar diferentes situaciones problemáticas por la misma empresa, pero no siempre puede tomar unas decisiones seguras y correctas. Puede fallar o estar confundido y no saber muy bien qué hacer. Una de estas opciones, sin embargo, ha sido más castigada que el otro
En el mundo empresarial, a menudo se comenta que es mejor estar en el error que sufrir confusión. Dicho así, todos podríamos estar de acuerdo, pero el problema de este tipo de argumentos, es que muchas veces los esgrimen directivos que prefieren defender sus errores con empeño diciendo que es mejor a lo largo del tiempo descubrió que la razón no se encontraba de su parte, pero enfatizando que encontrarse confuso es mucho peor que estar equivocado. Pero en las empresas, mucho peor que la confusión (que además en muchos casos y de manera temporal puede llegar a ser necesaria e inevitable), es el empeño en quedarse en el error un rato demasiado largo y no querer entrar en razones para salir. Justificar el error es mucho peor que la confusión, y además no nos hace evolucionar en la racionalidad que tanto necesitamos. Y puede ocurrir que tengamos empleados cansados de repetir argumentos que claman al cielo y que nos permitirían salir del caos (confusión), y del error, al mismo tiempo.
- Pasar del error a la evolución personal
Defender que tengo todo el derecho a estar equivocado y que no pasa nada si lo estoy es una obviedad. Y además defenderlo de manera obstinada entra en el terreno de la irracionalidad más absurda. A corto plazo se puede defender que prefiero creer en algo, y llegar a la conclusión de que no tiene sentido, que vivir en medio de la confusión sin tener ninguna opinión formada dado que me falta información. Pero vivir en el error, debería ser una cuestión accidental un estado transitorio mientras capta más información para ver si hay que continuar en el mismo error, o puedo cambiar de estado y evolucionar hacia otra verdad mejor. El problema es que muchos directivos, sobre todo aquellos que han tenido éxito y creen que el éxito ha sido exclusivamente cosa suya, prefieren estar confortablemente equivocados, que no pasar un cierto período de confusión interna, compartido con los demás y aceptar cosas nuevas.
Como personas, y más si incidimos sobre los demás, deberíamos querer perseguir opciones que nos acerquen lo más posible a la verdad. Aceptando que nunca se alcanza, pero intentándolo. Hay que tener presente, que es muy probable que a corto plazo nos encontremos en una situación errónea, pero si realmente tenemos interés en comprender lo que nos rodea, no deberíamos querer establecer nuestra residencia mucho tiempo. El error debería convertirse en una experimentación. Probamos opciones que nos parecen razonables y miramos en equipo si nos valen. Si no es el caso, no pasa nada, seguimos con otras opciones. Error y confusión deben ser transitorios.
Al mejorar la racionalidad tanto el error como la confusión tienen su misión. Pero no hay que preferir el error en la confusión. Caminar hacia la autenticidad y la madurez directiva no se hace priorizando el error en la confusión sino viendo en cada caso si uno está confundido o equivocado. Y confiar en los demás, porque en equipo es más fácil superar estados de confusión y errores innecesarios.
- Equivocarse también es un factor necesario
Hay que tener en cuenta también que la toma de decisiones en las empresas se basa muchas veces en encontrar opciones y dar argumentos a favor y en contra de las mismas. Lo más habitual es que quien decide tenga sus propias preferencias, basadas en su bagaje profesional, experiencia vital y también en cuestiones subjetivas que pueden tener más o menos un soporte racional. Es necesario que uno mismo se conozca y sepa qué preferencias tiene y en qué se basan, viendo las ventajas e inconvenientes de seguirlas. Esto implica cierto proceso de maduración profesional que se basa en llevar a cabo, fallar y volver a empezar. Saber las ventajas e inconvenientes llevará a veces a hacernos cambiar de opinión, pero en otros sólo nos hará ser conscientes de que nuestra opción preferente se debe afrontar de manera realista. Este proceso de decisión, con opciones y conociendo nuestras preferencias, en que se basan, examinando los puntos fuertes y débiles que tienen, es el más completo a la hora de decidir.
Debemos esforzarnos por resolver confusiones, pero sobre todo sin quedarnos varados en nuestro derecho a equivocarnos: se ha demostrado que los directivos difícilmente se les niega este derecho. Mientras que a veces estos mismos directivos niegan cualquier experimentación a sus empleados. Tanto si crean errores como si no. Los directivos deben fomentar la experimentación, dando confianza a su gente (y ellos mismos), para aceptar el error. Pero sin entretenerse demasiado. Estar confusos no es lo peor, estar demasiado tiempo equivocados, a sabiendas, sí.
Som humans i ens podem equivocar, es això i el problema es de qui no apren i no evoluciona, cal aprendre i evolucionar 📈📏positivament!⬆️
Exacte Jordi, tant directius com treballadors i treballadores!
👏
Gràcies, Daniela!!!
totalment dacord
Celebrem que t’hagi agradat, Manel… Moltes gràcies pel teu comentari.
👍
Gràcies, Joan! Ens veiem per La Plaça!
hi ha quelcom clar no pots evolucionar com directiu si no ho fas o ho has fet personalment
Quan hom evoluciona personalment passa per l’error i la confusió acceptant els canvis i /o modificacios que calgui, la paraula ho diu «evolució» i sobre tot creixer
Totalment d’acord, Alícia. Primer de tot, hem de créixer com a persones per poder evolucionar i després poder esdevenir el professional que vulguem ser. Gràcies per la teva aportació i benvinguda a La Plaça!
Article de tema interessant però massa superficial realment en el seu contingut
Prenem nota Josep. Tingues en compte que en tots aquests temes, es pot aprofundir en un futur pròxim. Estigues atent a la Plaça per a estar al dia de les seves novetats.
Bon article!
Moltes gràcies per donar el teu parer, Olga
Nice!